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Rainbow Six: Rogue Spear

Conspiraciones políticas a tamaño reducido. Pero muy, muy reducido...

La fijación del novelista Tom Clancy en las conspiraciones terroristas puede llegar a ser hasta enfermiza. Rogue Spear, como no podía ser de otro modo, traslada este universo de traiciones políticas a Game Boy Advance, pero el resultado es tan emocionante como una partida de mus.

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La fijación del novelista Tom Clancy en las conspiraciones terroristas puede llegar a ser hasta enfermiza. Rogue Spear, como no podía ser de otro modo, traslada este universo de traiciones políticas a Game Boy Advance, pero el resultado es tan emocionante como una partida de mus.


Rogue Spear no debería de haber tenido mayor repercusión. El original de PC era una expansión del primer Rainbow Six, y lo cierto es que las posteriores versiones aparecidas en consola han sido más bien nefastas. Lo peor es que el desfase temporal entre los homónimos de DC o PS One es considerable, y eso hace que nos preguntemos porque han tardado tanto en lanzarlo. De hecho, los usuarios de compatibles ya disfrutan de una nueva serie basada en las novelas de Tom Clancy, Ghost Recon, que duplica las responsabilidades del usuario, campo de acción, opciones de juego y, lo más importante, es mucho más entretenido.

Portada de Rogue Spear

Para bien o para mal, nos tenemos que contentar con Rogue Spear. Hace ya algunos meses tuvimos la oportunidad de analizar la precuela, esta vez de GBC, y desde entoncs hemos tenido que asistir a terapias de grupo para tratar de olvidarlo. Los movimientos de nuestros hombres eran tan desesperantemente lentos que caminar diez metros era como dejar correr a una hormiga alrededor de una manzana entera de tu pueblo/ciudad. Lo peor es que, en definitiva, se perdía aquella emoción de poder capitanear un equipo de élite, caminando entre las sombras y afinando oído y vista, por si, detrás de alguna esquina, se escondía nuestro verdugo. Anticiparse a sus movimientos, observar con detenimiento el escenario... vamos, algo que en una portátil es difícil de adaptar, y si encima se hace con tan poca gracia, pues ya os podéis hacer una idea del panorama.

La mejor llave es un explosivo

La ventaja es que hoy hablamos de un juego para una consola mucho más evolucionada, pero de bolsillo, al fin y al cabo. Lo que de momento ya os podemos ir avanzando es que técnicamente la cosa ha cambiado. Y para bien. Pero, para los que no hayan nunca oído hablar o no hayan tenido la oportunidad de jugar a algún título de la serie, vamos a explicar qué se debe hacer antes de empezar.

Una vez introducido el cartucho, el menú principal presenta cuatro modos de juego: individual, multiplayer, opciones y créditos. Los dos últimos no merecen demasiadas líneas, puesto que, básicamente, se trata de configurar el programa al gusto del usuario, mientras que el segundo es algo que los más perseverantes -y pacientes- verán una vez finalizado este título -cosa que, por otra parte, merece un respeto. Vayamos al que nos interesa, el indiviual. Ya dentro, vemos que se puede guardar en cuatro archivos distintos. Bien, hermano, hermana, padres, abuelos, tíos o amigos también podrán decir la suya. Pasando esto de largo, llegamos al punto conflictivo: los niveles de dificultad. ¿Vale la pena arriesgarse en el nivel más bajo si una vez terminado nos damos cuenta de que nos hemos perdido la mitad de la aventura? No os preocupéis por esto, la mayor diferencia que existe es que los enemigos atacan con más frecuencia y acierto. Mientras que en recluta tardan lo suyo en apuntar y disparar, en élite se acercan a tí mucho antes de que hayas cruzado la esquina y ya te estarán masacrando sin que hayas tenido tiempo a alzar la mirada.

También deberemos infiltrarnos en un complejo militar

Ahora llega la parte interesante. Antes de comenzar una misión podemos hacer una espécie de criba sobre un total de 28 hombres que tenemos en nuestro cuerpo, y escoger, entre todos ellos, a tan sólo cuatro. Para tomar esta decisión hay que tener en cuenta diversos factores. Empezando por los atributos, cada uno tiene unas estadísticas distintas en sigilo, puntería, salud y reflejos. Para ello viene bien saber que tipo de objetivo vamos a acometer. Por ejemplo, no es lo mismo tener a alguien con mucho sigilo en una misión en la que haya que entrar a las bravas, que uno con mucha salud cuando prácticamente no tengamos que abatir enemigos. Además de esto, cada cual tiene sus armas y municiones. S. Arnavisca, el único español que hay en el plantel, aporta una metralleta, una walter con silenciador y tres cargadores. El alemán D. Weber tiene en su poder un rifle de precisión, pero pocos cargadores, por lo que tendremos que moderar los disparos cuando le tengamos en nuestro poder. El italiano A. Maldini, por su parte, cuenta con un rifle de asalto, y una colección envidiable de munición, así que su presencia siempre será grata entre nuestras filas.

