Diversión ante todo

Kohan es uno de esos juegos que tienen gráficos normalitos, sonido muy decente y una jugabilidad a prueba de bomba. Es uno de esos títulos que no llaman la atención por su aspecto técnico, pero que enganchan al jugador desde el primer momento, gracias a que el sistema de juego es tremendamente sencillo y fácil de aprender merced a los fantásticos tutoriales que incorpora. Y el resultado es que el tiempo se te pasa volando cuando estás jugando: lo que todo buen juego debería conseguir. Eso sí, es obligado decir que sólo el manual está en castellano: ni los textos de pantalla ni las voces han sido traducidos, lo que puede desanimar a ciertos jugadores.

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Y, ¿en qué consiste el juego? Bueno, pues en esencia, es un ETR pero nada que ver con Command & Conquer y similares. El jugador no tendrá que preocuparse de buscar recursos y recolectarlos, puesto que esto ha desaparecido, sino que tendrá que controlar el mayor número posible de ciudades y construir en ellas los edificios necesarios para conseguir cuanto más oro mejor. Veámoslo con detalle...

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Hay cuatro tipos de recursos: oro, madera, piedra y hierro. Pero sólo el primero es acumulable. Esto quiere decir que si no tienes madera, piedra o hierro suficientes para mantener tus edificios o tropas, el oro se gastará en comprar estos otros recursos que necesites. Si te sobra alguno de estos recursos, simplemente lo pierdes. Un ejemplo: imagina que cada minuto (recuerda que esto es tiempo real), ganas una unidad de madera, dos de piedra y pierdes tres de hierro. El oro que ganas cada minuto depende de los impuestos que paguen tus ciudades, de las minas de oro que poseas y de lo que gastas en comprar esas tres unidades de hierro que te faltan.

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Entonces, ¿si cada minuto gano 14 de madera, no sirve para nada? Realmente no: tienes que venderla con los edificios apropiados. Hay que olvidar ese concepto de acumular recursos de todo tipo: aquí sólo sirve el oro, que es lo que permite crear unidades y edificios. Es un modelo de macro gestión al que estamos poco habituados, pero que simplifica las cosas de manera extraordinaria, sobre todo porque la estrategia cambia notablemente respecto de lo que estamos acostumbrados.

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Otra cosa novedosa son los edificios a construir en cada ciudad. En el juego se llaman componentes y el número de ellos que podamos construir dependerá del tamaño de la ciudad (que se puede ampliar con la cantidad de oro oportuna). Pero lo importante es que los componentes se pueden mejorar, y sólo una vez. Por ejemplo, si tenemos un "Woodmill" (para obtener madera), lo podemos convertir en una Serrería (para obtener más madera), un gremio de carpintería (para reducir el coste ciertas unidades) o una exportación de madera (para vender madera a cambio de oro).

Pero sólo podemos elegir uno de ellos, además de sólo poder construir un tipo de edificio en cada ciudad. Esto hace que haya que pensar muy bien qué tipo de edificio construimos, en qué ciudad y a qué lo queremos mejorar, complicándose la cosa si pensamos que el número de edificios por ciudad está limitado. Parece una tontería, pero esta característica da mucho, mucho juego.

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Hablemos ahora de las unidades. Éstas van a depender de la raza que habite la ciudad y el poder construirlas va a depender de si tenemos o no ciertos edificios (otro factor más que habrá que tener en cuenta a la hora de construirlos). En Kohan no se usan las unidades individuales, sino las compañías, que podremos diseñar a nuestro antojo. Para ello, basta con elegir un tipo de unidad de primera línea (por ejemplo, infantería) y otras dos para el apoyo (como un mago y un clérigo). Además, cada compañía debe ir liderada por un capitán, o mejor todavía, por un Kohan (que además de mejores habilidades, suelen tener hechizos o dan alguna habilidad especial a las tropas que comanda).

