Una niña de 12 años eclipsa a McIntosh: Yu Zidi roza la medalla
Con un 2:09.21 que ni logró Mireia Belmonte en su plenitud, la china se queda a seis centésimas del podio en un 200 estilos en que la canadiense logra su segundo oro. Weiler, 12ª en 100 espalda.


Con el retorno a lo más alto de Qin Haiyang en el 100 braza, el encumbramiento de Gretchen Walsh (y el alivio para Estados Unidos) en 100 mariposa, además con el segundo mejor tiempo de la historia, y con el oro de Maxime Grousset en 50 mariposa. Y con la decimosegunda plaza de Carmen Weiler -la única española en la sesión vespertina- en las semifinales 100 espalda. Con todos esos gustosos menús se alcanzó este lunes en los Mundiales el plato fuerte del día: la final del 200 estilos femenino. El segundo oro en dos días de Summer McIntosh, convencida (y convincente) de ser la gran figura de Singapur 2025. Aunque alguien aún más joven de sus 18 años, concretamente una niña de 12, va camino de eclipsar sus hazañas.
Porque la exhibición de la canadiense en el 200 estilos fue espectacular, nadando 48 centésimas por debajo del récord del mundo en el tramo de mariposa, sacándole 1.36 en la espalda a Alex Walsh, su gran oponente, que recortó hasta las 33 centésimas en la braza pero que nada pudo hacer cuando McIntosh, plusmarquista mundial, aceleró en el crol para colgarse el oro en 2:06.69. 1.89 finalmente le sacó a la estadounidense para conseguir el segundo de los cinco títulos mundiales a los que aspira en Singapur, tras arrebatarle el 400 libre a Katie Ledecky y antes de asaltar en los próximos días el 400 estilos, el 200 mariposa… y el 800 libre, de nuevo ante la todopoderosa estadounidense.

Pero decíamos que incluso a McIntosh hay alguien que le hace sombra. Su nombre es Yu Zidi, la nadadora china de 12 años que se quedó a tan solo seis centésimas de subir al podio, con un 2:09.21 que ni siquiera consiguió en su plenitud Mireia Belmonte, cuyo récord de España está fijado en 2:09.45 desde Barcelona 2013. Pasó de la séptima a la cuarta posición en un último largo de crol despampanante: 30.17, tan solo una centésima más que la canadiense.
Es estudiante de Primaria, descubrió la natación gracias a un verano como este pero de hace media docena de años, cuando tenía seis y, para aguantar un intenso calor, su padre la llevó a un parque acuático. El resto ya es historia… Y le quedan por competir en Singapur el 200 mariposa y el 400 estilos, su mejor prueba.
Vuelve Qin Haiyang
Empieza Qin Haiyang como terminó en los Mundiales de hace dos años en Fukuoka 2023, arrasando en la braza. Concretamente, en la final del hectómetro, imponiendo su tremendo esprint final (58.23, la mejor marca mundial del año) sobre un Nicolo Martinenghi que había sido descalificado en las semifinales por una salida errónea pero readmitido tras la reclamación de su federación. “Estoy feliz de haber vuelto”, aseguró Haiyang al salir del agua, tras su discreto séptimo puesto en París 2024.

El italiano, precisamente campeón olímpico el pasado verano, fue segundo, a 35 centésimas del chino. Y el bronce lo arañó Denis Petrashov, del Kirguistán (primera medalla en la historia de su país), quien se impuso al ruso Kiril Prigoda, el más rápido en las series, a la postre encima descalificado en esta final.
Walsh levanta la moral de Estados Unidos
Había que salir de dudas acto seguido sobre si Gretchen Walsh se contaba entre las norteamericanas intoxicadas por una gastroenteritis. Lejos de sufrirlo, lo que demostró es estar en plena forma, conquistando el oro del 100 mariposa en 54.73, el récord del campeonato que ostentaba Sarah Sjostrom -una de las grandes ausencias de Singapur 2025- y la segunda mejor marca de siempre, tras la que la propia americana tiene desde mayo (54.60).