Desfiladeros de nieve, lo mejor para esconderse

Tampoco es cuestión de describir hasta los 28 tipos que podemos encontrarnos -algunos de ellos se las dan de listos y tienen nombre y rostro ocultado-, pero es un buen ejemplo de las cosas que hay que valorar. La pregunta, no obstante, es: ¿y esto se nota una vez nos hemos puesto en materia? Sí, pero matizando. Cuando andamos corriendo de arriba a abajo en busca de los desaprensivos que debemos reducir, algunos actuarán de forma auutónoma y dispararán sin que le hayamos ordenado nada... ¡un momento! ¿ordenado? Je, resulta curioso que, precisamente, la principal virtud del original era guíar de forma individualizada a tu destacamento, y aquí, también precisamente, no podemos. En fin, ¿que le vamos a hacer?...

Las demás opciones que nos hemos dejado por comentar, multiplayer y Lone Wolf -esta última se incluye en el individual y necesitamos pasarnos previamente el juego- las encontraréis más detalladamente en el apartado de jugabilidad, puesto que su presencia la debería enriquecer, por aquello de que alarga la vida del juego y tal...

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Los jeeps pueden servirnos para escondernos

Los sprites de los miembros del Rogue Spear son tan minúsculamente pequeños que deberás forzar la vista para poderlos ver. No, en serio, aunque tengan el tamaño de una pulga, esto se ha hecho para poder visualizar a todos los hombres sin que el scroll se los "coma". Es decir, que como tan sólo tenemos a cuatro tipos en pantalla, moviéndose, Ubi Soft ha preferido mantenerlos todos en su posición, y eso les ha conducido a reducirlos tanto. Hay que tener en cuenta que los juegos originales eran en visión subjetiva, y eso facilitaba bastante las cosas. Con un rápido golpe de ratón los tenías al alcance. Sin duda, es una decisión acertada, pero a nivel visual se resiente de mala manera.

Los movimientos no están nada mal. Comparado con el título de Game Boy Color, donde había cuatro cuadrados desplazándose, aquí hay una buena correlación de entre cada acción. Los pasos, por ejemplo, que son lo que más veremos, están muy bien enlazados. Por supuesto, las dimensiones de los sprites privan al jugador de poder apreciar otros detalles, como cuando lanzamos el cargador e introducimos uno nuevo en el arma, o la rutina de los enemigos al morir, que en muchas ocasiones se convierte en un placer después de haber perdido cantidad de vida por su culpa.

Puedes apreciar el nivel de energía de cada hombre en la parte izquierda

Los escenarios son el punto fuerte. Desde la variedad de la que hace gala, puesto que atravesaremos museos de arte egipcio, campamentos militares, desfiladeros completamente nevados o silos nucleares, hasta la perfecta ambientación de todos ellos, pasando por la cantidad de objetos que podemos llegar a encontrar, como camiones de carga, expositores, barracones, etc. Sin duda, un buen trabajo por parte de sus responsables, que han vertido todo su esfuerzo en trasladar la atmósfera de los originales a la pantalla de esta consola.

También hay que hacer una reseña al interfaz y a los menús de opciones. En todo momento, tenemos presentes a los miembros escogidos en el grupo, con su retrato -y nivel de energía- al lado de la pantalla; y los menús, siempre con ese estilo tan característico, están perfectamente estructurados.

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Lástima que no podamos montar en este camión

Lo mejor de todo el juego. La música de los menús es apoteósica. Ya en la introducción, una tensa partitura nos invade y nos obliga a seguir adelante. La más acertada, sin duda, la que tenemos en los índices de opciones. Todo un prodigio de la técnica y del buen gusto. Hacía tiempo que esperábamos poder escuchar algo similar en esta consola, tanto por la calidad con que ha sido reproducida como por su ritmo.

Los FX también son dignos de benemérito. Disparos de diversa índole -no es lo mismo el sonido seco de una walter que el silencio turbador del rifle de francotirador-, los pasos en varias superfícies, los gritos de la gente al fallecer... un amplio catálogo que debe ser disfrutado, como no, con un par de auriculares. Toda una experiencia.

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Desde esta posición podemos usar el francotirador

El argumento, como todo lo relacionado con Tom Clancy, narra las conspiraciones en la sombra que se llevan a cabo en el gobierno de los Estados Unidos. Rúsia, evidentemente, también toma un papel importante, y todo el argumento se confabula en Moscú. Intervienen, además, grupos de religiosos extremistas, que son los que realizan actos terroristas y que nuestro equipo debe neutralizar. A grandres rasgos, debemos evitar que cabezas nucleares caigan en malas manos, y para ello el general Clark nos irá encomendando una serie de misiones que nos acercarán al epicentro de toda esta trama.

