Icewind Dale II (PC)

Todos los jugadores saben de sobra que Icewind Dale II constituye un capítulo más de la saga Baldur's Gate. Que venga acompañado de un 2 no significa demasiado. Es decir, que si estuviéramos hablando del Icewind Dale 57 la reacción de todos los aficionados a los videojuegos de rol sería la misma: un desbordado entusiasmo. Esto no es una crítica, más bien todo lo contrario: los jugadores que gusten del universo de los Reinos Olvidados se reencontrarán aquí con todos los elementos que les resultan tan queridos.

Bien, como sabemos todos, Baldur's Gates utiliza ciertas reglas del AD&D. En Icewind Dale II se han utilizado, en concreto, los reglamentos de la tercera edición. Eso quiere decir, en cristiano, que los mecanismos del juego han variado con respecto a los que habíamos visto en las anteriores entregas.

Ciertas profesiones han sido mejor equilibradas: por ejemplo, el Bárbaro será más torpe que nunca con la magia, pero a cambio obtendrá una sustancial mejora en sus habilidades de combate. Además, se han introducido los feats (hazañas) que aparecen en la tercera edición de AD&D: obtendremos una habilidad especial -ambidextro o velocidad del rayo, por ejemplo- cada vez que subamos de nivel.

Se añaden también nuevas razas a elegir (drow, medio-orco, gold dwarf...), nuevas profesiones (que no son sino variaciones a las que ya conocemos), nuevos hechizos para magos y sacerdotes, además de nuevos enemigos. También, se ha mejorado sustancialmente la generación aleatoria de tesoros, que serán más variados que nunca.

El argumento se desarrolla una generación después de los acontecimientos vividos en el primer Icewind Dale. La fortaleza Targos , en el norte, está sufriendo el acoso de innumerables incursores goblins, y amenazan la estabilidad de todo el territorio. Nuestra misión, por supuesto, será averiguar cuál es la fuente de ese mal para destruirlo. Obvia decir que el argumento será tan lineal como en los anteriores capítulos de Baldur's Gate, amenizado, eso sí, por una multitud de búsquedas paralelas. En total, se prometen unas 30 o 40 horas de juego.

Gráficamente, nos encontramos de nuevo con el familiar motor de Infinity, retocado para ofrecer resoluciones -eso dicen por ahí- de hasta 2048x1536 pixeles. Por lo que a mí respecta, siempre prefiero gráficos en 2D para un juego de rol, y más en concreto, siempre me ha sorprendido el mimo que los diseñadores aplican al diseño de personajes y escenarios. Lo que opinen como yo, no se verán defraudados en este aspecto.

Otro apunte más: la banda sonora ha sido compuesta por Jeremy Soul, uno de los mejores compositores del género de los videojuegos, y en numerosas páginas tanto norteamericanas como japonesas, señalan su trabajo para Icewind Dale 2 como uno de los más acertados de su discografía.