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Los Kohan son inmortales, así que cuando sus puntos de vida acaban, su esencia queda recogida en un medallón que todos llevan y que luego se podrá usar para despertarles, aunque perderán sus puntos de experiencia en el proceso. Como era de esperar, estos puntos de experiencia también los tienen las tropas convencionales y les servirán para mejorar sus estadísticas de combate.

Y me queda hablar de las zonas de control. Cada ciudad tiene una zona de suministros de cierto alcance (que depende de su tamaño y ciertos edificios) que permite que las tropas que estén dentro de su radio de acción recuperen energía y puedan reclutar unidades para sustituir a las ya caídas. También hay una zona de defensa (tanto para ciudades como unidades), que determina la distancia a la que se detecta y ataca al enemigo. Y por último, la zona de control determina los recursos que puede controlar esa ciudad y también la distancia mínima con otra ciudad. Así que es importante estar al tanto de estos detalles para que nuestras unidades repongan fuerzas o puedan pasar desapercibidas frente a un enemigo más numeroso.

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Como veis, un buen número de factores que ayudan a que el juego sea realmente divertido y que recuerde mucho a clásicos como Master of Magic o Heroes of Might & Magic, aunque en tiempo real en vez de por turnos.

Audio / Vídeo

Los efectos de sonido están muy conseguidos: los sonidos de lucha, los gritos, las voces en inglés (muy bien interpretadas),... Consiguen ambientar el juego a la perfección, gracias a su calidad y a un buen uso del estéreo y del volumen, para que cuando oigas algo, sepas desde qué dirección y a qué distancia. La única pega es que las frases de las unidades se vuelven algo repetitivas, pero como siempre pasa en cualquier juego de este tipo.

Por otro lado, la banda sonora también me ha gustado mucho: está compuesta por temas orquestales en plan película de aventuras, con muy buena calidad. Pasemos ahora a hablar de los gráficos. Todo el juego está hecho en 2D, lo que puede resultar un tanto desfasado en los tiempos que corren, pero con mucha dignidad y a 1024x768. Las unidades están perfectamente representadas y animadas, con efectos visuales muy llamativos (como las bolas de fuego de los magos o las flechas mágicas de los rangers), pero el terreno es bastante pobre, aunque muy variado. Eso sí, las secuencias animadas que se nos ofrecen de vez en cuando son de muy buena calidad.

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Guión

Hace mucho tiempo, el Creador imaginó un mundo perfecto, llamado Khaldun. Tras la creación, lo habitó con los Kohan, unos seres con poder divino, perfectos, como el mundo que habitaban. El Creador regaló a cada uno de ellos un medallón, sin decirles para qué servía.

Los Kohan cuidaban del mundo como si fuera un gigantesco jardín, y su cultura prosperó y su civilización evolucionó, pero algo entre las sombras trazaba sus propios planes para ellos. Algo que desembocó en el Gran Cataclismo y que destruyó a estos seres y gran parte del planeta.

Han pasado eones desde el Cataclismo y tu papel será el de un Kohan que acaba de despertarse. No recuerda nada, pero sabe que su misión es rescatar Khaldun de las Sombras y hacer que los Kohan vuelvan a la vida para cuidar el planeta y cumplir el sueño del Creador.

Estrategia y trucos

Es esencial tener un buen balance de la economía. Quiero decir que lo importante no es acumular todo tipo de recursos, sino ganar la mayor cantidad posible de oro cada minuto. Por tanto, basta con que cada recurso aparezca en números positivos y si se produce una cantidad excesiva de alguno, venderlo. También conviene dedicar una ciudad a producir tropas, concentrando en ella barracas, templo, herrería, "woodmill" y librería o lo equivalente en la raza que habite la ciudad, de tal manera que podamos producir cualquier tipo de tropa en ella.

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Explora todo el mapa, porque las ruinas de los templos pueden ocultar alguna sorpresa, como un nuevo medallón Kohan o algún artefacto desconocido.

