No hay nada seguro excepto tu miedo.

En el juego tomaremos el papel de Edward Carnby, el auténtico protagonista de este título, ya que la señorita Aline Cedrac no es un personaje jugable en esta entrega. Vistas así las cosas no hay que preocuparse ya que el juego vuelve a meternos de lleno en una atmósfera de bosques siniestros y mansiones, lúgubres y encantadas (que no encantadoras).

Edward Carnby recibe la llamada de Aline, la cual le habla de la desaparición de su colega Charles Fiske, que había sido contratado por ella para que recuperase una estatua que le pertenece y que ha sido llevada hasta la tenebrosa Shadow Island. Aline se ofrece a llevar a Edward en hidroavión hasta la isla y durante el viaje le habla de los indios Abkanis y del personaje que parece estar detrás de todo lo sucedido, Alan Morton.

Nada más llegar acuerdan que Aline se quede en el hidroavión tratando de traducir unas tablas de los indios Abkanis, mientras Edward va a la mansión en busca de su colega Fiske, la misteriosa estatua y Alan Morton. Por el camino pierde la comunicación con Aline y al entrar en la casa tiene la visión en un espejo de su colega Fiske, el cual también le pide la estatua.

A partir de aquí tendremos que inspeccionar cada rincón de la casa para dar con todo lo que estamos buscando, en una sucesión de sustos y combates que hacen muy entretenida la búsqueda.

Hay que notar que la historia cambia sustancialmente, no en el fondo, pero si en la forma, ya que está orientada de una manera distinta, por lo que resulta que siendo el mismo juego resulta ser distinto a sus hermanos mayores. El argumento es prácticamente el mismo, pero está contado de distinta manera.

Pensad que son más de 120 localizaciones a todo lujo las que adornan el juego de las plataformas mayores, mientras que esta versión ha escogido las más representativas de todas las localizaciones para reflejarlas en él, con un colorido, una sensación de profundidad, unos ángulos de cámara y una definición que ciertamente asusta por momentos. Y es que para la recreación del ambiente del juego se ha utilizado una paleta de más de 2.000 colores, con un claro predominio de los tonos marrón y negro.

Las cámaras nos juegan una pequeña mala pasada a la hora de jugar ya que al no estar acostumbrados en este tipo de consola a practicas de esta índole hará que entres y salgas de una misma habitación un para de veces hasta que te acostumbres, pero una vez que se aprende a esperar un poco, la cosa va sobre ruedas.

Los escenarios externos se mueven, en un alarde de imaginación, y veremos como los árboles crujen movidos por el viento o como una bandada de murciélagos cruza el cielo bajo la tormenta.

El motor del juego es bastante poderoso y nos ofrece la grata sorpresa de unos efectos de perspectiva con los que vemos al protagonista cambiar de tamaño a medida que se aleja de la pantalla o se acerca a ella.

Las peleas están orientadas de una manera muy semejante a como ocurren en la serie Final Fantasy (por poner un ejemplo). Me explico, mientras vamos caminando por los escenarios se nos presentan una serie de peleas aleatoriamente, de pronto veremos una pantalla con Edward que nos habla de que ha oído un ruido y entonces somos trasladados a otra pantalla en la que nos enfrentaremos a los enemigos, pistola en mano, al más puro estilo arcade.

En esas pantallas también encontraremos de vez en cuando munición y botiquines de vida que nos sanarán las heridas de las peleas. Los enemigos son de lo más diverso y pueden atacarnos tanto en el exterior como en el interior de la mansión.

Pero la base fundamental del juego está en la búsqueda de objetos para la resolución de puzzles, y aunque los lugares por los que buscar son bastante amplios, no nos encontramos ante la situación de ir de una punta a otra del mapa para encontrar un objeto y luego tener que volver a recorrer el mapa hasta el otro extremo para utilizarlo. Por lo general están bastante próximas las llaves de las puertas, y las que estén un poco podridas siempre las podremos forzar con la palanca.

La tensión del juego, así como los sustos, vienen conseguidos a base de unos movimientos que tiene el decorado. Por ejemplo, en una de las primeras acciones que realizamos al acercarnos a la casa, si nos asomamos por una de las ventanas iluminadas Edward dirá que no ve a nadie, pero al retirarnos de la ventana una figura pasará por delante de la ventana en el interior de la casa..

Pensándolo bien, los sustos que da el juego en la versión para consolas mayores, no se podían reflejar en la pequeña consola de Nintendo, pero se ha conseguido dotar al juego de los suyos propios, con otro estilo, pero igualmente efectivos.

Lamentablemente en esta versión se ha tenido que prescindir de uno de los elementos más espectaculares de las versiones mayores. Estamos hablando de la linterna y su uso. Lógicamente no se ha podido hacer uso de este recurso a la hora de crear suspense y terror, pero su ausencia se ha tapado con ingenio y buen saber hacer.

Lo cierto es que aunque parezca mentira se puede llegar a pasar miedo con este juego, quizás no tanto, pero algún susto que otro si que podemos llevarnos.