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El coste de la "transición"

Con el fin del año fiscal, las grandes empresas muestran unos decepcionantes resultados

La consola Dreamcast, un centenar de trabajadores en Codemasters, 500 en Sierra, decenas en 3DO... las víctimas que se está cobrando la transición que sufre la industria del videojuego no parecen tener fin. Los descensos de beneficios, que en algunos casos llegan a pérdidas, se han convertido durante este año 2001 en la tónica general de todos los informes económicos de las grandes compañías de la industria del videojuego.

La más reciente, 3DO, que poco después de perder millones de dólares ha decidido prescindir del 15 al 20 por ciento de su plantilla, en su mayor parte del departamento de atención al cliente. Numerosas fuentes, incluso, han previsto la cancelación de algunos de sus futuros juegos.

La compañía americana se suma así a otras grandes de la industria con malos resultados financieros. Electronic Arts, Acclaim o Konami, por ejemplo, han visto mermados sus ingresos. Otras como 3DO o Square sin embargo vieron como durante el pasado año comenzaban a perder montañas de dinero.

El fin de Dreamcast

El caso más alarmante de todos, sin duda, ha sido Sega. La compañía nipona se ha propuesto una completa reestructuración para volver a la senda de los beneficios. Su primera decisión, dejar de fabricar la consola Dreamcast, tal y como la conocemos hoy, para integrarla en otros sistemas de uso doméstico. Y es que como declaró un usuario de Sega poco después de tal anuncio "la imaginación no tiene fronteras cuando es dinero lo que hay en juego".

Poco imaginativas son, sin embargo, las excusas presentadas por las empresas deficitarias a sus accionistas. La tan manida "transición" del mercado de las consolas hacia las nuevas máquinas y los problemas de distribución de PS2, una plataforma en la que las empresas se habían gastado mucho dinero, son sin duda las razones preferidas por los grandes directivos para "escurrir el bulto".

Un descenso del 5%

Las cifras proporcionadas recientemente por el Wall Street Journal ya alertaban sobre un descenso del consumo de videojuegos. En Estados Unidos los ingresos producidos por los juegos y hardware descendieron un 5%, en su mayor parte, por el aumento de gastos de las compañías editoras.

No obstante son varias las empresas que han sabido evitar a tiempo este "bache". La francesa Ubi Soft, Nintendo España o Activision, entre otras, han sabido diseñar una política financiera conservadora que les ha proporcionado considerables ingresos.

El año 2001, por suerte, no debería resultar tan dañino como el anterior. La puesta a la venta de nuevas consolas como Xbox, Gamecube o Game Boy Advance, y el lanzamiento de esperados títulos, conllevarán, según los analistas, la recuperación de buena parte del dinero gastado durante el año pasado. Los puestos de trabajo y los juegos cancelados, miserablemente, tardarán un poco más en recuperarse.