Tu consola está a punto de entrar en estado de emergencia.

Los creadores del fantástico Grand Theft Auto 3 están de vuelta para ofrecernos más acción sin ningún tipo de censura. Sin embargo, la única comparación con el anterior título, es la violencia gratuita. Por lo demás, aquí solo veremos un normal juego de acción.

Cuando nos enteramos que Rokstar Games estaba desarrollando otro título, estábamos impacientes de que saliera. Todos dábamos por sentado que tenía que ser una obra maestra, a la altura de su juego anterior: GTA3. Sin embargo el chasco ha sido bastante grande, y la culpa la tiene las elevadas expectativas que habíamos puesto en él.

Todos esperábamos un juego con libertad de acción, con mucha violencia y con misiones muy divertidas, pero por desgracia, solo se cumple la de la violencia. Básicamente estamos ante un juego de lucha callejera, donde manejamos un personaje a elegir, y donde tendremos que enfrentarnos a todos los que se nos pongan por delante. Otros exponentes podrían ser "Final Fight", "Streets of Rage", "The Bouncer" o el más reciente "Hidden Invasion".

De todos modos, estamos ante un juego que tienen su propia personalidad dentro del género. Aquí tenemos bastante libertad de movimientos para lo que es un juego de este estilo. Podremos ir por lugares bastante amplios, e interactuar ligeramente con el escenario, pudiendo coger sillas o bancos para lanzarlos, o bien romper los cristales de las tiendas, pero poco más.

Sin embargo, la principal novedad que se ve, es la cantidad de gente que hay en la pantalla. La inmensa mayoría son civiles, que corren de un lado para otro, dando una sensación general de pánico. Pero no os creáis que hay 10 ó 20 personas... ¡hay hasta 100 personas en pantalla a la vez!. Y no se genera ni la más mínima ralentización. Luego, a parte de los civiles a los que podremos matar impunemente, tenemos también a las fuerzas de seguridad, que van desde guardias de seguridad rechonchos, hasta las fuerzas especiales de la policía, pasando por guardaespaldas privados.

El sistema de juego se divide en dos: el modo Caos y el modo Rebelión. En el modo Caos, lo único que tendremos que hacer será matar gente sin parar. Se nos irán dando puntos y la partida terminará si se acaba el tiempo o si nos matan a nosotros. Mientras jugamos en este modo, se nos irán dando algunas misiones que nos darán más puntos mientras duren, como romper las lunas de las tiendas, o matar a cierto tipo de policías. También nos pondrán taras temporales, como por ejemplo que no podamos matar a inocentes, cosa que si realizamos en ese momento, nos quitará puntos. El modo Caos tiene algunas variantes, como jugar con un tiempo específico o jugar sin límite de tiempo.

El otro modo de juego, el Rebelión, consiste en ir cumpliendo las misiones que se nos vayan asignando. Sin embargo, a pesar de que en el juego hay más de 170 misiones, se hacen todas muy rápido, y acaban resultando todas muy parecidas. Tenemos por un lado las consisten en matar a alguien, ya sea porque molesta o porque tiene algo que necesitamos (o que necesita nuestra banda). Otro tipo de misiones consisten en escoltar a alguien mientras va a algún sitio o mientras hace algo. Y el tercer tipo de misiones consisten en destruir algún sitio en concreto. A medida que vayamos cumpliendo las misiones, iremos avanzando en la trama, desbloqueando nuevos personajes con los que jugar y pasando por los 4 escenarios que componen el juego.

En el momento en el que empezamos la partida, en cualquiera de los modos, apareceremos en la entrada de la fase. A partir de ahí, iremos avanzando con una vista en tercera persona, con una cámara que se colocará inicialmente detrás de nosotros. Si nos giramos, la cámara no lo hará, pero podremos volver a colocarla detrás con el uso de un botón. Luego podremos correr, pegar, coger armas y dispararlas, siempre estando dentro del recinto cerrado que compone la fase en cuestión. Olvidaos de entrar en las tiendas o hablar con la gente... aquí no hay de eso, y tan solo podremos hablar con los que nos den las misiones en el modo Rebelión.

Y ahora es cuando por desgracia toca hablar del punto negativo del juego, y lo que motiva su nota: su repetitividad. Por desgracia, este solo es un juego de puñetazos de uno contra todos (aunque aquí el "todos" sean bastantes), en el que se pueden usar armas con frecuencia, pero nada más. El modo Caos resulta aburrido a las pocas partidas, ya que uno se cansa pronto de aporrear los botones para realizar una y otra vez el mismo combo. Por otro lado, las misiones del modo Rebelión, resultan sosas y vacías, se realizan muy rápido, y resulta muy frustrante cuando estás a punto de acabar una, te matan al VIP que tienes que proteger (porque no tiene nada de aguante y además carece de IA), y la tienes que empezar de nuevo.

