Con la poli en los talones...

Item: Driver
Rating: 8.4

Sin reglas, sin frenos, sin señales que valgan... con el único objetivo de cumplir tu misión al precio que sea, solo, con la poli en los talones...

Actualizado a 11 de marzo de 2012 17:43 CET

Sin reglas, sin frenos, sin señales que valgan... con el único objetivo de cumplir tu misión al precio que sea, solo, con la poli en los talones...

Durante el 1999 Reflections nos enseñó como no se debe conducir. Driver supuso un adelanto respecto al explotadísimo género automovílistico que ya se venía esbozando años atrás con su impagable violencia gratíuta en Destruction Derby.
El compacto aparecido primordialmente en PSX nos planteaba la introducción en la piel de Tanner, un joven conductor sin remordimientos que andaba a sus anchas por las calles de cualquier ciudad evitando ser atrapado por el máximo cuerpo legal durante su periplo, en busca de compañeros, dinero, y adrenalina. Y aunque la mayor parte de las ocasiones nos las pasábamos saboreando terrenos pavimentados y el cimiento de los edificios, la sensación vertiginosa no nos la quitó nadie, ni siquiera los hombres de azul...

Con Game Boy Color en plena época ferviente, y pese a las poca previsiones que se le pueden echar a un título que se asemeja en casi todos los conceptos al decepcionante Grand Theft Auto portátil, Driver pisa de forma orgullosa y con pies estables el coto de los 8 Bits, con todas las restricciones que ello supone, sin los alardes gráficos de la gris de SONY, pero manteniendo el sabor de incumplir las leyes en todo momento.

De ello se encargan múltiples opciones que van desde la práctica por callejones desérticos, superar tu propio tiempo, hasta la fuerza del modo historia. Esta última os sumirá en el crisol de 3 de las ciudades más bulliciosas y transitadas de los Estados Unidos: Los Angeles, Nueva York y Miami, haciéndote recorrerte de pe a pa cada uno de los recovecos más puñeteros en pos de la finalización de tu objetivo, ya sea recoger vándalos, ladrones de bancos o hacer parada en un desguace para deshacerte de toda pista móvil, sorteando "pitufos" por doquier, civíles y hasta farolas plantadas deliberadamente en el centro de tus progresos a fin de hacerte la vida imposible.

Puede que no estés a gusto con un planteamiento tan controvertido, rápido y dinámico, que no permite momento al sopor ni a la aberración en la que sucumbió GTA, pero os aseguramos que es adictivo a rabiar. Abróchate el cinturón si no quieres acabar "enchironado"...

g r á f i c o s

Driver es en realidad uno de los peores juegos gráficamente hablando de Game Boy Color. Tampoco es que sea un desastre, que carezca de credibilidad, y ni siquiera destacan fallos significativos, pero es que es tan simple, que incluso le hace agradable. El coche no es más que un rectángulo unicolor que se mueve a gran velocidad entre infinidad de bitmaps de diferentes tonalidades, acompañado ya sea de paso, por algún que otro destello por parte de los grafistas. En realidad, eso es todo. Un montón de hierba, edificios con ventanales enormes, algúna que otra luz en los escenarios nocturnos, y no más de 3 niveles distintos.

Esta austeridad sirve para que la velocidad sea terriblemente suave, la paleta tan tímida para que no se mimetice ni el elemento más fútil de todos los que circulan por el cartucho, y la sencillez de toda estructura para que no te pierdas ni seas contraindicado en ninguno de los momentos en que el pulso se te descontrola sin remedio.
A la postre esto permitirá que no debas forzar la vista continuamente al leer textos que van acumulámndose en pantalla, ni extraviarte por cualquier tipo de confusión a la hora de seguir la flecha que hace las veces guía.

m ú s i c a

Suena a fanfarría de pueblo, y que lamentablemente no se deben saber más de 3 partituras enteras. Una composición para cada metropoli, la del menú, los créditos, y ya tienes la banda sonora completa de la pieza de Reflections.
Lo peor es que la calidad plasmada deja bastante que desear, por lo que una rápida incursión en el menú del juego será suficiente como para olvidarte de ella eternamente...

s o n i d o f x

Derrapes, choques constantes, la sirena de tus "enemigos" y poca cosa más. Hay de sobras para conseguir succionar tu mente y quedar impertérrito delante de la pequeña portátil mirando su aun más diminuta pantalla. Complementado con la música puede que se disimulen un poco sus carencias, y que también subsane lo repetitivo que puede llegar a ser el rugido del motor, pero indefectiblemente está muy por encima del nivel ofrecido por GTA, Micromachines, y alguna que otra pieza automovilística.

j u g a b i l i d a d

El juego en sí tiene una mecánica inopinada. Seguir las instrucciones que te da tu capataz, y seguirlas al pie de la letra hasta dar con la meta. Lo bueno es que a medida que vas accediendo a nuevos horizontes y abres más localidades, la cosa va adquiriendo otro caliz y se incrementa el elenco de dificultades a superar. Esto provoca en todo ser humano que haya plantado cara a la bestia de Crawfish un afán de superación infinito, con ganas de seguir adelante, sin parar de jugar, y con la incógnita de saber que es lo que te depara el futuro.

Esto no sería posible de no ser por un control apabullantemente intuitivo. Con solo el botón de funcional "B", y aprendiendo a derrapar adecuadamente en las curvas más cerradas, hay de sobras como para consagrarte como el terror del asfalto.

Quizás si hay algo en que reparar; puede que la Inteligencia Artificial de los policías no esté del todo acurada (sobretodo porque continuamente se la pegan contra todo tipo de constitutivos), y aun más afectados por la ausencia de un modo a dos jugadores en los que la utopía de ser el cazador y fugitivo unidos por un simple cable hubiera sido la eliminación de esa espina clavada que siempre hemos tenido en un juego de esta raza. De todas formas, Driver, ya sea por su longitud, como por las misiones, o simplemente, la traducción al castellano haciendo la vista gorda a algunos errores antológicos, es uno de esos incombustibles títulos que aguantan meses en la cartuchera de Game Boy.

c o n c l u s i ó n

Una opción fantástica para los amantes de la velocidad, especialmente si estáis cansados de seguir hasta la saciedad la misma pauta en un circuito o estar siempre pendiente de encontrar ese nitro que te ascienda al podio por los pelos.
Es otro enfoque, distinto, y que seguro hará las delicias de todos los que busquen un montón de opciones, cantidades industriales de niveles, y lo que es más importante, un cartucho que les dure, que no canse a la primera partida como la mayoría de conversiones de doméstica a portátil.

Driver te conducirá a la addición eterna a un irrisorio precio. ¿De verdad que aun estás dudando?...

8.4

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.