Una inteligencia artificial que revoluciona el pádel: “Es un antes y un después”
AS prueba Aiball, una aplicación para todos los públicos que también utiliza la número uno del mundo, Ari Sánchez. “Es una ayuda en mi día a día”, asegura.
Dos cámaras, una a cada lado de la pista, captan todo lo que pasa. No pierden detalle. A través de algoritmos propios, siguen tanto a la pelota como a los jugadores. Datos, datos y más datos para todo el mundo: desde los profesionales a los aficionados. Adrià Torrent, un pegador con la pala en la mano, señala hacia arriba. “Esta es toda la instalación, no requiere de nada más. A partir de aquí, ya salen todas las estadísticas”, resume antes de compartir partido con dos redactores de AS. El catalán, matemático de carrera, es uno de los socios fundadores de Aiball, una compañía de inteligencia artificial para pádel que pretende revolucionar el mencionado deporte. “Es un antes y un después. Creo que no hay nada parecido. Sí hay programas de estadísticas o que proporcionen análisis biomecánicos, pero nada como esto. Es lo que siempre había buscado”, ratifica Ángel González, entrenador de la número uno del mundo, Ari Sánchez, en conversación con este periódico.
González, Angelote dentro del gremio, ya ha implementado Aiball en su rutina y en la de Ari, que se siente muy cómoda con la herramienta. “Desde el momento en el que nos sumamos al proyecto, teníamos la idea de que sería una ayuda en mi día a día y, sin ninguna duda, lo está siendo. Entre otras cosas, mide mis tiempos de reacción y mi potencia en cada golpe, me permite ver en qué aspectos puedo mejorar, cómo hacer más daño a las rivales... Además de toda la parte deportiva, también está siendo una buena experiencia a nivel empresarial”, dice la jugadora, campeona este año en el P1 de Riad y en el major de Qatar, a AS. Sólo llevan cinco meses trabajando con la inteligencia artificial, pero ya notan sus beneficios. “Ahora mismo, nos está viniendo bien; pero, el día de mañana, nos va a venir muy bien”, asegura Angelote, que el año pasado, a la par de su pupila, fue reconocido como el mejor entrenador del año.
Hasta el momento, el técnico, parte activa en el desarrollo de Aiball, recogía toda la información de los partidos y de los entrenamientos de forma manual. “Tenía un Excel para recoger las estadísticas, grababa los vídeos con otra herramienta distinta...”, recuerda Angelote. “Con esto puedo hacer millones de cosas a la vez. ¡Te vuelves loco!”, exclama. El equipo de Aiball, conformado por matemáticos, como Adrià, físicos e ingenieros, se apoyó en su experiencia para ir dándole forma al proyecto. “Poco a poco, empezamos a incorporar a gente muy potente del mundo de la comunicación, de la inversión, etc., y también, como no, del pádel. Para todo lo deportivo, nos apoyamos en Ari y Ángel, que nos fue pidiendo cosas y nosotros se las fuimos dando”, explica Ferran A. Mazaira, también socio fundador, graduado en Probabilidad y Estadística Matemática y con experiencias anteriores en el mundo del big data.
Al principio, las peticiones de Angelote fueron “sencillas”, como la cantidad de aciertos y errores; a medida que la inteligencia artificial fue aprendiendo, aumentó la dificultad de las tareas. “En tema de biomecánica, por ejemplo, les pedí información para hacer correcciones. Sacaron un informe en el que se medían los ángulos del codo, del hombro o de la muñeca en el golpe que estábamos practicando, la volea de derecha, con el nivel de porcentaje de acierto y de error según cómo se ejecutara”, explica Angelote. El nivel de éxito según la zona de la pista desde la que se golpea y hacia la que se dirige la bola, las respuestas de las rivales ante jugadas propias (con qué golpe responden las jugadoras un globo de Ari, por ejemplo), la cuantificación de los movimientos de Ari (cuántas veces se gira, cuántas se desplaza hacia un lado u otro, etc.), o la altura de la bola respecto a la red fueron las siguientes demandas. Y todas se fueron resolviendo.
