Kage está vivo y sediento de venganza

Item: Daikatana
Rating: 7.5

Oír su nombre causa miedo, verla resplandecer provoca pánico, blanderla es imposible. Solo los más curtidos pueden dominarla, por su potencia fue olvidada, y ahora Mishima, sabe controlarla.

Actualizado a 5 de marzo de 2012 05:16 CET

Oír su nombre causa miedo, verla resplandecer provoca pánico, blandirla es imposible. Solo los más curtidos pueden dominarla, por su potencia fue olvidada, y ahora Mishima, sabe controlarla.

Daikatana ha significado el estreno en solitario de John Romero, y su primer fiasco. Sendas versiones para PC y N64 han recibido críticas muy negativas, y en realidad no llegaban ni de lejos a todas las promesas que hicieron sobre él. Si ya es difícil versionar un título de doméstica a portátil... ¿como se las apañará Kemco con estos antecedentes?

Era uno de esos tantos días de rutina, donde vasallos y entrenador combatían apaciblemente en el Dojo particular. Tras un ejercicio agotador, entró un hombre precipitadamente preguntando por Hiro Miyamoto. No le había visto nunca, en cambio él le conocía. Se presentó como un descendiente de la família Ebihara, antiguos poseedores de la legendaria espada Daikatana, y que compartían enemigo: los Mishima.
Cuando sus antepasados descubrieron el peligro que comportaba el mantener al descubierto tanto poder, la medida más preventiva fue lanzar al cráter el Monte Fuji la espada para alejarla de las manos equivocadas. Contando su recuperación como impensable, Kage consiguió hacerse con ella, y devolver al mundo el terror que sus progenitores habían anhelado. Por eso estás aquí metido, entre problemas de sagas, mientras la estabilidad del planeta empieza a fracturarse y cuando apenas conoces contra que enemigos vas a bregar.

Esta precipitación inicial no hace más que presagiar el ritmo vertiginoso de toda la aventura, donde hasta nuestro protagonista va acelerado. Con un estilo que se aleja en casi todos los aspectos al Daikatana original, solo mantiene esa pequeña dosis de Rol y textos con aires de mitología.
No os engañéis viendo el planteamiento y perspectiva, pese a su semblanza a una aventura pura y dura, incluye elementos de estilo plataformero y acción para amenizar un poco lo que podría ser un desarrollo monótono. Además, la atmósfera caótica y viral desprende interés por las situaciones tan interesantes que pueden ir sucediéndose entre pantallas.

Durante todo el proceso, a parte de controlar a Miyamoto, la joven Mikiko y Superfly también tendrán su momento de gloria. Además, como en la mayoría de RPG's no se limita a un par de armas en forma de pico; martillos, lásers o discos entre otros artilugios que se irán añadiendo a medida que vayas avanzando por los distintos niveles que lo componen. Siguiendo la misma pauta, armaduras, recuperadores de salud y algún que otro ítem no cesarán en el empeño de facilitarte las cosas.

g r á f i c o s

El arquetipo de los juegos de Rol marca a los personajes bajitos, cabezones y bien animados. Daikatana, además, aporta movimientos muy rápidos y hasta cambios de actitud facial.

Lo más trabajado visualmente es el enorme detalle entre cada escenario, donde, a parte de colocarnos en diferentes épocas históricas como la antigua Grecia, el Japón medieval o un futurista laboratorio, se maneja todo con una facilidad pasmosa, fondos trabajados, y un colorido pocas veces en Game Boy Color. Hay algunas imperfecciones en los bordeados o definición de cada elemento y hasta en algún personaje, de todas formas es de lo mejor que se ha visto en una portátil, siempre teniendo en cuenta que un RPG poco puede aportar en este sentido.

m ú s i c a

Basada fundamentalmente en la versión PC, acompaña siempre tus progresos, cosa de agradecer, son pegadizas, y aunque el midi no llegue a ser ni mencionable se distingue cada sonido entre sí, algo inusual en la mayoría de cartuchos. Aunque las composiciones rayen a un nivel excelente, buena parte de ellas se repiten, por lo precisamente la variedad no es su punto fuerte, aun así, hacía tiempo que no quedábamos tan satisfechos por el apartado musical.

s o n i d o f x

Lamentablemente sufre en el mismo punto que la música. La calidad de reproducción es mediocre, de hecho, la escasa variedad ahoga aun más en su propia trampa a los FX. Golpes de espada, el chasqueo del agua y poca cosa más hará trabajar poco a la 8 Bits. Une pena. Si lo comparáramos con otros de su mismo género, el resultado se vería ensombrecido aun más por la poca sensación de trabajo por parte de la gente de Tecmo.

j u g a b i l i d a d

Es fácil controlar todas las funciones en tan solo 5 minutos. Se aprenden en los primeros compases del juego, además, no hay que manipular complicados sistemas de menú entre los que buscar el elemento que necesitas al instante, se limita a dos columnas que separa armas e ítems, donde con un simple golpe de botón hará que tus deseos se cumplan. Ente esto, y la rapidez con la que se mueve Hiro, la posibilidad de golpear en muchísimas direcciones, la diferencia sobre cada personaje, forman un control la mar de sencillo.

Al tratarse de un RPG básico de verdad, la mayoría de puzzles son de lógica, colocación de llaves y eliminación de hasta 6 "Final Bosses", quizá esto comporte la degeneración de la aventura, así mismo, el grado de dificultad lo hace mucho más accesible para los jugadores inexpertos. Por contra, es mejor no fiarse ya que el juego es largo y contiene buena cantidad de trampas para hacerte la vida imposible.

c o n c l u s i ó n

Kemco ha hecho un buen trabajo con la adaptación a los 8 Bits de un programa tan descalificado. Sinceramente, es una clara muestra de que los gráficos y el potencial técnico no ha de marcar obligatoriamente la calidad de un producto, y es que la versión portátil es, a grandes trazos, superior en cuanto a entretenimiento y control a su hermano mayor. No es la octava maravilla, ni puede compararse al asombroso Zelda: Link's Awakening, pero es una opción de compra que puede agradar a todo tipo de usuarios.

7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.