Si ha habido un punto de inflexión en esta edición del Space World, dejando de lado el inminente desembarco de GameCube en el país nipón y su ligero retraso en los USA, sin duda ese momento tuvo lugar el día 24, con la presentación en el pre show de Nintendo, del nuevo juego de la franquicia The Legend of Zelda. A pesar de la espectación con la que se esperaba el título, tras las demos gráficas mostradas en el Space World 2000 y en el pasado E3 de Los Ángeles, el usuario ha reaccionado de una forma desigual ante esta puesta en escena. Los motivos, uno sólo. El empleo del cell shading, una técnica gráfica que dota al juego de una apariencia casi igual a la que tendría cualquier serie de dibujos animados. Muchos han caido profundamente decepcionados al ver como se acentúa una de las leyendas negras que siempre han acompañado a Nintendo, el desarrollar juegos demasiado infantiles, en cambio, otros han sacado pecho, orgullosos, haciendo suyas las declaraciones de Miyamoto-san y afirmando que "este nuevo Zelda evitará un estancamiento de Link y por consiguiente de la saga entera". Lo cierto es que dejando de lado el público objetivo del producto, el equipo de Miyamoto ha trabajado en la línea en la que lo están haciendo otras compañías con la utilización del cell shading. Si primero fue Dreamcast con Jet Set Radio, después PS2 con Fur Fighters y ahora Xbox con Cell Panic y Jet Set Radio Future, ¿porque no puede GameCube tener un juego de estas características? ¿o es que acaso por apellidarse Zelda, todo juego de esta selecta familia ya debe moverse por unos cánones establecidos y dejar de lado la originalidad y la capacidad de creativa del artista? ¿o tal vez se estén intentando desenterrar viejos temores por parte de los rivales de Nintendo y así conseguir atacarla? El pasado viernes, y tras las declaraciones de Shatoru Iwada, donde el directivo de NJ afirmaba que Miyamoto "tenía dos Zeldas en preparación, el cell shaded y el exhibido en el E3", muchos usuarios han hecho frente común intentando que Nintendo publique ambos títulos. Por mucho que se esfuercen, a buen seguro que de poco servirá, porque la decisión ya está tomada... Para saber si es la correcta o no, tiempo al tiempo, juez supremo e impasivo que como bien rezan los sabios "es quien pone a cada uno en su sitio"...