Dentro de una inteligencia artificial
Las entrañas de Aiball, el mágico lugar que proporciona las respuestas a Angelote, están compuestas por algoritmos propios de deep learning con una capa bayesiana. ¿Qué significa esto? El deep learning es una técnica de extracción y transformación de información que simula el funcionamiento de las redes neuronales del cerebro humano y que, en Aiball, permite realizar el seguimiento de los jugadores y de la pelota, con 135.000 imágenes registradas, 120.000 millones de píxeles procesados y un billón de cálculos por partido; los algoritmos bayesianos, por su parte, incorporan información física al entramado, como las dimensiones de la pista o las ecuaciones del movimiento de la pelota, para corregir los errores del deep learning, que debe entrenarse. En el caso de Aiball, que ha logrado un 98% de precisión en el seguimiento de la bola y que identifica correctamente a los jugadores el 99% del tiempo, a través de la información etiquetada manualmente de más de 2.000 partidos y 400.000 saques.
“Los algoritmos bayesianos son información que se sabe de antes. Cuando tiras dos monedas y salen dos cruces, no piensas que la probabilidad de cruz es del 100%. Este conocimiento es bayesiano. Pese a que hayan salido dos cruces, sabes que no va a ser siempre así. Es algo que sabes antes de tirar. Aplicamos este razonamiento al pádel. Sabíamos cómo son las pistas, sabíamos que la pelota, físicamente, sigue movimientos parabólicos, sabíamos que la aceleración sólo se da en el momento del golpe y que después aparece la gravedad, sabíamos que los golpes son prácticamente inelásticos, etc. Aplicamos todo ese conocimiento sobre las redes neuronales y eso hizo que llegáramos a unos porcentajes de precisión que nadie había conseguido”, resume Ferran en un lenguaje apto para todos los públicos.
Aiball, como sus progenitores, también es un traductor para sus usuarios. Más allá de ofrecer infinidad de estadísticas tras los partidos, proporciona información sobre los puntos fuertes y débiles de cada jugador, así como recomendaciones de mejora y vídeos con resúmenes de los enfrentamientos. “Cuando Aiball les dice a los jugadores que mejoren la velocidad, la suben entre 1 y 2 km/h. Cuando les dice que no busquen el cuerpo, reducen un 10% sus golpes hacia el cuerpo de los rivales. Es mucho más fácil cambiar la táctica que la técnica”, desgrana Ferran haciendo referencia al eslogan del proyecto: “No todo es cuestión de técnica”. Angelote, en su labor de entrenador, aún le facilita más las cosas a Ari: “Ella tiene que estar centrada en meter la bola de una forma determinada. Los datos son útiles para nosotros (el equipo). No la saturamos con toda la información que ahora tenemos”, explica desde el mundo profesional.
Todo por el pique entre amigos
Entre remates (muchos) y bajadas de pared, Adrià Torrent, MVP del partido con AS, tal y como también indica la aplicación, recuerda los inicios de Aiball. Se remontan a partidos amistosos como el que disputa con los redactores de este periódico. “Después de cada partido entre nosotros (los socios fundadores), nos preguntábamos quién había sido el mejor, cómo podíamos evolucionar, etc. Poco a poco, vimos que era una idea con potencial”, rememora sobre unas fechas que se sitúan en 2021. “No empezamos de broma, pero sí con la mentalidad de, simplemente, ver qué podía salir. Como la cosa iba cogiendo forma, miramos si alguien ya había hecho algo similar. Hablamos con gente de la Universidad Politécnica de Cataluña y nos dijeron que lo dejáramos, que tenían una tesis estancada sobre el seguimiento de la pelota. El rebote, los reflejos, cuatro jugadores... el pádel lo complicaba todo mucho”, sigue Ferran para avanzar en el tiempo.
A día de hoy, sin embargo, Aiball ya está disponible en más de 40 clubes de España, con otros 50 en lista de espera para realizar la instalación. Tras poco más de medio año en el mercado, ya cuenta con más de 5.000 usuarios y, en el horizonte, asoma una importante expansión internacional. “Nos contactan de muchos países y nos dicen que es la inteligencia artificial más potente que han visto en deporte”, aseguran los fundadores, aún con mucho camino por recorrer. Actualmente, la compañía está desarrollando sistemas de interacción con las cámaras en pista. Desde hace dos meses, los usuarios pueden pedir puntos específicos que se añaden a los vídeos de highlights diciendo “ok, aiball” a la cámara y haciendo una ‘V’ con sus brazos en la zona de la T. En un futuro próximo, podrán pedir fotos de los equipos o, incluso, la repetición de pelotas dudosas. Una revolución que no se detiene.
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