No te olvides el casco

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Empecemos por el principio: podemos elegir el tamaño de la instalación de 5 a 200 Mb, siendo la más recomendable la intermedia, pero cada uno que escoja la que más le guste. En caso necesario, el programa de instalación copiará las DirectX6 y DirectX6 Media para ver los vídeos. Y una vez completado el proceso, ejecutamos el juego. Tras el logo de Electronic Arts y el de Delphine, contemplamos un vídeo a una calidad muy decente con motos de carreras y de cross volando a toda velocidad sobre la pista con una música de fondo muy cañera.

Ante nuestros ojos aparece el menú principal con las opciones típicas de los juegos de carreras, pero una en particular llama nuestra atención: "Editor".

Efectivamente, Moto Racer 2 dispone de un editor de pistas con el que podremos modificar cualquiera de las 32 que vienen en el CD-ROM del juego. Mediante un sistema muy sencillo de puntos de control, podremos rediseñar las curvas o las elevaciones del circuito o añadir montículos simples o dobles o elegir el escenario de los cinco que hay: Amazonia, Grand Prix (sólo para velocidad), Britanny, Sahara y Forest (sólo para cross). El problema es que no podemos añadir más pistas, sólo reemplazar las existentes y otro fallito es que la longitud del recorrido está limitada: no pude hacer un circuito de 5 kms (hay un icono que muestra esta información) y tuve que recortar algunas curvas. No obstante, dada su potencia y sencillez de manejo el editor es una gran idea que todos los juegos de carreras, ya sean de motos, de coches o de patinete, deberían incorporar. Además, podemos probar la pista con sólo un click de ratón antes de grabarla. Una novedad que hará las delicias de los aficionados.

Pues nos salimos del editor y vamos a ver lo que es el juego en sí: pulsamos en "Empezar" y aparece una pantalla en la que elegiremos juego local o en red; la siguiente elección que tenemos que hacer es el número de jugadores, porque hasta cuatro personas pueden jugar en el mismo ordenador con la pantalla dividida (mejor si disponemos de varios joysticks o pads USB) u 8 por red local. También se puede jugar mediante cable serie o módem con otro adversario humano.

Pero vayamos a lo que es el juego en sí: tras elegir el nivel de dificultad de los tres disponibles, aparece el menú para elegir el tipo de juego que queremos: práctica, una carrera o campeonato, los típicos de cualquier juego de carreras. En esta pantalla también podemos decidir si jugaremos en modo arcade o simulación (más realista y, por tanto, más difícil). Tanto en la práctica como en la carrera única, elegiremos una pista (hay 16 de cross y 16 de velocidad) y una moto que se adecue a nuestros gustos en cuanto a agarre, frenos, aceleración y velocidad punta; también podemos elegir cambio manual o automático.

Una novedad de Moto Racer 2 es que podemos elegir el clima bajo el que conduciremos: lluvia, nieve, niebla, soleado o seco. Y también podemos escoger si queremos conducir de día o de noche, aparte del número de vueltas. Y el icono de más a la derecha es para escoger la dirección de carrera: normal, simétrica o inversa, pero esto sólo está disponible tras ganar un campeonato y todavía no lo he conseguido (bueno, en una carrera quedé el 6º de 12), aparte de que en el manual no explica nada más sobre este punto.

Como es habitual, el modo campeonato consta de una serie de pistas en las que se nos asignará una puntuación acorde con la posición obtenida. Hay un campeonato de velocidad, uno de motocross, uno mixto, uno personalizado y el Ultimate Championship, disponible sólo si hemos completado los anteriores.

El caso es que la barra que indica cuánto se ha cargado del circuito elegido llega a su fin y nos encontramos ante el juego en sí. Los gráficos son sencillamente impresionantes si tenemos tarjeta 3D: los decorados son excepcionales, el movimiento de las motos genial, los detalles de los brillos, marcas en el asfalto y sombras son perfectos,... En cuanto a la velocidad ya hablaremos de ella en el apartado de requerimientos, pero con el equipo recomendado la sensación es indescriptible. Los efectos atmosféricos como la lluvia o la nieve están muy logrados, pudiendo ver cómo las gotas tocan el suelo. Además, cuando conducimos con nieve, los gráficos del circuito son totalmente distintos, con los árboles o las casas cubiertos de blanco junto con otros detalles que hacen que lleguemos a sentir incluso frío. Lo mismo pasa con los circuitos que escogemos para recorrer por la noche: los escenarios cambian, mostrando farolas iluminadas y sombras apropiadas. En conducción nocturna, la visibilidad se reduce considerablemente mientras los faros de las motos iluminan la noche, confiriendo a estas carreras una gran espectacularidad. Eso sí, hay combinaciones que no podemos poner como nieve en el Sahara, por ejemplo.

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En cuanto a manejo, el juego es muy sencillo: acelerar, frenar, girar y el cambio de marchas (sólo si lo ponemos manual). Hay una tecla más para el turbo, otra para mirar hacia atrás y otra para cambiar las vistas, siendo la más espectacular la de primera persona, con el manillar delante de nosotros.

La moto responde a las mil maravillas, derrapando en condiciones de lluvia o nieve o ante una frenada brusca, con un modelo físico bastante bueno que permite ver cómo se mueve el cuerpo del piloto cuando coge las curvas o cae por el suelo o estrellarnos contra otros motos haciendo caer a sus ocupantes.

En definitiva, un juego en el que nuestras pulsaciones latirán tan rápido como el motor de nuestra máquina.

- Baja el número de adversarios a 8, será más fácil que te den puntos en el campeonato.

- Elige la moto que más se adecue a la pista: en un escenario con lluvia o nieve, escoge una con buen agarre. En una pista con muchas curvas, es más importante la aceleración que la velocidad punta. Y cosas por el estilo...

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