Corre, salta, nada, lanza, pedalea.. y todo esto desde casa.

Hagamos un poco de memoria... ¿Cuantos juegos de dísciplina olímpica hay en Nintendo 64?, las respuesta es fácil: ningúno. Sin duda la mejor forma de poner punto y final a esta nefasta racha de títulos es la excusa de los recientes juegos de Sidney. Konami, poseedora de la saga más jugable en esta ámbito, no ha se lo he pensado ni un instante, y dispuesta a versionar su clásico en todas las plataformas ha optado por hacer lo mismo en la necesitada consola. La verdad es que el esfuerzo es de agradecer, ya que actualmente el corto catálogo de Nintendo 64 no está para lujos, y el hecho de recibir una institución así siempre es de enhorabuena.

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La gracia de Track & Field radica en el sencillo y trepidante sistema de control, en el que el golpe frénetico de los pulsadores regularmente se premia con una buena posición. Aunque no todas las pruebas consisten en el martilleo, siguen una estela paralela en el que la clave para acabar con éxito pasa por una buena sincronización y el mínimo fallo de orden posible. La mayoría recordareis que Nagano Winter Olympics tenia un planteamiento muy similar, aunque para bien, hemos de aclarar que T&F es mucho más profundo, el jugador opta un papel exageradamente más importante sin estar a remolque de pruebas que no te daban ni turno.

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Los 100 metros libres, plato fuerte y causante de miles de lesiones digitales, se basa en presionar repetidamente los botones C izquierda y derecho con ritmo y constancia. Casi el mismo desarrollo en 110 metros valla y salto de longitud, donde la variante consiste en presionar el gatillo Z para saltar. Únicamente destacar, que en la longitud, el ángulo es básico para despegar del suelo con fortuna. En ese misma línea le siguen Lanzamiento de Javalina, salto con pértiga o de altura. En cuanto a natación, el estilo libre presume de ser de los más exhaustos que existen; golpear el mando hasta la extenuación. La otra cara de la moneda la vive su homónimo de la braza, donde únicamente coordimamos con L y R. Otras tienen salidas muy parecidas al clásico juego de mesa Simon, o Parappa The Rapper... salvando las distancias claro xD. Por ejemplo, en el salto del potro nuestra función es correr hasta que una vez en el aire, han de ser seguidas todas las intruccines que se van visualizando en la pantalla; parece fácil, pero con el poco tiempo que hay, y los botones a machacar, puede hacerse una prueba eterna. La única que se aleja del tono general es el Tiro al Plato, la más inusual y la que los experimentados con la puntería van a encontrar más interesante: hacer pedazos todos los platos que lanzen. Simple en teoria, imposible a la práctica.

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Una vez estés entrenado a fondo, preparado para dejarte la llema de los dedos, y mentalizado de que la natación no es tan fatigosa como lo pintan en la tele, llega el momento de ponerte guapo para ir a recoger tus medallas ;-)

GRÁFICOS

Tratándose de escenarios limitados, sin parafernalias gráficas debido a las restricciones que comporta limitarse en reproducir un estadio olímpico, la calidad pasa por diseñar atletas con modelados hiperrealistas, y efectos contundentes de transparencia o luces. Konami, por enésima vez, lo ha conseguido. Sinceramente estamos encantados en como se deslizan los atletas en la pista, el bucle de movimiento es tremendamente suave y por supuesto, la personificación alcanza cotas sobresalientes. Cuando jugueis en la piscina, tanto el chapoteo acuático (un simple bitmap) como el cambio de perspectiva que se situa bajo el agua con transparencias y decoloraciones en tonos azules puede hacer las delicias de los más exigentes. Además, ni un salto de Frames, ni borrosidades, ni nada de esos efectos que tanto están de moda últimamente. Todo esto se acentúa con el Expansion Pak aportando un pequeño filtro de nítidez. No obstante, en la recreación de Konami achacamos la sencillez técnica de algunas pruebas donde no pasan de un fondo oscuro, el sim en plena actuación y el interfaz informando su marca.

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MÚSICA

Nos encontramos ante un juego donde el apartado músical no aspira a nada más que cumplir su función: acompañar. Simplemente están ahí añadiendo una pequeña dosis de garbo al juego y algo de amenidad a los ya de por sí repetitivos menús. Sinceramente no son maravillas orquestrales, ni tampoco son las melodías más armoniosas de las que hemos oído, simplemente consiguen su cometido, y por lo menos, no estorban ni harán que bajes el volumen del televisor.

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SONIDO FX

Gran parte de los efectos se basan en el entusiasmo del público (sobretodo en competiciones velocistas) y FX que reproducen pisadas, gritos, derribos, ecopetazos... todo eso que ha de estar ahí, aportando toda la credibilidad que les sea posible. Con tanta gritería los dialogos inexistentes o efectos delirantes no tienen cabida. La verdad es que el resultado es óptimo, por lo que en este sentido casi no nos podemos quejar.

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JUGABILIDAD

Decir Track and field, es decir sencillez, superficialidad y manejo perfecto. La idea que ya ha marcado una pauta, consistente en machacar botones y sincronizarlos al máximo posible sigue tan vigente como hace 20 años. La verdad es que hay algunas opciones realmente tediosas escatimando por completo tus dotes como jugador, mientras otras pruebas que combinando pericia y táctica le dan un pequeño toque de simulador sin olvidar realmente su carácter. Sinceramente, empalmar más de 5 pruebas seguidas solo lo consiguen los reyes del mando, su efectos agotadores provocando portuberancias en las manos de tanto toqueteo disminuye tu tiempo de partida. Ahora sí, si lo que quieres es disfrutar como un enano picandote por lo que sea, compitiendo con sudor y lágrimas, no dejes escapar una partida a 4 jugadores, de verdad que son memorables. Dicho esto, la vesión 2000 puede pasar perfectamente como uno de los mejores multiplayers de Nintendo 64.

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