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Daffy Duck: Duck Dodgers

Daffy Duck: Duck Dodgers

  • PlataformaN647.9
  • GéneroAventura, Acción
  • DesarrolladorParadigm Entertainment
  • Lanzamiento30/10/2000
  • TextoEspañol

¡Tiro al pato!

Es torpe, es impulsivo, no vocaliza bien y tiene nombre de película de serie B, es... ¡Duck Dodgers!

¿Que tiene que ver el tocino con la velocidad?, y ¿un simulador de vuelo con un arcade automovilístico?, y más atrevido aun, ¿que pinta en todo esto el pato Lucas?.

Pues que unos expertos en leyes físicas capaces de traspasarlas a un juego sin ningún problema, sabios en el mundo de la conducción y exagerados cuando la situación lo requiere, se aventuran con un género que hasta ahora no habían tocado; las plataformas. Aprovechando ya sea de paso, la licencia que Infogrames tiene de las mascotas de la Warner desde hace incontables años.

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"El marciano Marvin ha vuelto para hacer de las suyas. Esta vez no tiene más faena que construir un potente cañón capaz de pulverizar el Universo. Esta mente suicida no ha previsto la falta de átomos que hagan funcionar en grado máximo a su artilugio y se va por todo el cosmos en busca de ellos.
Duck Dodgers, descendiente del famoso Duffy, tiene la ardua tarea de evitar tal catástrofe. Además de ser un tipo con la habilidad de un elefante, estará acompañado durante la aventura por otro calaña de mucho cuidado, Porky. ¿No creéis que sería una muerte más dulce dejar a Marvin en su sitio, que ver a estos engendros haciendo trastadas?"

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Todo este enorme despliegue argumental digno de una película de ciencia ficción de culto, es una simple excusa para introducirnos en 5 planetas distintos y con casi una cuarentena de objetivos a cumplir. Si hacéis un poco de memoria, hay escenarios que recuerdan claramente a la famosa serie televisiva protagonizada por el mismo pato y su mono verde.
La ciudad con los transehúntes más mal educados que han pasado por consola alguna, el polvoriento oeste con esa estética tan plana... en fin, que revivir los capítulos de Warner están al alcance de un golpe de talonario.

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El desarrollo contiene similitudes con multitud de plataformas, por lo que se ve la clara intención de recopilar todo lo que hace atractivo a ese juego y adaptarlo para la ocasión. Así pues, esas zonas tan extremadamente lineales, en las que estás cohibido por un muro y no paras de encontrarte con fosos y trampas que salen de las paredes, recuerda a la obra de Naughty Dog, Crash Bandicoot. Hay algunos "escapes" del juego propiamente dicho que llevan directamente a subfases con estética minijueguil. No hace falta decir que estas sutilezas forman parte ya casi exclusivamente de las piezas británicas de Rare.
Aunque en realidad, la complejidad que aparentemente puede tener DD no es más que un efecto prematuro; buscar llaves, cerrojos, avanzar, y disparar de vez en cuando se adhieren a ti desde el comienzo de la partida. Por eso se agradecen esos cambios de situación que amenizan un juego ya de por sí distendido.

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Hemos tenido la oportunidad de ojear algunas pruebas interesantísimas; en el segundo mundo, sin tener que tirar muy lejos, hay un pequeño salón recreativo con un "remake" de Pong algo inusual. Aunque jugando a esto no consigues nada (a parte de evadirte psicólogicamente), si que se disponen otras pruebas con algún provecho. El escape de la rata mutante es de los mejores, correr desesperadamente sorteando barriles de sustancias tóxicas y pedruscos que te impiden el paso. Igualmente la lucha contra el desgalichado y orondo boxeador con su estilo tan peculiar de azotar nos ha parecido divertidísima. ¡Que le enseñe Tyson por Dios!

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Pero si no hablaramos de ACME, Duck Dodgers perdería su encanto. Cohetes despampanantes que viajan a una velocidad de vértigo, lásers defectuosos que irrumpen con fuerza sobre cualquier enemigo o hasta bombas que te dejarán calcinado al mínimo despiste. Estate atento porque la multinacional polifunción ha decidido cederte sus ulteriores experimentos, aunque no sabemos si eso es bueno o malo...

g  r  á  f  i  c  o  s
Es como si hubieran traspasado los personajes de los dibujos directamente a la consola. Se mueven igual, hace los mismo gestos y tienen reacciones calcadas. El andar torpe de Duck es la monda. Ver su lengua muerta en medio del pico, como se le alarga el cuello al caer por un precipicio... está todo perfecto. Sin embargo, al igual que sucedía en la pequeña pantalla hay algún elemento que carece de vida propia. Esa sensación de vacío que tan famoso hizo a algunos del numeroso catálogo de criaturas.

