Gaming Club
Regístrate
españaESPAÑAméxicoMÉXICOusaUSA

X-Men: Reign of Apocalypse

  • PlataformaGBA7.3
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorDigital Eclipse
  • Lanzamiento09/10/2001
  • TextoInglés

Confía en unos, teme al resto...

Activision rescata a los X-Men para un beat' em up de los de sabor añejo y jugabilidad clásica.

Actualizado a
Ampliar

La relación entre los X-Men, el mundo de los comics y los videojuegos se rige por una curiosa contradicción. Mientras que en las viñetas vemos a menudo nuevas historias perfectamente compuestas y con una profundidad embriagadora, cuando tenemos que afrontar un programa de consola nos encontramos ante el caso opuesto.

De hecho, este hatajo de mutantes siempre, siempre que se ha dignado a visitarnos ha sido bajo los clásico parámetros de los beat'em ups. Y eso es precisamente uno de sus puntos 'fuertes'. En realidad, esta mecánica permite a los desarrolladores centrarse mucho más en el diseño de los personajes y hacerlo lo más fiel posible al cómic. Además, se va directamente al grano; aparecen cuatro globos de diálogo y justo después comienza un recital de varapalos que ni en los mejores momentos de la era Marvel.

Ampliar

La otra cara de la moneda, sin embargo, reside en la feroz competencia que tienen dentro del catálogo de cualquier máquina. Este género, entre los que incluiremos sus variantes, es uno de los más cultivados en lo que a cantidad se refiere. Por poner un ejemplo, Game Boy Advance goza actualmente del intemporal Final Fight o con un sorprendente Spiderman Mysterios Menace, y eso hace de este Reign of Apocalypse una criatura indefensa ante dos depredadores de tamaña calidad.

El guión

Ampliar

Como viene siendo habitual, el gran perjudicado de todas las habilidades de los X-Men es Xabier, un hombre que padece una disfunción de sus dos piernas aunque posee la preeminencia de una desarrollada capacidad mental, que le permite leer los pensamientos de cualquier ser vivo. La Patrulla, compuesta por Storm, Wolverine, Cyclop y Rogue, al llegar a su base se encuentran que ha sido totalmente saqueada por los centinelas y que sospechosamente ha sido transportada a una dimensión desconocida, que en una venia de los desarrolladores se han permitido el lujo de que los protagonistas sepan su nombre: Apocalypse. Por lo tanto, en la piel de un iracundo mutante deberemos destrozar a todo aquello que sea sospechoso de haber puesto las manos encima del Profesor X. La partida comienza justo en nuestro lugar de residencia, una mansión destartalada, pero poco a poco nos iremos acercando a un punto conflictivo donde ya no hay marcha atrás, la guarida de Apocalipsis, no sin antes pasar por selvas tropicales, hangares o tundras.

Ampliar

Lo bueno de esta primera toma de contacto es que el juego adopta una sensación de velocidad y accesibilidad digna de elogio. Se asume a los tres minutos de partida, y ello se debe a la cantidad de enemigos a los que tenemos que azotar tan solo cinco escasos metros después de las primeras indicaciones de nuestros colegas. Lo malo radica en la desesperante monotonía en la que nos sumimos: un robot, dos colores y un Final Boss. Más o menos es el plantel de contrarios a los que vamos a encontrarnos durante todo el juego. Acostumbrados a la variedad quasi infinita de Final Fight o Streets of Rage esto parece una tomadura de pelo...

  g  r  á  f  i  c  o  s

Posiblemente lo mejor de todo el conjunto a pesar de contar con unas cuantas flaquezas. Los decorados, que se han plasmado con el degradado de fondos para exprimir al máximo la paleta de 512 colores en pantalla de que dispone GBA, son posiblemente el aspecto que más desentona. Ciertamente, ponderamos que se haya hecho uso de tal cantidad de tonalidades, pero después de todo da la sensación de que estén muertos. Es más o menos, salvando las diferencias claro, como unos decorados prerrenderizados a lo Resident Evil pero con mucho menos detalles y sin la ración de realismo que ello supone. Puedes ir caminando por toda la fase pero igualmente te dará la sensación de que estás en un teatro y el decorado es un telón de fondo muy, pero que muy bien dibujado.

Ampliar

Los personajes y sus movimientos ya son otro cantar. Wolverine, por ejemplo, camina agazapado y con una mirada asesina que asustaría al mismísimo Jack el destripador. Mueve sus cuchillas de los nudillos con una soltura desmedida, salta, brinca, y da vueltas sobre si mismo con una fluidez absolutamente plausible. Además de ello podemos apreciar a un Cyclope desriñonado, a una Tormenta que ondea su pelo al viento y la más sensacional y voluptuosa Pícara que nos podíamos imaginar, cimbreando las caderas que da gusto y con una vacilación de los hombros que ya quisieran para si las chicas de Dead or Alive.

En otro orden de cosas, los enemigos adolecen de la poca maña de Digital Eclipse a la hora de diseñarlos. Aunque haya algunos verdaderamente grandes y con unas animaciones para quitarse el sombrero, la cantidad de los efectivos de cada fase no deja de ser bastante nimia. En la primera pantalla nos encontramos tan solo con dos, y que han sido fabricados desde un mismo molde. A medida que pasan los niveles la cosa va aumentando, pero tan tímidamente que no nos quita el mal sabor de boca del comienzo.