 G r a f i c o s

Este apartado se queda un poco desfasado si lo juzgamos individualmente. El punto positivo es la cantidad de gente que se mueve por delante de nosotros, incluyendo a las fuerzas de seguridad. Sin embargo, enseguida veréis que la gente corre sin sentido, como si estuvieran por estar, y en el fondo da una sensación no de caos, sino de tontería ambiental.

Pero si nos saltamos este punto, el de la gran cantidad de gente que aparece, no hay nada más que destaque en el apartado gráfico. Los polígonos que componen todo, desde personajes hasta escenarios, son muy escasos. Paredes casi planas, mobiliario urbano mínimo y unos personajes de aspecto muy pobre. En cierto modo se parecen mucho a los del GTA3, pero en ese juego, tenías a tu disposición una ciudad entera, y aquí el perímetro que abarca cada fase, tampoco es muy amplio.

Sin embargo, en este apartado hay que dar dos buenas noticias, sobre todo de cara a un GTA4. Aquí SI tenemos selector de 60 hz, y además, selector para pantalla ancha (Widescreen). Un detallazo, que si bien en este juego no es muy necesario, sí es de agradecer, y nos hace intuir que también lo tendremos en la próxima versión de GTA.

Este es quizás el peor apartado de todo el juego. Nada más que tendremos unas repetitivas melodías de corte techno que se sonarán una y otra vez hasta la saciedad, agotando nuestra paciencia en poco tiempo. Afortunadamente, los sonidos suenan con bastante fuerza (que no calidad) y nos ocultarán estas pésimas músicas.

Si las ponemos a bajo volumen en el menú de opciones, consiguen estar sin molestar demasiado, pero en general son un desastre.

Este apartado tampoco es que sobresalga de manera apreciable, salvo por un aspecto. Tenemos la opción de seleccionar el sonido en Surround, para los que tengan un amplificador que lo aproveche. De todos modos, lo hemos probado, y en lo único que se aprecia, es cuando una voz femenina habla por megafonía anunciando cosas. El resto de los sonidos y voces, no parece que aprovechen esta función.

Y los sonidos del juego, son en general muy sencillos. Por un lado tenemos un murmullo general para representar la gente enloquecida que corre de un lado para otro. Y por otro lado, tenemos los sonidos típicos para reflejar los golpes, gritos y los disparos de las armas. Por desgracia nada más, y en general un apartado pobre, acorde con el resto del juego en general.

Por último mencionaremos que las voces están en inglés, pero dispondremos de subtítulos en castellano para poder entenderlas.

Y ahora entramos en el apartado más importante de todo juego. La diversión que provoque un juego puede hacer que todo lo demás quede sin importancia. En este juego, la diversión existe, pero en pequeñas dosis, que irán siendo cada vez más pequeñas a medida que juguemos.

El porqué está en el sencillo control del personaje y las pocas acciones que podemos hacer con él. En principio el personaje se maneja con la palanca analógica izquierda. Con el botón X ,daremos puñetazos y con el botón cuadrado, daremos patadas. Si pulsamos uno repetidamente, nuestro personaje empezará a combinar golpes a gran velocidad. Sin embargo estas combinaciones son siempre las mismas, y no se pueden combinar patadas y puñetazos. Lo que si se puede hacer es agarrar a los enemigos e incluso arrancarles un miembro para luego repartir golpes con él.

A parte de esos dos botones, tenemos los L2/R2 para apuntar a los enemigos, el L1 para correr y el R1 para coger armas u otros objetos arrojadizos del suelo. Una vez tengamos un arma podremos dispararla con el botón X. Para terminar, tenemos el botón círculo, con él haremos un ataque circular, muy útil cuando estemos rodeados, pero que no podremos hacer siempre que queramos.

Ahora que ya sabemos como hacer las cosas, vamos a ver como se juega. Empiezas la partida y apareces en la entrada de la fase. Hay muchísima gente por todas partes. Te acercas al primero que pillas y le empiezas a atizar. En ese momento te echas unas risas y creerás que la cosa va a ser divertida. Enseguida verás a las fuerzas de seguridad y empezarás a golpes con ellos. Estos ya son más duros, contraatacan, se ayudan, pero aun así, podrás acabar con todos ellos en menos de nada, ya que apenas tienen inteligencia artificial.

Y ahora tienes dos posibilidades. Continuar repartiendo estopa hasta que te sangren los dedos o hundas el botón del mando, o bien ponerte a realizar las misiones del modo Rebelión, de las cuales también acabarás rápidamente aburrido, pues en el fondo es más de lo mismo, pero con objetivos.

Al cabo de un rato el juego empieza a cansar, ya no resulta tan divertido y al cabo de otro rato más lo encontrarás tedioso y cansante hasta la saciedad, relegándolo al olvido.

Por desgracia, esta buena idea no ha llegado a buen termino. Si esto que aquí jugamos fuera una parte o una misión del GTA, sería una misión genial, pero como juego individual, con unos apartados técnicos tan limitados, no consigue acabar de calar. Sin duda, de no ser por el selector de 60 hz, el sonido en Surround, y la traducción al castellano, aun llevaría menos nota.