Vamos, que la variedad de objetivos es bastante amplia, ya sea rescatar rehenes, noquear a dichos terroristas, vigilar posiciones estratégicas, eliminar intrusos, tomar bases, recuperar planos, etc. Para poder plasmar todo esto en el control, Ubi Soft ha sido bastante pragmática, y ha usado la base del Rainbow Six de Game Boy Color. Aparecen todos nuestros hombres en pantalla, lo que vendrá bien para tenerlos controlados, y como no podemos indicarles que función queremos que hagan, ellos se moverán, aunque siempre tras nuestra estela, de forma autónoma, lo que muchas veces puede ayudar. Por ejemplo, a menudo solemos caminar a ciegas y no vemos que sobre nuestra posición hay un francotirador que nos está apuntando a la cabeza. Puede que uno de nuestros hombres se haya percatado, y sin previo aviso arremeta contra él y lo deje inservible en un par de tiros. Esto puede gustar a unos usuarios, que quieran jugar a Rogue Spear sin demasiadas complicaciones, pero molestará a los que ya tengan experiencia en los homónimos para otras plataformas, puesto que resta parte del poder que se le otorgaba.

Las estancias se iluminan cuando entramos

El sistema de control es muy sencillo. Básicamente debemos preocuparnos de movernos con la cruceta digital, disparar con el B y cargar con el A. Pulsando el start podemos ir a un menú donde se nos indica que objetivos hemos cumplido y cuales nos quedan por despachar. Como no es en 3D, y por tanto, no tenemos el punto de mira, aparece uno en cuanto tenemos a un enemigo lo suficientemente cerca. Dicho de otro modo, que podemos acercarnos a alguien y ponernos a disparar, entonces la máquina dirigirá automáticamente las balas hacia él sin necesidad de apuntar. Esto hace que la adaptación al control sea totalmente intuitiva, y no tengamos que estar media hora prácticando con los botones hasta poder moverse con más o menos facilidad.

Rogue Spear nos hace viajar por todo el mundo

El principal problema que presenta este Rogue Spear, es que las misiones acaban siendo todas exactamente lo mismo. Pueden estar pensadas de una forma u otra, pueden tener una presentación más atractiva o no, pero todo lo que tendremos que hacer es movernos por el escenario, matar a todo aquello que se mueva, recoger cuatro cosas, pulsar algún botón y santas pascuas. Esto se acentúa cuando vemos que las animaciones son extremadamente lentas, y algo que podría solucionarse con agilidad acaba siendo un auténtico muermo. Esto podría responder a la necesidad de sus desarrolladores de inyectarle el estilo quedo del original. Con ellos nos referimos a que muchas veces dábamos un paso por cada 10 minutos de meditación, y como aquí no está tan lograda la ambientación -algo lógico tratándose de una portátil- se ha pretendido conseguir este efecto con personajes liliputienses y escenarios a su escala.

A parte, contamos con tres niveles de dificultad, y un cuarto, llamado Lone Wolf -lobo solitario- que no permite actuar con un solo hombre, en plan Rambo, en cada misión, pero para ello deberemos terminarnos el juego, y pensad que sólo se podrá hacer de manera limpia, sin recurrir a claves -a menos que no tengáis Action Replay o similares. Otra motivación para segur jugando es la opción multiplayer. Con hasta cuatro consolas podremos intervenir en las misiones del juego de forma cooperativa, o hacer enfrentamientos entre varios usuarios. No está nada mal, pero tampoco es algo que vaya a servir de mucho si el sistema de juego nos aburre más que una partida de mus.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n

Nuestros cuatro hombres dentro del museo egipcio

R6: Rogue Spear tiene un problema esencial. En PC o en plataformas superiores, uno de sus puntos fuertes era la tensa ambientación y aquella posibilidad de ir a hurtadillas en un escenario, tratando de evitar ser descubierto por los terroristas/conspiradores/narcotraficantes que nos ponían en aprietos. En portátil, esto, evidentemente, no puede hacerse. Para empezar, la visión en 2D ya es un obstáculo, y encima eso le capa de muchas más posibilidades. Pues bien, si ya a este nivel nos encontramos que pierde parte de su gracia, imaginaos en cuanto nos metemos de lleno en las misiones: todas ellas se limitan, en última instancia, en deambular por un decorado, matar y pulsar un botón. Pese a las 15 misiones que esconde, llegará un momento en que nos dará la impresión de haber hecho exactamente lo mismo unos instantes antes.

Para paliar estos errores, Red Storm ha incorporado un modo multijugador que hará las delicias de aquellos que tengan familiares o amigos dispuestos a pasar unas horas delante de la consola. Por tanto, máximamente recomendable para este tipo de usuarios, y que sean, por supuesto, seguidores de este género y/o en su defecto, de las novelas de Clancy. Los que no, que se olviden, pues seguro que pasarán momentos de auténtico suplicio a sus mandos.


  l  o  m  e  j  o  r 

- El sonido, de lo mejorcito que hay en esta consola
- El primer juego de acción táctica
- Algunas misiones no están nada mal
- El diseño de los decorados

  l  o  p  e  o  r

- Desarrollo muy lento
- Toda misión se acaba reduciendo a lo mismo
- Rogue Spear ya debería haber pasado a mejor vida
- Capado en algunas opciones

5.7

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.