Ampliar

  m  ú  s  i  c  a

La Banda Sonora ha sido compuesta primordialmente por acordes de guitarra eléctrica y amplificadores a tope. Un estilo bastante similar a aquel SpiderMan and X-Men de SNES, cuyas melodías fueron realizadas por el maestro Tim Follin, autor, entre otros, de las partituras de Off Road o Ecco The Dolphin en su versión DC. Aunque las comparaciones sean inevitables, el juego de Activision sale perjudicado en todos los aspectos, a pesar de que el resultado sea más que correcto, con una reproducción notable y una variedad más que suficiente.

Ampliar

  s  o  n  i  d  o  f  x

En un Beater tan trepidante como este se necesita un sonido diferente para cada zarpazo que demos, para cada láser que lancemos o cada puñetazo que arreemos. Lo cierto es que Digital Eclipse se las ha arreglado para incluir un amplio elenco de FX que sin duda sirven para crear esta atmósfera digna de la Patrulla X.

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

Teniendo presente que se trata, pura y simplemente, de un beat'em up, hemos de considerar que es de los géneros más lineales y hasta monótonos de los que existen. X-Men Reign of Apocalypse, sin embargo, lleva el término de 'repetición' hasta cotas insospechadas, puesto que la primera fase es igual a la segunda, a la tercera, a la cuarta, y así sucesivamente. No hemos descubierto la fórmula de la Coca Cola con esta afirmación, pero es que nos ha embargado una sensación de estar realizando siempre los mismos golpes incluso claustrofóbica. Justamente, esta es su mayo dolencia. Aunque los niveles cambien, aparezcan más enemigos y nos espere un monstruo de final de fase nuevo, te da la impresión de haber hecho exactamente lo mismo hace escasos tres minutos. Y eso, es una sensación que se acentúa con la poca variedad de enemigos que hay en cada una de las pantallas, que no a nivel general, puesto que paulatinamente va aumentando.

El control es muy básico. Tan solo debes preocuparte en pulsar el botón de función B para azotar unas cuantas veces. Evidentemente, cuanto más veces lo martillees más fuerte pegarás y tu héroe, escogido con anterioridad en la pantalla de inicio, hará una especie de combo que dejará por unos instantes a tus enemigos semi inconscientes. No obstante, si acabas repitiendo las mismas acciones una y otra vez tu nivel de experiencia no incrementará demasiado, y este es un fleco importante cara a los niveles más avanzados. Sin embargo, hemos notado que, aunque tenga la nada desdeñable cifra de 11 misiones, su relativa facilidad hará que los jugadores más duchos en la materia lo encuentren como un entretenimiento pasajero, justo al contrario que Final Fight, más corto pero más intenso. De todos modos, ambos casos incluyen la posibilidad de salvar la partida; el título de Capcom mediante claves, y el de Activision con hasta cuatro slots de memoria RAM reescribibles.

Ampliar

Para terminar de perfilar X-Men, Digital Eclipse, que ya han demostrado sobradamente sus buenas artes con mil y una versión  de consolas domésticas a portátiles -leáse Rayman Advance, Ghost'n Goblins o Dragon's Lair-, ha implementado una opción multiplayer que alargará la vida considerablemente de este cartucho. Primero, porque propone un divertidísimo y excitante modo cooperativo; y segundo, por la opción de enfrentamiento, que batirá a una carrera habilidad contra habilidad -y mucha rapidez- de dos jugadores. Un puntazo.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n

Ampliar

X-Men Reign of Apocalypse no es ni tan fuerte como nos esperábamos ni tan débil como profetizan las primeras fases. Poco a poco, aunque a un ritmo de tortuga, la trama te va atrapando y deja de ser un montón de texto que sirve como puntilla para unas cuantas tortas y centenares de enemigos. Aunque carece de la profundidad y la solidez de otros títulos de lucha, como Final Fight o Spiderman Mysterio's Menace, lo cierto es que este nuevo tándem Activision-Marvel funciona perfectamente y presupone que en un futuro no muy lejano por fin podremos ver un producto que mezcle con armonía la trama del cómic y el dinamismo del beat'em up. Reign of Apocalypse es un buen pie de entrada, pero no el paso definitivo.

Centrándonos en las recomendaciones, advertimos que el título que nos ocupa puede que decepcione a más de uno. Las imágenes están muy por encima de lo que en realidad ofrece. Aunque se trate simplemente de fondos sin vida y de dos o tres bots en pantalla, gráficamente es toda una delicia. La única dolencia es algo que ya hemos venido recordando durante todo este análisis, y es que la falta de carisma de los enemigos, la excesiva repetición de los mismos y la poca imaginación de los firmantes en aportar algún que otro cambio de orientación, hacen de X-Men un juego solo apto para los fans empedernidos de los héroes de la Marvel. Los amantes de la originalidad y las nuevas emociones, abstenerse.

Ampliar
7.3

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.