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Midnight Club Street Racing

Midnight Club Street Racing

  • PlataformaGBA3
  • GéneroConducción
  • DesarrolladorRebellion
  • Lanzamiento31/01/2002
  • TextoEspañol

Perdido en la gran ciudad

Las carreras clandestinas en la ciudad es el tema sobre el que los chicos de Rebellion quieren hacer partícipes al jugador. ¿Podrá Midnight Club Street Racing trasladar a la pantalla de Game Boy Advance la emoción de lanzarse a más de doscientos por las calles de una ciudad como Londres o Nueva Yor

Las carreras clandestinas en la ciudad es el tema sobre el que los chicos de Rebellion quieren hacer partícipes al jugador. ¿Podrá Midnight Club Street Racing trasladar a la pantalla de Game Boy Advance la emoción de lanzarse a más de doscientos por las calles de una ciudad como Londres o Nueva York?

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Las carreras clandestinas en las grandes ciudades es un fenómeno que aumenta día a día por todo el mundo. Se trata de clubs o pandas que compiten con sus vehículos dentro de la propia urbe a velocidades endiabladas, jugándose la propia vida y la de los demás. Las apuestas suelen ser muy elevadas, incluso de varios millones en las sociedades más elitistas, y los motivos de los participantes son de lo más variados, aunque el dinero, la búsqueda de emociones fuertes, la fama o el simple hartazgo por la vida son motivaciones bastante frecuentes.

Tal y como sucede en no pocas ocasiones, situaciones tan extremas y peligrosas en la vida real, se convierten en potenciales fuentes de diversión desde el punto de vista virtual. Lanzarse por las calles a toda velocidad, desafiando las leyes, sintiendo como la adrenalina se dispara mientras esquivas el denso tráfico y las luces de la ciudad se reflejan en la reluciente carrocería, a la vez que el dulce aroma del triunfo impregna el momento de la llegada victoriosa a la meta. Desde luego, cuando no hay vidas humanas en juego ni perjudicados en la vida real, el tema resulta de lo más sugerente.

Esto es lo que propone este Midnight Club Street Racing, donde a los mandos de un taxista, el jugador podrá introducirse en el turbio mundo de las carreras clandestinas. Todo comienza una noche, en la que uno de los miembros del club se encuentra circulando por la ciudad cuando se cruza delante tuya y te reta a que le sigas. Tu, empujado por la monotonía que supone ser taxista y empujado por el amor propio, te olvidas de todo y lanzas el taxi a toda velocidad tras la persecución del conductor. Impresionado por tu pericia, este te ofrece participar en la próxima competición de su banda, donde competirán él y otros de su grupo, algo que tu aceptas, comenzando así tus correrías nocturnas por la ciudad.

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Claro que de la prosa al juego hay un buen trecho. Quizás los menos familiarizados con la portátil de Nintendo se esperen una especie de GTA 3 con gráficos tridimensionales, o al menos, esperarán algo parecido a la versión de este mismo juego para la consola de Sony, que plasmaba una ciudad y coches poligonales. Obviamente, las capacidades de la máquina no están para esos trotes, así que se ha optado por unas perspectiva aérea, al más puro estilo Grand Theft Auto en sus primeras entregas.

La mecánica del juego es repetitiva, buscar por la ciudad a algún miembro del club, perseguirlo para demostrar tus habilidades para poder competir en una carrera multitudinaria y, si ganas, competir personalmente con el jefe de la banda, que será donde se hagan las apuestas, ni más ni menos que el coche del competidor (injustamente, esta apuesta solo se aplica por el lado del oponente, ya que el jugador nunca perderá su coche aunque pierda). De este modo, empezando por un mísero taxi, se podrá ir ganado vehículos hasta un total de 40, cada uno con sus propias prestaciones.

La idea es buena, la realización técnica es interesante, el control es soberbio... pero falla estrepitosamente en un punto tan básico como es la jugabilidad, aunque para este tema ya se hablará en su correspondiente apartado.

