Conflict es un juego de estrategia en tiempo real en el que deberemos cuidar la repercusión mediática de nuestras acciones. Además, podremos delegar en nuestros comandantes algunas funciones.
Todas las estadísticas de un limpiaminas.
Los comandantes nos permitirán delegar algunas de nuestras responsabilidades, cosa muy de agradecer si tenemos en cuenta que en algunas misiones tendremos varias bases y objetivos de ataque. Las primeras misiones las jugaremos sin comandantes y poco a poco iremos consiguiendo más, hasta un máximo de cuatro. Los comandantes tienen una especialidad. Por ejemplo, el comandante Hooper está especializado en operaciones de ataque y la comandante Sparrow es muy polivalente. La idea la oímos por primera vez en el juego Conquest: Frontier Wars, que también publicará Ubi Soft, y a priori tiene el gran atractivo de permitir dedicarnos a lo que más nos guste. Si disfrutamos construyendo la base, no hay problema: damos a un comandante las órdenes de ataque y nos olvidamos. Antes tendremos que asignarles unidades y/o puntos de mando. Podemos hacer que se queden todos los puntos de mando que recibamos, que se repartan entre nosotros y los diferentes comandantes o quedárnoslos todos nosotros, y también podremos recuperar o darles puntos de mando a voluntad. Para asignarles unidades o quitárselas, sólo necesitamos pinchar en un botón. Y para darles órdenes podemos usar un icono de ataque, otro de defensa y otro de construcción y mantenimiento de una base y pinchar después en la zona requerida. La interfaz nos muestra el número de unidades y puntos de mando que tiene cada comandante.
La lástima es que, a pesar de que la teoría es muy bonita, en la práctica la inteligencia artificial de los comandantes de Conflict Zone no deja que olvidemos de ellos. Por ejemplo, en una misión asigné una gran fuerza de ataque al comandante Hooper, y le marqué una base enemiga para que la arrasase. Ante mi sorpresa, el comandante movió sus unidades en dirección contraria a la base medio mapa, y entonces pareció recordar sus órdenes, y obligó a dar media vuelta y a desandar el camino andado a sus unidades para emprender finalmente el ataque. Esta rebeldía no se produce en todas las órdenes, pero evidentemente hace que el jugador no deposite demasiada confianza en sus comandantes.
Las unidades y edificios de uno y otro bando son muy parecidos. Un jugador de la ICP puede manejar hasta 200 unidades, mientras que uno de GHOST podrá controlar hasta 255. El manual justifica esta diferencia porque las unidades de la ICP son más avanzadas y potentes. Las unidades de infantería comunes en los dos bandos son el soldado, el bazuca, el lanzagranadas, el comando, el médico, el mecánico, el paracaidista y el espía. La ICP cuenta además con el quitaminas y GHOST con el operador de cámara y el soldado disfrazado de civil. Los vehículos terrestres comunes son el jeep de reconocimiento, el tanque, el tanque avanzado, la artillería móvil, el radar móvil, la defensa antiaérea, el sistema antiradar, el camión de reparación, el transporte de tropas, el lanzamisiles y varias unidades señuelo, y GHOST cuenta además con el artificiero para colocar minas. Las unidades aéreas y la única naval de cada bando son funcionalmente idénticas.
Finalmente los únicos edificios diferentes son el campo de refugiados, el refugio antiquímico, el campo de alistamiento, el centro de emisión, la prisión y el refugio antinuclear. Como buen juego de estrategia en tiempo real, Conflict Zone tiene un árbol de tecnología para cada bando que limita la construcción de edificios y unidades. Además, las unidades ganan experiencia a medida que destruyen enemigos, y mejora sus estadísticas, pero es precisamente una novedad.
Las partidas multijugador y monojugador de escaramuza comparten las mismas opciones de configuración. Podremos fijar el tipo de mapa, el bando en el que lucharemos, el número máximo de jugadores, los recursos iniciales, si influyen o no los medios de comunicación en el desarrollo de la partida, una popularidad mínima que nos hará perder la partida si alcanzamos, equipos, etc. En las partidas de escaramuza, podremos escoger entre varios oponentes controlados por el ordenador con diferentes tácticas. Todas estas opciones se añaden a las más de treinta misiones de las dos campañas monojugador, y a los mapas que podamos descargar de Internet que hayan diseñado otros usuarios con el editor que se adjunta con el juego, y garantizan largas horas de combates.
Pero otros países y grandes multinacionales han decidido mantener su independencia, y han constituido una asociación secreta para defender sus intereses. GHOST no dudará en agitar la escena internacional y provocar situaciones conflictivas para desacreditar a la ICP e impedir la ratificación de acuerdos que perjudiquen sus intereses.
Conflict Zone ofrece tres niveles de dificultad: fácil, medio y difícil, y podremos cambiarlos reiniciando una misión si la encontramos demasiado difícil o fácil. Además, antes de empezar la campaña con la ICP o GHOST es aconsejable terminar el tutorial, que nos enseña desde el manejo de la cámara hasta cómo dar órdenes a los comandantes y a las unidades o cómo construir una base.
Asaltar una base situada en una situación estratégica como una meseta puede ser un suplicio si dispone de buenas defensas de artillería. En estos casos resulta conveniente producir comandos o espías que puedan infiltrarse sin ser detectados y debilitar la base antes de nuestro asalto.
6.5
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.