F-14 Tomcat
Protegiendo los cielos de Game Boy Advance
Sobrevuela los cielos de Game Boy Advance y abate a todos los aviones que puedas en F-14 Tomcat, el primer simulador de estas características que aparece en la consola de Nintendo. Aunque muy limitado, esta reedición de Turn and Burn tiene su miga...
Localizamos el objetivo y disparamos |
La República China -que raro que esta vez no se la carguen los rusos- ha iniciado una serie de ataques contra Taiwán sin motivo aparante. A instancias del presidente de los Estados Unidos, en aras de defender sus derechos (¿?), la armada ha desplegado todo su potencial en la zona para intervenir en el conflicto. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), una vez más, trata de jugar el papel de árbitro, y decreta que absolutamente ningún avión puede penetrar en el espacio aéreo de los dos países, pero evidentemente se incumple. Nosotros somos un piloto de élite que debe abatir todos los cazabombarderos que sobrevuelen ese área. "Buena suerte y buena caza".
Vistas desde el interior de la cabina |
Con este argumento tan beligerante estrenamos género. Pero no un género cualquiera, como podría ser el RPG, que también ha tardado lo suyo en tener un representante en condiciones, sino uno bastante más escabroso: el simulador de vuelo. Tampoco es que el juego de Majesco sea plenamente un simulador, pero sí que lo pretende. En realidad, está mucho más cerca, por estilo, a Ace Combat o F18 Lighting. Dicho de otro modo, aunque también hay algunos detalles bastante fieles a la realidad, lo cierto es que priman, por encima de todo, los disparos y los bombardeos. Hay que tener en cuenta, no obstante, que esto es Game Boy Advance, una consola portátil que tampoco está capacitada para soportar rutinas demasiado complicadas, así que, de antemano, no le pediremos peras al olmo, y nos centraremos más en lo que da de sí este título.
Horizonte y mar son lo mismo en este juego |
Para empezar, tenemos que recordar que F-14 Tomcat es una versión directa del clásico de Super Nintendo Turn and Burn, que lamentablemente pasó con más pena que gloria por nuestro mercado. Lo cierto es que aquella plataforma tampoco albergó títulos de características similares con demasiado éxito. Salvando el propio Turn and Burn y Blazing Skies de Namco -que no era una maravilla precisamente-, no hubo mucho más por donde escoger. Y en GBC ni hablemos: lo último fue Deadly Skies de Konami, serie que hace poco se ha estrenado en Xbox, y que en su paso por la portátil dejó un sabor de boca más bien amargo. Así que es todo un honor volver a jugar a uno de los pocos cartuchos que de verdad merecieron la pena.
¡Uau! Menudo portaviones... |
Sin entrar a describir todo lo que propone, puesto que para eso tenemos todos los apartados de puntuación, en el menú inicial de F-14 Tomcat nos encontramos con las opciones más clásicas. Desde crear una nueva partida, donde deberemos cumplir múltiples misiones localizadas en varias fases, hasta un multiplayer, pasando por una lista de opciones para configurar el juego, y, finalmente, algo curioso, una prueba de aterrizaje, en la que podremos prácticar esta maniobra sobre un portaviones. Dicho esto, vayamos a evaluarlo.
g r á f i c o s
Aquí tenemos a nuestro F-14 |
Si F14 Tomcat estuviera compuesto sólo por una fase, además de estúpido, sería genial. Vamos, que una vez ves una fase, las ves todas, y eso no dice mucho a su favor. Cada nivel -o sea, todos- está compuesto por un mar insondable que se pierde en el horizonte, con un par de nubes en el cielo que van pasando a nuestro lado. De vez en cuando aparece un enemigo que dificilmente podemos localizar a la primera, pues es muy -demasiado- pequeño.
El operario huye antes de que le atropellemos |
Tiene algunos detalles que merecen ser destacados. Antes de empezar cada pantalla, estamos en un portaviones y un operario nos indica las maniobras que debemos hacer -no jugables, se producen automáticamente- antes de salir de "caza". Asimismo, podemos ver nuestro propia figura cuando hacemos el cambio correspondiente de perspectiva, y hasta vemos parte de la estructura del avión. El panel de control muestra cosas bastante básicas y que deben estar ahí por rigor, como la palanca de control, el radar y los indicadores de temperatura, revoluciones, etc., pese a que estos últimos tan solo están para decorar y no sirven para nada más.