GRÁFICOS

Hay dos ciudades distintas: Londres y Nueva York, el aspecto que presentan el en luego tiene poco que ver con la realidad, pero hay que reconocer que se ha hecho un buen trabajo en torno al juego: un scroll suave y rápido, unos coches grandes y reconocibles, capacidad de rotación fantástica y una serie de efectos destinados a aumentar el realismo del título, como la estela que deja el cohe cuando pasa por el agua (aunque queda un poco raro que el coche pueda circular tranquilamente por cualquier lago o estanque de la ciudad, cuando normalmente debería hundirse, pero tiene pase).

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Hubiera estado bien que se incluyeran peatones, y más estructuras reconocibles pertenecientes a cada ciudad, pero el fantasma de la memoria está ahí y tampoco se le pueden pedir milagros a un cartucho tan limitado.

AUDIO

Tal y como viene sucediendo en la inmensa mayoría de los juegos de Game Boy Advance, los efectos son magníficos, usando sonidos digitalizados de gran calidad, pero las melodías son bastante mediocres, pues en un intento de ahorrar la escasa memoria, se usa el chip de audio de Game Boy, no el de GBA que es de mayor calidad pero requiere más recursos, el resultado son unas melodías mediocres de calidad ínfima y que nadie lamentaría que desaparecieran.

JUGABILIDAD

Cuando uno ve un juego como este, se pregunta ¿realmente prueban el juego antes de sacarlo?. ¿Como es posible que se tiren meses de trabajo para luego sacar un juego que no es divertido por fallos que se podían haber evitado de una forma más o menos sencilla?.

El punto más negro de todo el juego es lo que concierne a las competiciones, ya sea entre varios vehículos o cara a cara. Resulta que el recorrido está marcado por unas banderas y hay que pasar por todas y llegar al final el primero para ganar. En la versión de PS2, la cosa tenía su gracia, ya que había que buscar callejones y rutas alternativas para poder atajar y robarle segundos al crono. Una mecánica tan entretenida se convierte en una pesadilla en esta versión de GBA, ya que si no sigues el recorrido que sigue la I.A es literalmente imposible ganar, y la gracia del tema, es que no hay forma de saber por donde discurre el circuito. Resulta que en un poco inspirado movimiento de Rebellion, para ver donde se encuentra la siguiente bandera, han colocado en la parte superior de la pantalla una flecha indicadora señalando, no la flecha siguiente que sigue la I.A, sino la bandera más cercana. El resultado de seguir la flecha es que habrá que volver atrás para poder pasar por las banderas que te has saltado, perdiendo la carrera irremisiblemente. Si se hubiera puesto un pequeño mapa, o un indicador que señale la próxima bandera en el recorrido que hace la I.A, el juego hubiera ganado muchos enteros. Pero al hacerlo tal y como está resulta que hay que perder varias veces para memorizar por donde hay que ir y así intentar ganar, lo que se traduce en un completo aburrimiento (¿a quien le gusta repetir 6 veces un circuito solo para saber a donde hay que ir?).

Es verdaderamente una pena, pues estamos hablando de un juego rápido y con un control soberbio que se plamsa sobre todo a la hora de girar, algo que resulta una gozada por lo suave y ajustado con lo que se produce.

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Otro fallo, menos gordo pero que produce bastante fastidio, es que el juego no tiene memoria, sino que introduce un sistema de claves. Si bien esto no es malo, resulta que las claves solo sirven cuando ganas una carrera, no cuando ganas un coche, lo que implica que se pueden ganar una gran cantidad de coches, apagar la consola y luego encontrar que la mayor parte de los vehículos de tu garaje han desaparecido y hay que volver a ganarlos, lo que constituye un trago que pocos estarán dispuestos a tragar.

Para terminar la lista de despropósitos, ¿como es posible que un juego tan adecuado para dos jugadores no lleve esa opción?. Con un cable link, el modo de dos jugadores podría ser estupendo por la propia mecánica del título, pero el caso es que no lo incorpora, así que se puede hablar de un oportunidad perdida.

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3

Malo

La idea era buena pero se ha llevado a cabo de forma desastrosa. No te lo compres, está mal terminado.