Este juego te hace colocarte detrás de los motores de más de 21 podracers diferentes. Elegirás entre 25 carreras únicas en ocho mundos distintos, cada una de ellas con sus propios obstáculos naturales y no tan naturales que tendrás que superar.
Un Podracer se compone de una cabina a la que van unidos dos o más motores mediante unos cables. Gracias a la potencia de estos motores, los vehículos pueden alcanzar velocidades de vértigo a unos cuatro metros de altura sobre el suelo. Las carreras de estos artefactos son famosas en todo el Universo de Star Wars y hay montones de dinero en juego cada vez que corremos en alguno de los veinte circuitos de que consta el juego, distribuidos en varios campeonatos. Cada circuito está situado en un planeta diferente y está precedido de una secuencia animada que nos presenta el planeta y el tipo de terreno. Al finalizar la carrera y dependiendo de nuestra posición al cruzar la meta, recibiremos una cantidad de créditos que podremos utilizar para mejorar nuestro vehículo (velocidad, aceleración, refrigeración, giro, freno,...) o para comprar unos pequeños androides que repararán nuestra máquina mientras corremos (al estilo de Carmaggedon y su secuela). Aunque al principio manejemos el Podracer de Anakin Skywalker, podemos luego cambiarlo por aquél cuyas características más se adecuen a nuestra forma de conducir.
Durante la carrera, tenemos la posibilidad de elegir de entre cuatro cámaras diferentes y la competición se desarrolla de la manera clásica: debemos dar un cierto número de vueltas al circuito en el menor tiempo posible con vidas infinitas. Cuando choquemos lateralmente con algún obstáculo, la estructura se dañará y habrá que repararla, pero nuestro vehículo quedará totalmente destruido si el choque es frontal. También podemos activar el Boost, una dosis extra de velocidad, ejecutando una maniobra que viene descrita en el manual, pero abusar del Boost puede hacer que los motores se sobrecalienten y se incendien.
En cuanto al aspecto gráfico, el diseño de los vehículos es impresionante tanto en número de polígonos como en texturas, siendo todos los Podracers tan diferentes entre sí como lo son sus pilotos. Además, los decorados de los planetas son tremendamente vistosos con multitud de detalles que harán que te estrelles: maquinaria trabajando en los planetas mineros, vehículos submarinos en los mundos marinos, impresionantes glaciares en mundos helados,... Los circuitos en sí ofrecen varios caminos, algunos más largos que otros, y gracias a que no conducimos un coche, son mucho más variados que en cualquier otro juego: túneles submarinos, pistas con gravedad cero, las arenas de Tatooine, y un sinfín de circuitos que harán vuestras delicias.
Como el freno apenas se usa, lo mejor es comprar más aceleración y velocidad máxima, por este orden. Los robots de reparaciones también son necesarios.
No gastes el dinero a lo tonto: ahorra hasta que puedas comprar lo que realmente te interesa.
El comportamiento de los vehículos es muy realista, sobre todo la flexibilidad que ofrecen en las curvas los motores unidos a la cabina por unos cables.
La música, el sonido y la ambientación del Episodio I.
Los aficionados a los juegos de Star Wars ya os tenéis que saber estos enlaces de memoria.
7.5
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.