Imaginaros la mejor historia/ambientacion posible para una aventura, imaginaros jugar al mas puro estilo de los juegos de rol con ella. Añadirle gráficos y combates espectaculares con enemigos siniestros con un epopeya de amor digna de reyes.
Los maestros de Squaresoft han dedicado dos largos años a desarrollar la esperada continuación de la saga Final Fantasy. El listón estaba muy alto tras su anterior entrega, un juego odiado por muchos pero amado por otros tantos, entre los que me incluyo. Primero apareció en Japón para Playstation, después se extendió por el mundo en ese mismo formato y, finalmente, nos llega la versión PC de Final Fantasy 8.
Como en todos los títulos de la serie y en otros grandes de Square, varios aventureros recorren su planeta de Norte a Sur y de Este a Oeste. La mayor parte de tiempo contaremos con seis integrantes en el grupo, de los cuales habremos de elegir tres como fuerza de acción y, en ocasiones, deberemos de repartirlos todos entre dos contingentes para resolver la situación.
En nuestros viajes iremos adquiriendo experiencia para afrontar nuevos retos y nos sumergiremos en un elaborado guión. Este último vuelve a ser uno de los puntos fuertes y absorbe desde el primer momento. Tanto nos absorbe que el juego peca un poco de lineal, de forma que las exploraciones siempre están totalmente dirigidas si queremos avanzar en la aventura principal. No obstante, siempre habremos de patear los campos para luchar contra múltiples engendros y adquirir los objetos, magias y experiencia que requieren los enfrentamientos con los monstruos que obstaculizan la consecución de nuestros objetivos centrales. Es más, podremos dejar aparcada en cualquier momento la trama principal y dedicarnos a asuntos no imprescindibles pero sí útiles, tales como aumentar una colección de cartas, buscar valiosos aliados o conseguir piezas para las armas.
En primer lugar, nos proporcionan los comandos necesarios en las batallas, de forma que si un personaje no tiene ninguno asociado solo podrá realizar ataques físicos. Para poder usar magias y comandos como "recuperar", "extraer" o "defensa", necesitaremos enlazar Guardianes de Fuerza a los personajes. Un comando fundamental es el llamado "GF", que sirve para que el propio guardián lance un ataque o, en su caso y dependiendo de cual se trate, levante barreras o lance hechizos. En segundo lugar, los GF permiten asociar magias a los parámetros básicos del personaje, haciendo que se eleven significativamente. También podremos asociarlas a los ataques físicos y la defensa, con notables mejoras. Por otro lado, los GF nos proporcionas habilidades especiales para transformar unos objetos en otros, de forma que conseguiremos pociones, piezas para mejorar las armas y magias a partir de cosas que son inútiles de por sí o son mejorables mediante estas técnicas. Por último, gracias a los Guardianes de Fuerza contaremos con la posibilidad de enlazar otras habilidades al personaje, que pueden llegar a beneficiar a todo el grupo. Así, cabe la posibilidad de evitar encuentros con monstruos o suprimir el riesgo de ser atacados por la espalda.
Algunos de estos elementos son comunes a todos ellos y otros son específicos de cada uno. De este modo iremos creando el perfil de cada personaje dependiendo del Guardián o Guardianes de Fuerza que tenga enlazados. Esto recuerda en parte a la idea de los oficios del Final Fantasy V.
En cuanto a la manera de obtener los hechizos, estos no se compran ni dependen de los puntos de magia. Durante los combates deberemos emplear el comando "extraer" para arrebatar unidades de hechizo a los enemigos. Cada monstruo tiene determinados tipos de magia en su poder y se la podemos extraer de manera ilimitada. En cada intento conseguiremos entre 0 y 9 unidades de la clase de magia que elijamos entre las disponibles, y a cada personaje le está permitido acumular un máximo de 100 por clase, aunque también está limitado el número de clases distintas. Después, con el comando "magia", las aplicamos sobre los enemigos (o sobre nosotros si son beneficiosas), gastando una unidad por cada uso. Sí que es importante el poder mágico para hacer poderosos los hechizos.
Tampoco las armas se compran, sino que se mejoran. Como siempre cada personaje tiene su tipo de arma, algunas tan exóticas como el sable-revolver del protagonista, y debemos hallar piezas para que los armeros, por una módica cantidad, desarrollen nuestras mortales herramientas. Así pues las tiendas de las ciudades se ciñen casi exclusivamente a la venta de productos medicinales.
Otro juego complementario es el Chocobo World, en el que, a partir de una cierta situación, un chocobito vive un JDR paralelo que podemos dejar por libre o dirigir desde una ventana de Windows. Así se puede conseguir objetos útiles para el juego principal, e incluso se rumorea que nos podemos hacer con algún GF oculto de esta manera.
En cuanto a la música viene en formato midi en la mayoría de los casos, con algunos ficheros wav de coros y alguna pista de audio CD. Tampoco es un gran despliegue en estos tiempos pero acompaña, que es de lo que se trata. El sonido en los combates sí que está bastante cuidado y las voces no existen durante el juego, mas que nada porque haría falta una carretilla de discos para contener las voces de diálogos tan extensos.
El guión es muy atractivo y completo, pero cuenta con el lastre de la inevitable comparación con Final Fantasy VII, y lo cierto es que no ha podido igualarlo. Ahora nos vemos en una gran historia de amor, odio y guerra llevada por personajes interesantes, pero la historia de FF7 fue sencillamente genial. La compleja personalidad de Squall causada por problemas durante la infancia se halla muy lejos de la del Cloud del FF7, aquello si que eran comeduras de coco sobre su origen, destino y esencia.
En FF8 los personajes son profundos y están bien desarrollados, pero en FF7 eran mucho más dispares y sus pasados dramáticos les atormentaban con más crudeza. Por no hablar del malo, el Sefirot de FF7 era infinitamente más carismático en ese papel que el Seifer y todas las brujas juntas de FF8.
Puede resultar cómodo resolver todos los combates con los GF, sin embargo, habrá alguna ocasión importante en que no sean efectivos, por lo que no hay que descuidar la mejora de armas y hay que estar dispuestos a usarlas.
Algunos Jefazos parecen invencibles, pero no hay más que buscar el punto débil de cada uno. Por ejemplo, si un monstruo es especialista en ataques eléctricos y nos derrota, no habrá más que reforzar las defensas para ese tipo de magia de cualquier personaje, de modo que la electricidad le proporcione vida en lugar de quitársela. Para hacerlo habrá que enlazar 100 magias Electro++ a la defensa elemental concreta. La verdad es que hay un jefazo llamado Ente Omega que sí parece invencible. Lógicamente no será imposible, pero sí extremadamente difícil. Por suerte no es imprescindible tumbarle para acabar.
En los combates difíciles, la buena afinidad con los GF puede suponer la diferencia entre la victoria y la derrota. Ese detalle hay que tratarlo con gran cuidado y tener en cuenta que la afinidad de un personaje con sus GF es inversa al número de estos. También hay que tener en cuenta que los puntos de experiencia se dividen entre los GF de un personaje, por esa razón cuantos más tenga más tardará en adquirirla. No ocurre así con los puntos de habilidad, que no tendrán que repartirlos con nadie.
8
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.