Tony Hawk al Cubo

Una de los series deportivas más exitosas de los últimos tiempos aterriza en el catálogo inicial de GameCube para deleite de los aficionados del skateboarding. ¿Te apetece desafiar la gravedad con Tony y compañía?

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Tanto público como crítica se han rendido a los encantos de una serie que ha hecho fácil lo que parecía imposible: convertir en cada uno de los títulos que la integran el arte del monopatín en algo tan asequible que incluso los jugadores menos habilidosos serán capaces de realizar las más alocadas peripecias a las pocas partidas. Eso sí, el carácter arcade que rezuman todos los Tony Hawk's Pro Skater no les exime de estar dotados de un componente de simulador que les hace incluso más apetecibles.

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Las diferencias radican, principalmente, en que se ha eliminado el modo online por no disponer GameCube todavía de un módem mediante el que conectarse a Internet. A excepción del susodicho, el resto permanece igual, así que los que ya hayan jugado al homónimo de este título para PS2 ya sabrán de que va el tema. Y los que no, están de suerte, porque ahora tendrán la oportunidad de disfrutar por primera vez de todo lo que tienen que ofrecer los 9 niveles de los que se compone este juego: Foundry, Canada,Rio, Suburbia, Airport, Skater Island, Los Ángeles, Tokyo y Cruise Ship.

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El tamaño de los escenarios vistos en la 128 bits de Sony se ha mantenido, y aunque no llega ni por asomo a la gigantez de las fases presentes en Dave Mirra Freestyle BMX 3,lo cierto es que pocos jugones no tendrán bastante con el área presente en las fases del último título de Mr. Hawk, las más vastas de la serie del laureado deportista extremo. Además, los niveles están repletos de elementos móviles que añaden alicientes a nuestras correrías.

En relación a los escenarios no hay que dejar pasar el que sin duda es el gran punto negro de Tony Hawk Pro Skater 3: las ralentizaciones. De manera que se nos antoja inexplicable, la versión para GameCube del último título de Mr. Hawk cuenta con un número muy elevado de situaciones en las que los slow down o ralentizaciones tienen lugar, un número bastante superior del que ya padrecideron los jugones de Playstation 2. Y, si como parece, ambas máquinas rivalizan en potencia, lo cierto es que se nos hace inexplicable tamaño despropósito gráfico.

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Puestos a buscar virtudes, hay algunos efectos especialmente reseñables, tanto por su originalidad como por su efectismo visual. Por ejemplo, al completar determinados objetivos propuestos en alguno de los niveles tendrá lugar una especie de mini replay al más puro estilo sesión fotográfica, consiguiéndose así un resultado bastante impactante gráficamente.

Cuando nuestro patinador no consiga aterrizar bien un truco, o al grindar pierda el equilibrio y de a parar con sus huesos en el suelo, como resultado del impacto una mancha de sangre cubrirá la superfície sobre la que nos hayamos golpeado. Lo cierto es que cuando el skater se levante y continue con lo suyo no presentará ninguna secuela que le restrinja los movimientos que pueda ejecutar, por lo que la única prueba del accidente serán los restos de hemoglobina que dejemos esparcidos por el nivel.

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En cuanto a la forma en la que el motor controla las físicas de los saltos, las caídas y demás eventos producidos por la interacción de nuestro personaje con el entorno, la impresión general es muy buena. Vale, es cierto que en ocasiones el espíritu arcade ha impedido que algunas leyes de la naturaleza hayan tenido que ser transgredidas, pero los de Neversoft han sabido conjugar una vez más la espectacularidad inherente a este deporte con unas dosis de realismo, consiguiendo un cóctel atrayente tanto para los puristas del skate como los que buscan sentir emociones fuertes y no saben ni ejecutar un simple ollie.

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Teniendo como referencia con la versión que apareció para PS2, lo cierto es que no encontramos ninguna diferencia entre la dos, si exceptuamos, por supuesto, la supresión del modo online multijugador en la consola de la gran N. Ésto, aunque no afectará a aquellos jugadores que tan sólo quieran vivir la experiencia single player, o multijugador en una misma consola, sí que supone un claro agravio comparativo entre ambas 128 bits. Y es que, aunque adictivo como pocos, lo que antes se antojaba como un sueño hecho realidad, ahora, sin la posibilidad de jugar partidas por Internet se queda en casi inmejorable. Que no es poco.

Pero bueno, como no todos han tenido la oportunidad de disfrutar del título para la 128 bits de Sony, veamos qué es lo que nos ofrece este THPS 3. Los modos de juego presentes son los mismos que se vienen disfrutando desde los inicios de la saga, por lo que si no es el primer título de Mr. 900 al que le hincas el diente te encontrarás como en casa. Y es que a la hora de echar unas partidas siempre se agradece no tener que aprender nuevas reglas con las que disfrutar al máximo de un juego en cuestión.

Antes de embarcarnos en cualquiera de los modos deberemos seleccionar el skater con el que intentar superar  los retos de cada una de las pantallas. De serie vienen algunas de las figuras más rutilantes del monopatín, pero gracias al editor incluido podremos crear a un nuevo deportista extremo, configurando su aspecto y habilidades a nuestro gusto. Un lujazo con el que podremos vivir la experiencia THPS 3 de la forma más personal posible.

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