Goemon New Age (PlayStation)
Simultáneamente con la versión de Game Boy Advance, Konami edita un nuevo capítulo de Goemon, esta vez abandonando su clásico Japón feudal para entrar de lleno en un futuro post apocalíptico... a medias.
Simultáneamente con la versión de Game Boy Advance, Konami edita un nuevo capítulo de Goemon, esta vez abandonando su clásico Japón feudal para entrar de lleno en un futuro post apocalíptico... a medias.
Siguiendo la estela de The Groove Adventure de la propia Konami -basado en un manga muy conocido en Japón- Game Boy Advance y PS One van a recibir una versión del mismo juego. Lo negativo del caso es que, siendo de empresas que luchan por llevarse su porción de mercado, no van a beneficiarse de la interconectividad entre ellas, algo que últimamente reclaman muchos usuarios. El título en cuestión es Goemon New Age, y aquí puedes ver el avance para la consola de Nintendo.
Ambos programas son prácticamente idénticos, al menos el diseño así lo certifica. El universo de Goemon ha hecho un salto en el tiempo y ha dejado atrás sus delirios en el Japón feudal para adentrarse en un país que se cae a pedazos. Pero antes de entrar en materia, permitidnos hacer un poco de historia para enmarcarlo bien. Una historia que en PS One comenzó de esta manera...
Samuráis con la... espada desenvainada
Aparentemente Goemon está inspirado en una leyenda de origen nipón, y eso es algo que se trasluce por una ambientación que confunde, en parte, la época de los samuráis y las criaturas mitológicas -leáse, dragones. Aunque esta tesis bien podría enterrarse una vez nos metemos de lleno en el juego, pues todo este ambiente cercano a lo épico desaparece por la presencia de unos personajes un poco salidos de rosca y enemigos que rozan el travestismo y, en ocasiones, el exhibicionismo.
Pero bien, lo que nos importa es la historia de Goemon en PS One, y a eso precisamente vamos. La primera edición salió en 1996, con el subtítulo de Uchukaizoku Akogingu, y fue programado por la divisón de Konami Osaka. Recuperaron la mecánica del Goemon 3 para SNES; esto es, en definitiva, una perspectiva a vista de pájaro, con un marcado estilo RPG que mezcla algunos minijuegos y secciones en las que debemos controlar a Impact, un robot que se cree estrella de cine. Dos años más tarde, Konami, esta vez su filial de Nagoya, lanza Ayashigeikka no Kuroikage!, que cuenta como principal característica con un entorno en 3D, el primero de la saga; aspecto que, posteriormente, sería igualado y superado en Nintendo 64, con Goemon 5. Y, por último, el pasado año la sucursal kyota sacó un título -Oedo Daikaiten- mucho más próximo al estilo original de la serie -plataformas y aventura-, aunque esta vez con un tratado gráfico que aúna las 2 con las 3D.
Es decir, hasta la fecha nos hemos encontrado con tres juegos en un periodo de seis años, tiempo suficiente para que el programa se integre entre el catálogo de esta consola y pueda ser lanzado a nivel mundial, ¿Verdad? Pues no, lamentablemente. Ninguno de estos títulos ha visto la luz en España, y es una pena, puesto que todos ellos atesoran una calidad notable -con altibajos, todo hay que decirlo. No obstante, el jugador se estará preguntando, ¿Dónde radica el encanto de Goemon? Pues en este avance de la última versión, denominada con tino New Age, vamos a dar respuesta a ello.
Cambios en la base: más serio, pero igual de estúpido
Al principio nos movemos en una fase introductoria, que viene a ser una suerte de campo de entrenamiento donde podemos prácticar el control del protagonista. Nos percatamos de que, en este estadio, no hay demasiados secretos. Los botones de función se usan para aporrear con una pipa -que posteriormente puede extenderse con algunos items- y una pistola que dispara monedas, previamente recogidas, claro. La mayor diferencia en este sentido es que, comparado con The Goemon's Adventure (N64, 1999) nuestro héroe es incapaz de hacer el doble salto, y que en vez de lanzar créditos con la mano lo hacemos con una pistola bastante más resultona.
