Dicen que no hay dos sin tres y desde luego en el caso de la reducción de los precios de venta de las consolas está prácticamente confirmado según los analistas, a tenor de la guerra no declarada por Nintendo en el precio de las consolas con el anuncio ayer de la reducción del precio de venta de la Gamecube.
Los analistas apuntan a que el precio actual de la consola Playstation 2 deja todavía un excelente margen de negocio a Sony, por lo que ésta, una vez ha estabilizado la línea de producción de sus consolas, puede hacer frente sin problemas a una reducción del precio de la consola. Es más, el precio de la consola no está vinculado a los beneficios, sino ligado a una estrategia de márketing que según los observadores en estos mismos momentos está perdiendo Sony, principalmente debido al fuerte impacto publicitario que ha conseguido Microsoft con la reducción del precio de la consola y que ha buscado Nintendo en la misma línea.
Nuestro análisis puede ir más lejos si tenemos en cuenta que, sin la reducción de precios, comprar una Xbox es realmente más barato que una Playstation 2, puesto que al precio de la consola de Sony hay que añadirle por ejemplo una tarjeta de memoria indispensable para grabar nuestras partidas y que viene de serie (utiliza el disco duro) en la consola de Microsoft. Es esta misma, según los mismos analistas, que ha obligado a la consola de Nintendo a bajar su precio antes de ver la luz en Europa, al no tener DVD incorporado.
Esta guerra, aunque beneficia al consumidor, es un arma de doble filo, porque la venta a la baja de las consolas obliga a que la venta de juegos sea rentable para poder mantener los beneficios globales. O lo que es lo mismo, disminuyen a la larga las posibilidades de que los videojuegos de consola vean reducido su precio, al convertirse en los verdaderos pilares económicos que sustentan los beneficios que puedan obtener de momento Microsoft y Nintendo.