La larga noche oscura

Nuevamente, las fuerzas de los no-muertos se han conjurado contra el Imperio. ¿Serás capaz de salvarlo de esta nueva amenaza? Contarás con la inestimable ayuda de elfos, enanos y ogros en tu lucha contra la oscuridad. Pero, los piel-verde tampoco descansan y serán, por tanto, otro enemigo a batir. Este es, a grandes rasgos, el guión del Dark Omen, continuación de la afamada serie de juegos sobre Warhammer.

Como en su predecesor, controlamos un poderoso ejercito que se incrementará de batalla en batalla si triunfamos. Cada victoria desarrolla más el argumento; e incluso, hay algunas en las que al vencer, obtenemos la posibilidad de elegir que camino tomar.

Las batallas se desarrollan en un espacio tridimensional bastante conseguido, en el que podemos rotar la cámara, hacer zooms, etc. Durante el combate podemos dar instrucciones básicas a nuestro ejército como cambiar de formación, cargar, disparar o lanzar hechizos.

En las partidas de un solo jugador solo podemos hacer campaña con el bando Aliado (humanos, elfos y enanos, principalmente), y no con otras razas. Tampoco hay posibilidad de jugar en escenarios aleatorios; sin embargo, en partidas multijugador sí podemos manejar otras razas, pero combatiendo en escenarios prefijados.

Un detalle muy importante, y que le diferencia de los juegos basados en la serie Warhammer 40.000 y Epic (como Final Liberation), es que se desarrolla en tiempo real. Eso implica que tienes que tomar las decisiones rápidamente, y ser diestro en el manejo de tus hombres.

Es en las batallas, sin embargo, donde se desarrolla la principal parte del juego y es allí, por tanto, donde más nos fijaremos. Los escenarios estáticos (con distintas alturas, ríos, puentes, y elementos decorativos como torres) son de una gran calidad, y transmiten realidad; ideales para el juego. Los gráficos de las tropas son un poco peores, sobre todo en algunos casos, pero supongo que la elección de determinados uniformes, colores, elementos decorativos, etc. es una cuestión de gusto bastante personal. De todas formas, hay ligeros fallos en alguna textura escondida, y el máximo zoom nos revela algún detalle, de escasa importancia, que no es del todo correcto. En resumen, podemos decir que las batallas, núcleo del juego, tienen la suficiente calidad como para no cansarnos al cuarto encuentro.

Como nota muy meritoria hay que reseñar las diversas posibilidades de configuración que nos ofrece el programa, pudiendo seleccionar un montón de niveles de detalles para que todo marche a la velocidad que queremos. El programa admite el uso de tarjeta aceleradora gráfica, con lo cual se puede incrementar bastante el nivel de detalle sin que la CPU tenga que trabajar mucho. Es más, en vez de dar una lista de tarjetas compatibles, especifica las características que una tarjeta gráfica ha de tener para poder usarla.

En cuanto al Audio, hay una nota positiva y otra no tanto. La primera es que todo el juego se halla absolutamente traducido (como es común en esta distribuidora), y con una calidad bastante alta. Desde los gritos de las tropas hasta los diálogos de los protagonistas, todas las voces (y por supuesto, todos los textos) tienen una gran traducción. El único detalle que no me gusta es que también se podría haber traducido el nombre de las unidades combatientes, pero... La calidad de los efectos sonoros es buena, y son adecuados para el juego; la música, no obstante, me parece poco variada, y creo que ese aspecto es francamente mejorable.

El mundo que nos presenta el juego es el propio del Warhammer Fantasy y, ya que los chicos de Workshop, desarrolladores del juego de "tablero" (más bien de habitación por el espacio que se necesita), son unos expertos guionistas (aunque muchas veces se inspiran demasiado en Tolkien), y eso hace que el juego, que se basa en su trabajo, comparta esa excelente ambientación. Como detalle que no me gusta: ¿La región de vampiros se tenia que llamar, necesariamente, Sylvannia?

Otro detalle a alabar, es que, aún siendo un juego por turnos, combates entre mismas unidades en idénticas circunstancias suelen dar el mismo resultado (con ligeras variaciones), algo no habitual en muchos juegos en tiempo real, que parecen basarse en la tirada de un dado u otro elemento propio del azar para decidir la victoria.

También se parece bastante a su predecesor, pero creo que incluye menos batallas que este, lo cual no es un dato muy positivo. Sin embargo, se ha mejorado algo el aspecto gráfico, aunque los conceptos de campamento, campaña, tropas mercenarias, etc. sigan igual.