Hunter: The Reckoning, Impresiones (Xbox)

Acción, docenas de enemigos en la pantalla, armas devastadoras, poderes mágicos y un trasfondo con cierto aire de película de terror de serie B. Hunter: The Reckoning se ha convertido en un abanderado más de la consola de Microsoft. Cuidado con ese zombie, vaquero...

Acción a lo Gauntlet con mezcla de géneros.
La idea no es nueva. Hunter toma elementos del RPG de siempre (subida de experiencia y consecuente mejoría de las características físicas y mágicas de los personajes) con otros que miran directamente al arcade clásico salido de las profundidades de una recreativa: Gaunlet.

Como el popular título que hizo las delicias de los jugadores allá por los ochenta, Hunter nace más como un juego para disfrutar en compañía que en solitario. Estamos ante un título donde la acción y el enfrentamiento con toneladas de enemigos priman sobre la investigación, el esfuerzo neuronal o la resolución de puzzles. Al final se trata de lo de siempre: divertir. Y que la novedad como tal, que la revolución de un género no es un paso obligado a la hora de diseñar un súper ventas lo ponen de manifiesto tantos juegos que hasta da miedo ponerse a pensar.

De juego de rol de papel a videoconsola.
Volvemos a encontrarnos con un videojuego que traspasa la frontera del lápiz y el papel para instalarse en el reino del polígono. Hunter: The Reckoning es la versión para videoconsolas del juego de rol diseñado por White Wolf. Las similitudes se acaban ahí. O empiezan, según se miren.

Vampiros, monstruos y espíritus de ejecutados...
Argumentalmente el juego pone al usuario en el papel de uno de los cuatro cazadores de vampiros que liberaron hace años a la ciudad de Aschroft del influjo de vampiros y monstruos varios que en realidad eran espíritus de condenados ejecutados en la prisión y a los que pudieron recluir, clausurándo el penal después. Años han pasado y una nueva época oscura parece cernerse de nuevo en la pequeña ciudad: Unos jóvenes han roto el sello que los cazadores aplicaron a la prisión y han organizado una fiesta allí, despertando de su letargo a los espíritus, monstruos y vampiros que allí fueron recluídos.

La hora de los cazadores ha vuelto, la ciudad está tomada por la oscuridad...

El vengador, el juez, la mártir y la protectora...
Como dijimos al principio del avance, el juego te brinda la posibilidad de jugar con tres compañeros. Aunque la vida de Hunter se incrementa gracias al divertidísimo modo cooperativo, también hay sitio para una aventura en solitario. Sea como sea, Hunter comienza con la elección  de los cuatro personajes protagonistas que te acompañarán durante lo que dure la aventura. Las características de combate o habilidades difieren entre uno y otro.

Los personajes serán Deuce Wyatt, el vengador, un motero al viejo estilo americano con recortada en mano, el padre Fabián Cortés, el juez, capellán de la clausurada prisión Aschroft, Kassandra Cheyung, la mártir, una auténtica fiestera de hoy en día y Samantha, la protectora, una dura expolicía. Destaca el hecho de que cada personaje tiene un sobrenombre bíblico que los identificará en el juego: el vengador, el juez, la mártir o la protectora.

Armas de corto y largo alcance...
Como en la gran mayoría de los juegos de rol -sean estos puros o híbridos- la elección del personaje no es un capricho meramente estético. La forma de enfrentarse a los enemigos te llevará a replantear tu estrategia de ataque o de defensa, ya que cada uno de ellos está equipado con dos armas de inicio, muy distintas de uno a otro personaje.

Manejándonos por la acción.
High Voltage, diseñadores del juego, han tenido muy clara una cosa: que la variedad sea la que mande. Algo lógico en un juego de estas características donde lo primordial es matar, recoger ítems, volver a matar, explorar y matar otra vez. Quizás por eso el juego se desarrolla en escenarios tan dispares y diferentes entre si.


Pasearemos a nuestro grupo por un cementerio, por las calles de una ciudad envuelta en la niebla, una prisión abandonada, una iglesia o las entrañas de un edificio desierto. El trabajo de diseño de los personajes se mueve en la misma línea: la de la ruptura de la monotonía. Nos batiremos el cobre contra enemigos que van desde lo delirante (monstruos de varios ojos y unos cuantos pares de patas) hasta lo tradicional.

Vaya zombies más modernos....
Porque sí, también hay sitio para los zombies en el juego, pero no ese zombie que George A. Romero y Capcom se han encargado de inmortalizar vía cine o videojuego respectivamente. Aquí los zombis no son seres lentos ni torpones (aunque también los hay), aquí los zombies son como aquellos jóvenes de los anuncios: suficientemente preparados. Nos veremos ante no-muertos armados con ametralladoras, rifles o lanzallamas. Casi un arsenal igual de complejo que el nuestro.

Control con posibilidades pero sencillo...
Quizás pienses que manejar a un grupo de cuatro personajes puede complicarse demasiado en un juego en el que los reflejos deciden para que lado se inclina la balanza. El sistema de control se ha simplificado al máximo. Gatillo izquierdo para saltar, derecho para disparar con el arma que vayas equipado. Stick derecho para apuntar e izquierdo para moverte por el escenario. Con el botón A, recargas el arma. Con el X navegas por el inventario de armas. Con el Y haces los propio con tus poderes mágicos.