Phalanx
Rememora lo que puedas...
Hace ya la friolera de 10 años (como pasa el tiempo), Kemco y Zoom nos presentaron un shooter de clásica factura para Super Nintendo en su momento de máximo apogeo. Sin embargo Phalanx, y pese a las prometedoras maneras que presentaba, nunca tuvo una excesiva repercusión.
Hace ya la friolera de 10 años (como pasa el tiempo), Kemco y Zoom nos presentaron un shooter de clásica factura para Super Nintendo en su momento de máximo apogeo. Sin embargo Phalanx, y pese a las prometedoras maneras que presentaba, nunca tuvo una excesiva repercusión.
Esta vez la amenaza sobreviene a la colonia Delia IV, en un lejano planeta habitado por terrícolas, en el borde exterior de la Galaxia Andrómeda. Una misteriosa raza alienígena, de la que se han obtenido escasos datos, ha atacado por sorpresa y de forma brutal las pequeñas ciudades de Delia en una estrategia que parece acercarles peligrosamente hacia la propia Tierra. Por enésima vez, el Consejo Terráqueo de Seguridad Espacial (bonito nombre, ¿eh?) decide tomar cartas en el asunto eligiendo de entre todos los pilotos disponibles a Rick Sanada, un experimento militar controlado genéticamente al que se le ha podido implementar reflejos 30 veces más rápidos y depurados que en el resto de mortales. En el papel del suicida Sanada, nos pondremos a los mandos de la nave Phalanx A-144 (un prototipo evidentemente), y nos dirigimos sin mayor dilación hasta el centro de la armada enemiga, sin la más paupérrima ayuda ni un terráqueo a miles de años luz a la redonda que nos asista en caso de fracaso...
Con esta pequeña, y típica, historia, Kemco nos pone en antecedentes y por lo menos nos presenta un argumento sobre el que sostener el paso de las fases en este matamarcianos horizontal. Sin embargo, las historias y los cambios en las tramas quedan en segundo lugar cuando disfrutamos de un shooter en todo su esplendor. Masacrar marcianos, aumentar de nivel armamentístico nuestra nave, enfrentarnos a los jefes final de fase y discurrir por bellos, exóticos y extraños parajes, han sido siempre los aspectos más atrayentes de este prolífico género, aunque en Phalanx, y por desgracia sea en menor medida...
Los escenarios no destacan tampoco en exceso pero afortunadamente son variados, dotados de un gran número de planos de scroll, e incluso algunos bastante imaginativos, como el perteneciente al segundo nivel, cuando tendremos que discurrir por una especie de túnel acuático cortado por arriba y abajo mientras sorteamos obstáculos laberínticos en plan R-Type, o la gigantesca nave alienígena con diversos subniveles y cambios de decorados constantes. Además todos ellos poseen un estilo diferente a lo que hayas podido ver con anterioridad, aunque sin olvidar la aparición de algunas reminiscencias a los grandes clásicos, como los motivos orgánicos de R-Type 2 o los meteoritos de Gradius. No sería justo terminar con este apartado sin mencionar la paleta de colores escogida, y que en muchas ocasiones se nos antoja algo "sucia", quizás digitalizada de trabajos anteriores, y que no acaba de integrarse todo lo bien que debiera con el resto de sprites que aparecen en pantalla.
Los enemigos por otra parte son variados y muy diferentes en tamaños. Algunos sobrevuelan el fondo para sorprendernos de repente al ponerse a nuestro nivel, otros ocuparán gran parte de la pantalla con sus continuos disparos, y algunos atacan en ordenados grupos que maniobran en complejas parábolas y que los hacen particularmente difíciles de derribar. En general presentan un buen aspecto y no son excesivamente repetitivos. Algunos jefes final de fase son sorprendentes (dejaremos que lo compruebes por ti mismo), mientras que otros son... simplemente decepcionantes.
En general son buenas composiciones, bastante rítmicas a veces (por ejemplo en los enfrentamientos contra los jefes final de fase), y algo más apagadas cuando la situación en pantalla lo requiere. De todas formas no pasará a los anales musicales de la historia de los videojuegos por su calidad.
Además de este tríptico uso armamentístico, Phalanx también destaca por el escudo que rodea a la nave, con el que podremos resistir hasta cuatro disparos del enemigo antes de perder una vida, y que a tenor de la dificultad creciente de forma exponencial a partir de segundo nivel se hace totalmente necesario para sobrevivir aunque sea un poco a las continuas hordas de naves enemigas. También dispondremos en "stock" de un reducido número de bombas con el que destrozar todo lo que pase por pantalla en el momento de su activación y de un disparo especial que sin embargo agota la intensidad de nuestro fuego tras usarlo en situaciones desesperadas.
El control por otra parte responde a la perfección y la situación de los botones es convencional y por tanto muy sencilla de recordar. No tendréis mayores problemas a la hora de poneros a los mandos de vuestra GBA y disfrutar con este cartucho que los impuestos por la inherente dificultad del juego.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.