Ten siempre localizada una tropa de ingenieros (necesitarás una cantera para poder reclutarla), para poder reparar edificios, construir minas y sobre todo, establecer puestos fronterizos. Estos puestos ("Outpost") contienen milicianos que saldrán al encuentro de un enemigo que se aproxime. También las ciudades en peligro deberían tener todos los edificios necesarios para mantener una milicia lo más preparada posible (muros y fortificaciones, por ejemplo).

Los recursos naturales, como minas de oro o canteras de granito, sólo se explotarán si tus ingenieros han construido la estructura necesaria para aprovecharlos y si hay una ciudad cuyo radio de acción contenga el recurso. Si esto último no se da, puedes fundar una ciudad nueva con colonos o construir un puesto fronterizo.

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Cuando te atacan, el radio de suministros no sirve para nada: tus tropas no serán curadas. Si ves la cosa muy mal, huye a un sitio donde puedas resguardarte. Recuerda que elevaciones del terreno y bosques dan bonificaciones al combate, aunque también disminuyen la velocidad.

Tus compañías pueden cambiar de formación, cosa que afectará a su eficacia en el combate y a la velocidad a la que se muevan. También es muy recomendable poner un héroe al frente de la compañía e intentar crear tropas que puedan manejarse solas tanto en cuerpo a cuerpo como a distancia. Puedes poner cuatro granaderos (o unidad similar) con un mago y un ranger o cuatro dragoons (caballería pesada) con arqueros a caballo. Y vigila su salud: una unidad destruida hay que volverla a crear desde el principio, mientras que si un sólo arquero sobrevive, podrás reconstruir la compañía en cuanto te acerques a una zona de suministros.

Si la moral de tus tropas baja demasiado, huirán, así que ten cuidado: podrían meterse en peores problemas si salen corriendo a lo loco, así que cuando veas su moral demasiado baja, ponlos a cubierto.

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En cuanto al parche como la versión aparecida en nuestro país es la 1.2.0 inglesa, no necesitarás ningún parche para poder usarlos. Eso sí, ya está disponible la 1.3.1 (descargable mediante el auto-update del juego) que añade ciertas mejoras en IA y modifica los valores de algunas unidades y edificios.

Jugabilidad

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A mí me ha enganchado, de eso no cabe duda. La única campaña (aparte de los dos tutoriales) que contiene el juego es lo suficientemente larga como para mantenerte ocupado muchos días. Además, hay que tener en cuenta que el juego incluye un editor (muy sencillo de manejar) y de que siempre puedes jugar escenarios sueltos (aleatorios, los que vienen en el juego o creados por ti), tanto en mono como en multijugador (a través de GameSpy).

La verdad es que esta mezcla de Master of Magic y tiempo real me ha encantado, porque aporta un soplo de aire fresco a un género muy, muy trillado y te atrapa durante muchas horas. No hay nada como ver un combate entre tus tropas y el enemigo con la caballería cargando, los arqueros disparando sin parar, los magos y clérigos lanzando hechizos como locos,... Una auténtica gozada.

Comparándolo con...

Pese a sus similitudes con el venerable Master of Magic o Heroes of Might & Magic, este Kohan Immortal Sovereigns aporta las suficientes novedades al género para destacar por sí mismo. Y si lo comparamos con estos juegos, los gráficos no son tan diferentes. Me hubiera gustado jugar a Age of Wonders para comparar, pero no he podido jugar a este juego. A ver qué pasa con  Age of Wonders 2...

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Las novedades que aporta, consiguiendo una altísima jugabilidad. Las zonas de control, el manejo de las tropas, las limitaciones a la hora de construir edificios,... todo se conjuga para mantenerte pegado al monitor horas y horas. Las batallas a gran escala son espectaculares. Larga vida del juego gracias al editor y a los escenarios aleatorios. Lo rápido que cargan las fases y se graban/cargan las partidas. Esto contribuye a aumentar el ritmo de juego. Requerimientos de hardware bajos.

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