Pitfall. The Mayan Adventure (Nintendo GameBoy)

La aún inexperta desarrolladora norteamericana Pipe Dream ha encontrado en las versiones de Super Nintendo una excusa perfecta para apuntar a lo más alto. Si Earthworm Jim ya es una prueba de fuego, Pitfall será el cartucho que les afiance en el mercado portátil, y a juzgar por las imágenes no van mal encaminados...

No obstante, la prima incursión de Pitfall Harry en el mundo de los videojuegos, un protagonista que no puede ocultar sus similitudes con Indiana Jones, se remonta a mediados de los 80, cuando la consola Atari 2600 ya había tendido sus redes entre el público europeo. Si llevas algún tiempo en este mundillo recordarás que la mecánica se basaba en sortear varios obstáculos en forma de lagos, rocas y cocodrilos que nos obligaban a apurar el salto al milímetro. Según avanzabas, los escollos se volvían mucho más grandes y el tiempo a superarlos irrisorio.

Sin embargo, con la generación de consolas que comandaba Super Nintendo y Megadrive marchitándose, y con la incipiente PS One, Saturn y Jaguar, Activision sacó del baúl de los recuerdos aquella pieza para remozarla y darle un aire mucho más acorde con los tiempos que corrían, envolviéndolo en una mecánica típicamente plataformera, gráficos coloristas, y unos movimientos como para quitarse el sombrero. Vamos, muy en la línea del anélido de Interplay, solo que con un humor menos mordaz.

Como buena adaptación, la aventura de GBA seguirá el mismo guión que otrora, imbuyéndonos de esta forma en las investigaciones que la familia Pitfall, padre e hijo, están llevando a cabo en las entrañas de las pirámides Maya. Una vez en el corazón de tales maravillas arquitectónicas, Harry Jr. atestigua como la sombra de su primogénito desaparece ante su atónita mirada que contempla un busto de incalculable valor. Desde este momento, tomaremos las riendas del intrépido aventurero que nos obligará a recorrernos toda Sudamérica en busca del demonio de Zekelu, el secuestrador de su allegado.

La acción comenzará en una frondosa selva repleta de serpientes, jabalís y simios. Para hacer tu travesía más sencilla, podrás magullar a toda esta fauna con una honda que consigues por defecto, una cuerda para golpear a menos distancia y el bumerán, que se consigue en los primeros compases de la aventura, y que debe ir recargándose a medida que vas agotando las existencias. Pero las plataformas pierden un poco de protagonismo a favor de las cuerdas y lianas, de las cuales podrás llegar a ver una excelsa cantidad de variantes: desde enredaderas por las que escalar sobre árboles del tamaño de un rascacielos, a lianas que no paran de columpiarse, hasta agarraderas elásticas que pueden impulsarte varios metros a fin de aferrarte a alguna branca que pose encima de tu posición.

Estas vicisitudes nos llevarán a explorar un total de 10 mundos que podrán escindir en alguna que otra fase que nos llevará a los dominios de los típicos Final Bosses, ya sea un atroz leopardo o un autómata enorme de piedra maciza, pasando por niveles entre cataratas a rebosar de rocas de apoyo, oscuras minas, o ruinas cubiertas de enormes capas de vegetales. Además, según ha confirmado Majesco Sales, la versión portátil llevará bajo el brazo unos cuantos minijuegos totalmente exclusivos para alargar la vida del mismo. Una buena noticia que servirá como paliativo a la supresión del juego original, que si fue codificado en todas las versiones aparecidas en 1994.

El hecho es que Pitfall Mayan Adventure se ha convertido merecidamente en uno de los títulos estrella de cara al estreno de GBA en Estados Unidos. Aunque todavía no haya confirmación oficial que le conduzca a Europa, Majesco podría lanzarlo junto a otro de sus más insignes cartuchos de esta intimidatoria hornada de hasta 10 juegos que tienen entre manos, Earthworm Jim. De momento, deberemos ver como reacciona el público americano ante la segunda oportunidad de esta joya...