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Lo mismo pasa con cada uno de los 5 mundos. Hay ambientaciones que ya habíamos visto anteriormente. Además, el tono tan despreocupado y con trazos rectos sin control no hacen más que alegrarnos la vista. Si bien es cierto que a pesar de la simpleza gráfica y de contenido, el Framerate corre a un nivel aceptable sin bajar de los 30 fps, de la misma forma que hay destellos de calidad por donde nuestro pato camina: reflejos en plataformas de cristal, luces y sombreados en una transitada calle, efectos de humo emanando del tubo de un cohete... vamos, que Paradigm ha dado su toque de calidad.

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Si tuviéramos que mejorar algo, sin duda haríamos repaso a muchas texturas que no muestran ni por pequeña que sea sensación de relieve, otras se quedan en paredes planas, mientras que al emular las rocas no se distinguen entre si. Suponemos que todo eso está hecho para mantener el sabor de los dibujos de animación, o bien, para que en momentos de aglomeración de elementos no nos vayamos a una tasa desastrosa.

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m  ú  s  i  c  a
No todo iba a ser copia milimétrica a Looney Tunes. Las melodías no puede disimular la enorme similitud que hay entre ellas, hasta en la intro y en algún aspecto más puede que haya composiciones simplemente remezcladas, pero la extensa mayoría son nuevas.
Todas están enfocadas a crear sensación de ánimo al jugador y a hacer todo el proceso más simple. Como mucho, ciertas zonas requieren de temas con dosis de tensión e intriga, sobretodo en los momentos más próximos al final, por contra, hemos contado escasas dos partituras con ese estilo.
Con un enfoque así ya puedes imaginarte que la variedad será escasa y puede que hasta repetitiva; oír algo con tintes burlesco mientras las pasas canutas infiltrándote entre rocas sin saber que hacer, desespera.

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s  o  n  i  d  o   f  x
La infinidad de voces en inglés solo son la guinda del pastel. De ellas nos quedamos con el malhablado Lucas y su manera de entonar las palabras, el timbre contundente y chulesco de Sam, y como no, el tartamudo elocuente Porky. Entre la calidad de todas ellas nos agrada aun más que tengamos una eternidad de diálogos, gritos e instrucciones que proceden de las bocas de cada uno de ellos.

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Para ambientar todo este mundo de locos lo mejor es hacer FX sin sentido. Cuando el ánade salta nos posee una sensación de estar haciendo virguerías con un muelle que no se aguanta. Reconocemos que este efecto es terriblemente molesto. Preferimos los resbalones, balazos, el estruendo de un tiesto roto o de una bomba al estallar... le da mucha vida a todo el entorno, de verdad.

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j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d
Dodgers es ágil y maniobrable como nadie. Si te ayudas de su doble salto harás maravillas por donde pases, y con prácticar un poco los demás movimientos como el golpe trasero al más puro estilo Mario o a nadar con precisión tendrás de sobras para terminarte el juego. Así de fácil. Los puzzles son simplones (buscar y colocar llave), los enemigos aparecen uno de cada 100 metros que recorres, y como único escollo te encuentras con una cámara respondonda que se empeña en colocarse en la posición más lamentable de todas.
En Mario, cuando nos encarábamos a unas plataformas pegadas a la pared, y nuestro punto de vista no podía rotar, por lo menos había siempre un ángulo que filtraba la esperanza. En Duck Dodgers no. La dichosa se sitúa detrás, no permite calcular las distancias y lo que es peor, es invariable.
Además, no es que el cartucho esté pensado para mentes privilegiadas y cuerpos pacientes. Si ignoras las trabas que te ponen algunos elementos incontrolables y piensas con avispada agudeza de vez en cuando te lo fulminarás en poco tiempo. Solo a los más pequeños e inexpertos en la materia se les explayará, a los demás, seguro que todas las situaciones os suenan a refrito.
Que quede claro que Dodgers tiene un atractivo inesquivable, sus posibilidades son inmensas hasta que llegas a ver los créditos y seguro hará las delicias de los que tengan hambre de gente desquiciada y sujetos extraños.

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c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n
Duck Dodgers es adictivo, entretenido y la mar de cachondo. Devendrá un caso similar al Robot: Rocket on Wheels, ¿quién se acuerda de él a estas alturas?, y eso que era un juego de intachable jugabilidad y un desarrollo tremendamente original. Pues eso, que la obra de Paradigm está condenada al olvido pese a rebosar detalles por los cuatro costados. Os guste o no el pato de la Warner, os lo pasareis en grande, y si además estáis locos por sus plumas, este juego será vuestra perdición. Lástima que se acabe en tan poco tiempo. Paradigm, una segunda parte, ¡ya!

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7.9

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.