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Pitfall. The Mayan Adventure

Pitfall. The Mayan Adventure

Pitfall Harry vuelve a Game Boy Advance con más ganas aventureras que nunca.

Pitfall Harry vuelve a Game Boy Advance con más ganas aventureras que nunca. En esta versión del clásico para las consolas de 16 y 32 Bits, el protagonista de esta excursión a Teotihucan ha perdido por el camino todos los rasgos que le llevaron a la máxima popularidad a mediados de los 80...

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Pitfall Harry vuelve a Game Boy Advance con más ganas aventureras que nunca. En esta versión del clásico para las consolas de 16 y 32 Bits, el protagonista de esta excursión a Teotihucan ha perdido por el camino todos los rasgos que le llevaron a la máxima popularidad a mediados de los 80...

Mucho antes de que la señorita Lara Croft vaciara cargadores en las tumbas más dispares de todo el universo, el mundo de los videojuegos ya había conocido a unos cuantos arqueólogos que gracias a Dios no cayeron en la desidia. O por lo menos no del todo.

The Mayan Adventure (GameBoy)

Indiana Jones ha dado a este sector dos de las mejores aventuras gráficas que han aparecido en PC, Pitfall se convirtió en un personaje casi de culto en aquellos viejos Atari, y Lara, además de haber sido la embajadora del entretenimiento electrónico con el resto del planeta, también tuvo su momento de gloria -no de éxito, sino de originalidad- a mediados de los 90.

Pero como todo, el tiempo cura las heridas o bien pone a cada uno en su sitio. Será por eso que Indiana ya no fustiga tan fuerte como antes, que la 'bustos' Croft no enamora a tantos hombres y que Pitfall ha perdido el encanto de cuando no era más que una línea de un solo color en lugar de este maduro jovenzuelo.

The Mayan Adventure (GameBoy)

De hecho, cuando este aventurero dió el salto a una nueva generación tras años de silencio -Jaguar, SNES, PlayStation...- no nos imaginábamos que aquel plataformas de correcto planteamiento aunque desigual desarrollo acabaría convirtiéndose en el lunar de su escueto pero dilatado historial -nada menos que tres juegos y casi 15 años de vida. Ahora, con Game Boy Advance en la calle, y con unas ganas incomprensibles de todo desarrollador en dar una segunda oportunidad a sus franquicias, Pitfall The Mayan Adventure llega a Europa sin haber conseguido demasiada aceptación en Estados Unidos. No es de extrañar. Esto ya lo vivimos hace un lustro y ni entonces se afianzó en el mercado...

El argumento es muy elemental: Pitfall Junior y su padre se adentran en las profundidades de las pirámidas Maya. Cuando el pequeño aventurero encuentra un busto dorado, la sombra de su primogénito que le seguía la pista desaparece. Justo al girar la vista, se encuentra solo y desvalido dentro de un templo embrujado y con la única ayuda de su coraje y una onda. A partir de aquí, deberemos guiarlo a lo largo y ancho de una densa selva tropical sorteando los típicos peligros que ya hemos visto tantas y tanas veces en el cine, los libros, los cómics y, por supuesto, los videojuegos: y eso incluye serpientes, agujeros, más serpientes, jabalíes, monos, cocodrilos y aun más serpientes. Incluso algunas lianas son serpientes. ¡Qué abundancia de originalidad!.

Y el resto de apartados, tres cuartos de lo mismo.

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Por encima de todo destacaríamos la genial recreación de los movimientos del personaje. Cuando lanza una onda la correlación entre cada cuadro por segundo es sencillamente alucinante. Puedes ver como todo el brazo va girando y como la tela suelta la piedra que va a parar directo a tus adversarios. Igual que en los saltos. El movimiento circular de todos los miembros para alargar más su alcance son dignos de elogio. Y de hecho, no solo Pitfall ha sido animado a las mil maravillas, sino el resto de la fauna que puebla su tercera y última aventura.