Una vez ya hemos conseguido superar este primera prueba, llegamos a una enorme joya que debemos destrozar -en otras entregas esto era un cofre gigante- y, entonces, saltarán monedas como si de una fuente de agua se tratara. Hecho esto, el jugador puede guiar a los protagonistas, Goemon -el típico personaje atolondrado y glotón- y Ebisu -una muchacha con el pelo de color azul- a la primera ciudad, situada, como siempre, en el valle de Oedo. Dentro, a partir de una perspectiva lateral, podremos entrar en todo tipo de habitáculos, ya sean hoteles donde reposar y guardar la partida, restaurantes para recuperar energía, casas donde nos serán encomendadas algunas misiones, y un largo etcétera, sin dejar de lado a los maleantes que circulan por ahí, pudiendo acabar desvalijados en media calle si no nos andamos con cuidado. Y la verdad es que sin monedas en nuestra posesión, los combates con Impact -que posteriormente comentaremos-, y contra algunos jefazos de nivel, son empíricamente imposibles.
Lo que hay que hacer, tanto aquí como en otros capítulos, es seguir avanzando, a base de hacernos con el favor de los habitantes de cada pueblo -los que estén dispuestos a charlar con nosotros, claro-, superando las fases siguientes, y derrotando a un enemigo final por mundo, no exento de una fortaleza previa con una dificultad seriamente empinada. La curva de aprendizaje, por tanto, está muy equilibrada, y en función de la importancia de la pantalla, cumplir un objetivo será más o menos complicado.
Otro tema importante en la jugabilidad es, como ya hemos dejado entrever, la lucha a bordo de Impact, una máquina estrafalaria que alardea de ser una estrella del celuloide. El homenaje a Mangas del calibre de Mazinger Z, Macross o Robotech es perceptible al primer contacto, especialmente por el tema que suele acompañar sus apariciones -esa voz masculina nos suena de algo. Como decíamos, en estas peleas vemos la situación desde el interior del casco de Impact, y podremos realizar multiples ataques, ya sean golpes de puño -derecho o izquierdo-, bolas de energía -que equivale a pérdida de dinero- o protecciones con los brazos. Hay que tener en cuenta que todos los enemigos tienen un comportamiento preestablecido, y es importante encontrar sus errores y puntos débiles. A medida que vamos devorándoles su salud, la forma de actuar se vuelve más violenta, y sus ataques son más potentes e imprevisibles, hasta el punto que a menudo resulta frustrante ver como remonta la partida con sus artimañas.
¿Que demonios ha pasado en Oedo?
El universo de Goemon tiene como principales rasgos la omnipresencia de guiños a la cultura oriental. Palacios con feudo, dojos como viviendas, el emblemático Monte Fuji, maestros de artes marciales, etc. Sin embargo, lo que llama la atención de esta entrega es la ruptura parcial con su pasado. Si bien se mantienen elementos sumamente modernos que ya habíamos visto antaño, ahora cobran protagonismo los automátas, los rivales de caracter futurista, como motos de tecnología punta, torres de comunicaciones, industrias en funcionamiento, y cosas así. Por tanto, New Age está envuelto por un baño que, en lugar de mezclar lo viejo con lo nuevo, mezcla lo nuevo con lo viejo, y eso se nota.
Para dar forma a todo esto se ha recurrido al clásico planteamiento de las 2.5D, es decir, personajes y fondos en 3D, pero con un desarrollo en 2D. Cosa que, por otra parte, hemos podido ver en varios títulos, como en Klonoa de Namco o el mismo The Goemon's Adventure para Nintendo 64. El resultado es muy efectista, pues permite un buen acabado gráfico sin tener que forzar la máquina, y un desarrollo rápido y directo. El apartado sonoro también será uno de sus puntos fuertes. La Banda Sonora estará muy cuidada, especialmente a nivel armónico, y se espera que incluya canciones cantadas. Los FX serán los de siempre: gritos digitalizados, samples de saltos, golpes, agua chocando contra las rocas, pájaros, etc.
No hay tres sin cuatro
Si ninguna entrega anterior a esta salió en Europa, queda claro que Konami tendrá nulas previsiones de que, por algún casual, este Goemon New Age se vaya a comercializar fuera de Japón. No ya por su estilo, sino porque, si antes, con una PS One en pleno auge, no se atrevieron, dudamos mucho de que con la sucesora en la calle -aunque bien es verdad que ambas son compatibles, gastar dinero por algo antiguo no es demasiado viable- se produzca finalmente el lanzamiento. Así pues, esperemos que alguien pueda disfrutar de esta maravillosa y honorable secuela, y, si os atrevéis, os aseguramos que gustará a todo aquel que esté dispuesto a importarla.
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