Durante el desarrollo de Diablo II, Blizzard anunció que parte de sus efectivos técnicos irían destinados a conseguir un modo multijugador de Diablo II totalmente seguro y resistente a la manipulación de programas de terceros, unos programas que tanto daño habían causado a su primera parte. Así Blizzard anunció que la información de los personajes y su contenido se guardarían íntegramente en sus servidores, evitando y controlando de esta manera la integridad del sistema. Éste no era el único sistema de seguridad que Blizzard tenía pensado programar. Se enfrentaba también a la posible creación por parte de los jugadores de objetos que utilizarían posteriormente sus personajes. Para ello ideó unos algoritmos que generaban los objetos con variables aleatorias. Tal es el éxito de este sistema, que en la actualidad no existe ningún editor conocido capaz de generar el objeto exactamente como lo queremos, a excepción de los archiconocidos únicos que tienen unas propiedades establecidas, variando únicamente en la puntuación de las mismas y que por otra parte son fácilmente controlables por la compañía. Los problemas empezaron con la escasez que Blizzard había fijado de algunos objetos en el juego, y que desesperaban a más de uno que anunciaba, que tras nueve meses de juego, era el único objeto que le faltaba. Así no es difícil poner ejemplos reales/actuales de pujas en la principales casas de subastas online, como un arco ?WindForce? por 500$. El elevado valor real de estos objetos junto a la dificultad para que salgan en el juego provocó que muchos ?hackers? se interesaran en este nuevo sistema de hacer dinero, por lo que empezaron los primeros ataques a los servidores de Battle-Net con diversos programas. La técnica utilizada por estos programas, y dado que no pueden acceder a la ubicación de los personajes, ha sido estudiar, analizar y descifrar la comunicación que mantiene el juego con el servidor de Battle-net. Esta información manipulada ha sido capaz, en unas primeras versiones, de duplicar objetos que desaparecían una vez acabada la sesión, pero que eran perfectos para cambiar durante la misma por otros que sí había generado el juego. Incluso llegaron a apropiarse de las contraseñas de los personajes. La gravedad del ataque, a pesar de la temprana solución de Blizzard, hizo que la compañía adoptara una medida sin precedentes al utilizar las copias de seguridad de sus servidores, acallando de esta forma las críticas que podían perjudicar los preparativos de lanzamiento de la primera expansión del juego. Ahora un nuevo problema amenaza a la comunidad online de Diablo II, y está provocando una verdadera caída de usuarios en este juego. Día a día un grupo de ?hackers? se está haciendo con todos los objetos de las cuentas de los mejores personajes del juego. Seguimos hablando de sólo un juego, pero un juego que a sus fans les requiere invertir mucho, muchísimo tiempo, más de un año largo en muchos casos, para conseguir ocupar un lugar en la élite del universo de Diablo II, y eso es algo que todos los jugadores o no jugadores del juego debemos respetar. El problema con el actual ataque es que no necesita las contraseñas o passwords de los jugadores. Simplemente ?emula? a éstos mediante el rastreo del código de un objeto que dispongan los mismos, por ejemplo las pociones, y acceder de esta manera a las posesiones del jugador traspasando objetos de una cuenta a otra como si de un intercambio normal se tratara. Puede incluso que en muchos casos simplemente se pierdan. La gravedad de los hechos ha aumentado cuando los ?hackers? han utilizado los ránkings de puntuación donde aparecen los nombres de los mejores personajes del juego, para rastrear los servidores de Blizzard en busca de estos nombres y despojarlos de todas sus pertenencias. Es decir, todo personaje de nivel 99 es potencialmente en estos momentos objetivo de este grupo de programadores dispuestos a convencer a la comunidad de Diablo II que Blizzard no ha conseguido el propósito de asegurar las cuentas de los jugadores. Las quejas en los foros no oficiales, incluso en los propios de la compañía no se han hecho esperar: jugadores con más de un año dedicado al juego han visto como la ineficacia y la escasa atención de Blizzard a este nuevo ataque, de momento, han dejado a sus personajes sin nada. Ahora están llegando las reflexiones sobre la pérdida de tiempo que supone jugar online a un título no seguro, y culpan a la compañía de abandonar el soporte técnico del juego una vez que éste ya ha producido sus dividendos y al traslado de la mayor parte de sus recursos técnicos a la puesta en marcha del próximo lanzamiento, Warcraft III. Blizzard debe de tomar cartas en el asunto. Son muchas y muy fundadas las quejas, y la empresa debería controlar el abandono de jugadores que está experimentando el juego en los últimos días. Estos usuarios dejan mensajes de despedida en los foros de Blizzard o en las páginas de los principales sitios webs dedicados al juego. Indican con tristeza al resto de la comunidad de jugadores que todavía sigue jugando que cualquier día se pueden encontrar con un caso igual al suyo. El silencio por parte de Blizzard hace más daño incluso que la propia pérdida de su equipo.
Como ejemplo de la eficacia del ataque, en los foros se están publicando muchos mensajes con consejos para evitar ser asaltados por estos ?hackers? sin escrúpulos y que reflejan hasta que punto es de grave la situación que se está viviendo:
Esperamos una rápida y contundente respuesta de Blizzard a este ataque y a sus autores, para recuperar la tranquilidad en este juego que ha conseguido unificar en los últimos días a los detractores del juego con un elevado número de sus más fieles incondicionales. Y es que todavía hay quien no se ha dado cuenta todavía de que Diablo II es más que un juego para mucha gente, es otra forma diferente de vivir la red.