Pero, sobre todo, demostró Walsh que no es solo una estrella absoluta en la piscina corta, donde deslumbró el pasado diciembre destrozando todos los récords en Budapest 2024, sino que se consolida en la piscina olímpica, con su primer título mundial individual. De paso, dio un golpe sobre la mesa para una delegación de Estados Unidos que necesitaba un estímulo así. La plata fue para Roos Vanotterdijk, y Alexandria Perkins se llevó el bronce por delante de Zhang Yufei.
Kos y Kolesnikov vuelan en 100 espalda
En las semifinales del 100 espalda masculino, sin estadounidenses en una gran cita por primera vez desde los Juegos de Londres 1908, sacó el colmillo el retornado Kliment Kolesnikov, que nadó por debajo del récord del mundo el primer largo y que aun acabando con cierta relajación marcó un tiempo de 52.26. Mejor registro incluso logró en la segunda semifinal Hubert Kos, 52.21, en su caso yendo de menos a más. El cuarto mejor fue Thomas Ceccon (52.35), 25 minutos antes de nadar la final del 50 mariposa.

Lilly King, fuera de ‘su’ final
Fueron más noticiables en semifinales del 100 braza femenino las nadadoras que no pasaron a la final del martes que quienes sí lo lograron. Porque se quedó fuera Mona McSharry, bronce en París 2024, que había sido la más rápida en las series matinales. Tampoco entre las ocho primeras se metieron Ruta Meilutyte ni Lilly King, plusmarquista mundial de la distancia, que se despide de la elite en estos Mundiales.
De las que sí nadarán la final, la más veloz fue Kate Douglass (1:05.49), quien hizo valer sus últimos metros para imponerse a Anita Bottazzo (1:05.61). El tercer tiempo lo consiguió Qianting Tang (1:05.87).

Grousset destrona a Ponti por una uña
Y regresaba Ceccon tras el 100 espalda para batirse en duelo en la final del 50 mariposa con un Noe Ponti que salió como una exhalación y que dominó hasta la última brazada, en que le superó el francés Maxime Grousset (22.48) por tres centésimas. El bronce sí se lo quedó el italiano, a menos de dos décimas.
Igual que Ceccon, la belga Vanotterdijk nadaba en este caso las semifinales del 100 espalda apenas unos momentos después de proclamarse subcampeona del 100 mariposa. Lograba un tiempo de 59.63, solo décima, por los 58.79 logrados por Katharine Berkoff en su carrera, más lenta eso sí que en las series matinales.

Weiler, fuera de la final que más cerca tenía
Llegó el turno de la española Carmen Weiler, la decimoprimera más rápida en las primeras eliminatorias, quien compartía turno con las favoritísimas Regan Smith (58.21) y Kaylee McKeown (58.44) y, como a Berkoff, le ocurrió que logró un registro peor al de la mañana, 59.92, por lo que se quedó fuera de la final que seguramente tenía más opciones de asaltar, aunque aún debe nadar el 50 y 200 espalda. Suyo fue el decimosegundo mejor tiempo, tres puestos por debajo de la novena plaza que obtuvo en los Juegos de París 2024.
Weiler: "Puedo hacer muy bien el 50, también el 200"
“Lo di todo. No me metí en la final, pero no pasa nada, aún me quedan el 50 y el 200 (espalda), más los relevos, así que a por eso iré, a ver qué sale”, analizó en la RFEN una Carmen Weiler, aun así, autocrítica: “Creo que he nadado bien de técnica, pero el segundo 50 me costó bastante”. “Creo que puedo hacer muy bien el 50, también el 200. Me voy con buenas sensaciones para lo que me queda”, remachó.
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La última de las semifinales del lunes, un 200 libre masculino sin Pan Zhanle -vigesimosegundo en las series de la mañana- entregó otra nueva sorpresa, que fue la eliminación del británico Matthew Richards (1:45.85), incapaz de superar el decimosegundo puesto. Lideró Luke Hobson (1:44.80), seguido de Sunwoo Hwang (1:44.84), y con el campeón olímpico David Popovici en cuarto lugar (1:45.02). La final, este martes por la tarde.
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