F14 Tomcat usa, en parte, las capacidades del modo 7. Está pensado para emular la sensación de vuelo que tienen las 3D, y para ello nada mejor que echar mano de las rotaciones y el escalado de píxels. El resultado no está nada mal, pero ciertamente todo el conjunto es bastante insulso. Sin nada con que asombrarse -ya que estamos en China y Taiwán, no estaría de más ver edificios o terrenos de aquellas tierras- este juego acaba volviéndose terriblemente repetitivo.
s o n i d o
Si eres buen piloto, te pasará esto... |
La música no pega ni con cola. Guitarras eléctricas en la secuencia de introducción tratan de ponernos en antecedentes, y lo cierto es que más que un mensaje de alerta, parece un videoclip basado en la película Top Gun. De todos modos reconocemos que está bastante bien realizada. No suenan más partituras a lo largo del juego, lo que, vistos los resultados y el estilo de una, se agradece.
El peso del apartado recae en los FX. Huelga decir lo que nos vamos a encontrar, pero por si acaso enumeramos algunos efectos: las turbinas zumbando, las balas enemigas perforando el casco de nuestro avión, los mísiles volando cerca de nuestra posición... y el resultado de todo ello, explosiones. Mucho mejor que la música, sin duda.
j u g a b i l i d a d
Aquí tienes el panel de misiones |
Te lo pueden decir de muchas maneras distintas pero todas son iguales. Los retorcimientos creativos son patentes, puesto que, eliminar a MiG, A-6 Interceptors, proteger convoys o bases, es, pura y simplemente, lo mismo. Vamos, que toda misión que vamos a acometer será, reduciéndolo mucho, llevar el caza de un lado para otro, evitar que nos revienten el carenado, eliminar a todo avión que se mueva y a esperar la siguiente fase. Fase que, como no, es exactamente igual, solo que con más rivales.
Nada por la derecha... |
La gracia del asunto es que tenemos un "mapeado" en el que podemos volar de forma libre. Lo de mapeado está entrecomillado porque, pese a que sí existe la posibilidad de movernos a nuestro antojo, no deja de ser cierto que todo lo que vemos es igual, y apenas notaremos que vamos desplazándonos. Así, no es difícil encontrarnos con un caza detrás de nuestros reactores. Cuando esto suceda, podemos demostrar nuestras dotes como piloto y alinearnos a él de cualquier manera, ya sea haciendo giros sobre uno mismo y dibujando un círculo para ponernos a la estela del rival, sin miedo a que sus turbulencias nos desestabilicen. El radar que tenemos en el "interface" ayuda bastante. Tiene tres posiciones distintas: una general, donde se muestra un campo de visión bastante amplio; una media, con los aviones que hay en un radio reducido; y uno que nos muestra los objetos que tenemos al alcance.
...nada por la izquierda |
Lo malo es que el control no se presta demasiado para que toda esta experiencia sea más agradable. Nuestra altura no queda en ningún momento aclarada, así que es probable que tengamos un objetivo a 3 mil pies por encima y no nos demos ni cuenta. Hay que fijarse, para ello, en los marcadores, aunque son muy, muy pequeños. Pero lo peor del caso es la inércia del caza. Cuando giras, este sigue durante unos segundos en esa posición, y encarar lo que uno desea es condenadamente complicado. Entre que fijas un punto para atacar y alineas el caza pasan unos segundos que, en la mayoría de los casos, además de tiempo perdido, se traduce en tener que volver a maniobrar hasta situarlo nuevamente "a tiro". Para que esto no hubiera sucedido de esta manera, recomendaríamos en el futuro el uso del "padlock" -apunte automática- pese a su naturaleza irreal. Si no gusta al usuario, la supresión desde el menú pertinente puede ahorrar más de un digusto. Se agradece, por otra parte, que haya dos perspectivas desde el interior de la cabina, aunque realmente no sirven de nada.
Otra vista desde el interior. ¡Qué soso! |
No hay muchas opciones más para disfrutar. En el multiplayer, pueden unirse cuatro jugadores para pasar un par de minutos combatiendo entre ellos. Nada especialmente divertido. La modalidad de aterrizaje es injugable e infumable. Nostalgia nos entra cuando recordamos las prácticas que nos planteaba el señor Miyamoto en Pilotwings.
c o n c l u s i ó n
Disfruta de esta foto, porque es lo más espectacular que verás |
El mensaje será muy claro: F-14 Tomcat solo merece ser respetado por los seguidores del género. Es difícil que algo con un control un tanto torpe, unos gráficos algo desaprovechados y con poca variedad de fases, pueda hacerse un hueco en este catálogo, aunque venga a llenar el agujero del arcade aéreo. Turn and Burn fue un juego sensacional en su tiempo. Más de un lustro después no sorprende, por mucha portátil que sea. Lo peor es que estamos ante algo a medio camino entre la acción pura y dura y la simulación, pero esta indecisión hace que no se decante por ninguno y acabe descontentando a adeptos de cada uno de ellos, independientemente. En fin, justa nota el cinco y medio, porque el trabajo de la conversión merece ser recordada, pero si se hubieran dignado a añadir algún que otro detalle la cosa hubiera cambiado casi por completo.
l o m e j o r
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.