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3, 2, 1, ¡A pitufar!

3, 2, 1, ¡A pitufar!

3, 2, 1, ¡A pitufar!

Hará cuestión de un año que PlayStation estaba totalmente huérfana de títulos de conducción al estilo Mario Kart, algún pequeño intento pero nada más. Tras ver el enorme éxito y gran aceptación que obtuvo Nintendo con su creación, varías compañías decidieron hacer los mismo pero en la gris de Sony.

Actualizado a

Hará cuestión de un año que PlayStation estaba totalmente huérfana de títulos de conducción al estilo Mario Kart, algún pequeño intento pero nada más. Tras ver el enorme éxito y gran aceptación que obtuvo Nintendo con su creación, varías compañías decidieron hacer los mismo pero en la gris de Sony. En este tiempo ha llovido mucho, como se suele decir, y el mercado se ha llenado de ellos. 3,2,1 ¡A Pitufar! viene a incorporarse a la lista de títulos como Crash Team Racing, Chocobo Racing, South Park Rally o Magical Racing Tour, entre otros. Tras una primera entrega en forma de aventura, Infogrames nos vuelve a traer los pitufos a nuestra consola pero esta vez motorizados.

3, 2, 1, ¡A pitufar!
3, 2, 1, ¡A pitufar!

Con una intro cortita donde nuestros protagonistas le tomarán el pelo a Azrael, el gato de Gargamel, se inicia este segundo acercamiento de los pitufos a PlayStation. Pitufo filósofo a lomos de una libélula hará las funciones de maestro de ceremonias y nos irá guiando por los menús del juego. Los modos de éste se dividen en dos, según optemos por jugar de manera individual o acompañado. En el primero tendremos la carrera individual, el campeonato y la carrera de banderas. En la opción de dos jugadores podremos elegir entre un enfrentamiento o la carrera de las banderas. Generalmente será el campeonato la opción más elegida, aquí cuatro localizaciones del mundo pitufo nos esperarán a que sin apenas dificultad vayamos quedando los primeros para ir accediendo a nuevos circuitos. Cada localización estará compuesta de tres trazados, excepto la última que sólo será uno, por lo que el número total de estos asciende a la ridícula cantidad de diez.

3, 2, 1, ¡A pitufar!
3, 2, 1, ¡A pitufar!

La carrera de las banderas es la otra opción disponible en el modo individual, pero a buen seguro que después de la primera partida sólo os resultará anecdótica su presencia. Como su nombre indica, en esta modalidad deberemos conseguir más banderas que nuestro oponente cuya inteligencia se podría clasificar en un baremo de uno a diez de menos cinco. Además, el sólo poder competir en un único circuito prefijado reduce más aun su atractivo.

La última opción de juego renombrable es el modo para dos jugadores, donde a pantalla partida (vertical) podremos picarnos contra los amigachos que se brinden a ello. Decir que este modo si se ha currado decentemente, no obteniendo una perdida de calidad respecto al juego principal y consiguiendo una visión bastante amplia de los circuitos. Sin duda, la inclusión de esta modalidad alargará la vida al compacto muy limitada por el juego principal.

Al inicio de cualquiera de las formas de juego podremos elegir el kart con el pitufo que más nos guste, la lista de nuestros amigos irá creciendo según vayamos finalizando circuitos. La diferencia entre ellos, aparte del modelado del cuatro ruedas que conducen, es el ataque que pueden realizar para intentar zafarse de sus adversarios. En cada carrera nos veremos las caras contra otros tres compañeros azules o compañera pues pitufina también hace acto de presencia.

3, 2, 1, ¡A pitufar!

La dificultad del compacto viene condicionada por el carácter infantil de éste, pero el número de circuitos no tiene directa relación con ello y así se nos antojan insuficientes, aunque en un primer vistazo sean un mundo para los peques de la casa. Bien es cierto que 3, 2, 1 ¡A Pitufar! va orientado casi en exclusividad al público menudo pero los programadores han caído en el error de hacer un compacto fácil en todos los sentidos, posiblemente con la idea de aprovechar el tirón de ventas que suponen las Navidades.

  g  r  á  f  i  c  o  s
 

El título de Infogrames presenta un motor de juego bastante normalito en el que se aprecian algunos defectos como perdidas de polígonos en ciertas zonas y ralentizaciones cuando se dan cita los cuatro karts en pantalla (con algún efecto de luces de por medio). Sin duda, queda bastante lejos de lo que pudimos ver en Crash Team Racing, al que se le podría considerar rey del género.
Los peques de la casa no le darán demasiada importancia a estos defectos o al que los pitufos no se distingan como desearíamos, pero en cambio si quedarán absorbidos por la representación del pueblo pitufo o los aledaños de la casa de Gargamel.

3, 2, 1, ¡A pitufar!
3, 2, 1, ¡A pitufar!

  m  ú  s  i  c  a

Las melodías que se han incluido para amenizar las carreras son de corte alegre, auque la jugabilidad hubiera agradecido un acompañamiento más machacón no debemos olvidar que el compacto va orientado a los peques de la casa y que ni a ellos ni a los pitufos les pega algo con más ritmo de lo que se incluye en el Cd. Eso sí, se hubiera agradecido un mayor número de melodías, ya que hasta que no completemos las tres fases de las que consta cada mundo oiremos la misma una y otra vez.

3, 2, 1, ¡A pitufar!
3, 2, 1, ¡A pitufar!

  s  o  n  i  d  o   f  x

Los efectos fx sin ser nada del otro jueves cumplen con el firme compromiso de darle vida a los escenarios por donde pitufina y sus amigos discurren a toda velocidad.
Es de agradecer el doblaje al castellano de las voces, aunque de una calidad algo baja los chavales alucinarán oír hablar a pitufo filósofo (el cual posee la misma voz que la serie de Tv) que actúa como introductor y maestro de ceremonias del juego.

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

3,2,1 ¡A Pitufar! se deja jugar moderadamente, sobre todo por el atractivo que supone manejar a los pitufos cuya serie televisiva marcó época en España. La durabilidad del juego es muy reducida, en dos tardes nos habremos realizado todos los circuitos de los que se compone. Los dos niveles de dificultad no ayudan a la extensión en tiempo del mismo ya que apenas se distinguen uno del otro, únicamente encontramos la pega en el modo difícil de darle cuerda a nuestro kart cada x tiempo. La recompensa que supone terminarse el juego es presenciar un video de los pitufos haciendo de las suyas.
Sólo el modo para dos jugadores es lo que puede ayudar a que no guardemos el compacto en el cajón a la semana de adquirirlo.

3, 2, 1, ¡A pitufar!
3, 2, 1, ¡A pitufar!

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n

Este segundo título de los pitufos en nuestro país va dirigido, al igual que el primero, a los peques de la casa. Intentar confrontarlo a programas como Chocobo Racing o Crash Team Racing es una batalla perdida, pues la calidad de estos se sitúa un peldaño por encima del juego de Infogrames. Con unos gráficos sencillos y una jugabilidad moderada su mejor baza, al igual que la primera entrega, será poder ver de nuevo a los entrañables seres azules en nuestro Tv, aunque no sea como serie de dibujos sino como juego de consola.

3, 2, 1, ¡A pitufar!
3, 2, 1, ¡A pitufar!
6.5

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.