The Mayan Adventure (GameBoy)

No obstante, cuando nos olvidamos de los objetos móviles y comenzamos a profundizas en los decorados es cuando el trabajo de Pipe Dream comienza a tambalearse. Se han perdido los diferentes planos de scroll parallax -ahora solo hay uno-, y eso que no estaban profusamente detallados y, lo peor de todo es que la paleta de colores utilizada deja bastante que desear. Casi todas las tonalidades son oscuras y es muy dificultoso poder diferencias a tus enemigos -abominables los Final Bosses- y tu personaje. Aunque aparezca algo más sólido que en anteriores versiones, no hay excusa para que este deterioro general haya hecho mella en la consola más avanzada en cuanto al 2D se refiere, y más si nos damos cuenta de que Rayman Advance, también un puerto de la misma generación, es infinitamente superior.

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The Mayan Adventure (GameBoy)

Las partituras en sí no están nada mal. Especialmente porque ambientan a la perfección y se encajan de maravilla en la aventura. Hay todo tipo de ritmos étnicos que intentan emular la música que había en aquellos tiempos por Teotihuacan -salvando las diferencias, ojo. Aun así, la reproducción es pobre, muy pobre. En GBC había cosas mucho mejores que esta. Si no fuera por los gráficos nos parecería estar jugando con la 8 Bits.

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Más de lo mismo. Aquí, sin embargo, hay un menor elenco de FX. Pasos, gritos de dolor, serpientes arratrándose -quien lo díria, ¿no?-, gorilas chillando, monstruos soltando unos alaridos de aupa y poca cosa más. Esto, sumado con una representación también algo endeble te obligarán a bajar el volúmen más de una vez si no quieres acabar con los nervios castigados.

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

The Mayan Adventure (GameBoy)

El planteamiento no guarda mucho sitio para las sorpresas. Un juego de plataformas en el que deberemos ascender por un montón de lianas, saltar de árbol en árbol y de roca en roca, golpeando sin paliativos a una serie de enemigos y evitando caer víctimas de unos agujeros en el suelo que se abren y se cierran sin previo aviso, o ser mordidos por la fauna que mora cada uno de los 32 Megas de Pitfall Mayan Adventure. Para facilitarte la tarea de buscar a nuestro primogénito, podremos esgrimir un par de armas como un bumerán que evidentemente regresa al ser lanzado, y unas semillas -como las Deku Nuts de Ocarina of Time- que hacen un pequeño chasquido al golpear contra el suelo.

Si ya te parece pobre a simple vista, espérate a empezar a caminar casi sin rumbo aparente en las primeras fases. El control del protagonista es bastante defectuoso, pues no permite margen de error en ningún momento. Verbigracia, cuando estamos al borde de uno de los antes mencionados socavones de arena, con solo rozarlo con la punta de los dedos del pie caeremos sin remisión ante los saludos del personaje principal. Una y otra vez la misma escenita se repetirá ante nuestra frustación y lo que es peor, sin posibilidad de grabar la partida, porque no hay passwords que valgan. Así que, si en algún caso te entra la vena de apagar la consola por rabia, desesperación y tras ocho mil intentos en una misma sección, piensátelo dos veces, porque es posible que por culpa de ello tengas que volver a iniciar de cero todo este periplo por la frondosa selva mexicana. En fin, un título no muy largo pero de difícil resolución que, acusa en exceso el no contar con las pertinentes contraseñas para amenizar las partidas. Cuando lo hayas terminado se te habrán agotado las ganas de volver a intentarlo.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n

The Mayan Adventure (GameBoy)

Una conversión de un juego aceptable que sigue arrastrando los mismos problemas con el control y que encima acusa de sobremanera el defectuoso contraste de la pantalla de GBA. Pero ya, de antemano, sabíamos que no iba a ser precisamente la revolución de esta segunda hornada de juegos para la 32 Bits, pero si que nos esperábamos algunos detalles nuevos, 'goodies', fases exclusivas, más armas, más decorados... algo, sencillamente algo. Pero finalmente se ha quedado en falsas esperanzas. Y si encima, no te gustó en su tiempo las versiones para Jaguar, Saturn, SNES y PS One, pues apaga y vamonos, que para colmo de males se atreven a dar un zarpazo de aupa con un coste que ronda las 10.500 pesetas por unidad. Para saltar de alegría, vamos...

4.5

Mediocre

Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.