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VELA | 41ª COPA DEL REY MAPFRE

Una Copa del Rey contra viento, marea y orcas

Hasta tres barcos que se dirigían a Palma de Mallorca para competir en la regata sufrieron ataques en las últimas semanas. ‘Corsario’ y ‘Kapote tercero’ estarán listos para navegar y ‘Tiro’ apurará hasta el último momento para estar en la línea de salida.

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Una Copa del Rey contra viento, marea y orcas

La Copa del Rey MAPFRE se convertirá desde el lunes 31 de julio, cuando arranca la competición oficial, y hasta el día de 5 de agosto en el epicentro del mundo de la vela. Un centenar de barcos se congregarán en Palma de Mallorca, aunque algunos de ellos ya han acaparado muchos focos. Y, por motivos involuntarios. Tres, ‘Corsario’ ‘Kapote tercero’ y ‘Tiro’ sufrieron, en su camino hacia Baleares, ataques por parte de orcas que pusieron en jaque su participación en la regata. Por fortuna, ningún tripulante sufrió daños y, tras las reparaciones pertinentes, se les espera en la línea de salida de la Copa.

Las orcas, conocidas como Gladis, están causando miedo y preocupación entre los veleros que pasan por el Estrecho de Gibraltar y es que ya se contabilizan más de 150 interacciones. Algunos de los encuentros más violentos produjeron destrozos en embarcaciones y incluso se vivió, en mayo, el hundimiento de un velero, el suizo ‘Champagne’ (modelo Sun Odyssey 519) a la altura de Barbate (Cádiz). Desde la coordinación deportiva de la Copa del Rey MAPFRE, con Vivi Mainemare al frente, se ha ido realizando el seguimiento de todas las embarcaciones hasta su llegada a Palma y los ataques de orcas acapararon muchas horas de conversaciones.

El primero en sufrir el ataque de las orcas fue el ‘Corsario’. El First 50 DK (C.Y. De Vilagarcía) de Jorge Durán, y que competirá en la clase ORC1, fue embestido el pasado 11 de julio a la altura de Barbate y vio cómo le rompieron el timón. Durán explicó a AS que “fue un incidente con cuatro orcas. En el primer golpe nos levantaron el barco. Eso sí, lo que pensé fue que había tocado una piedra, pero para nada. Vi cuatro bichos rodeando la popa y uno mordiendo el palo del timón. Fue increíble, los mordiscos eran brutales”. Diez días después, le tocó al ‘Kapote tercero’ de Ignacio González Camacho. Tuvieron más problemas que ‘Corsario’ porque el ataque lo sufrieron a la altura de Estepona y, tras perder el gobierno del timón por los mordiscos de las orcas, tuvieron que ser remolcados hacia el Puerto Deportivo de Estepona por Salvamento Marítimo. El tripulante Santi Villagran explicó la interacción y “en cinco o diez minutos nos dejaron sin timón. Fue un grupo de tres/cuatro orcas y mientras dos miraban, las otras actuaban metiendo mordiscos”.

Y por último, el ‘Tiro’ portugués. Este Grand Soleil 44 está apurando al máximo para poder llegar a tiempo a Palma y es que su ataque se produjo en Barbate el pasado viernes día 21. El barco del armador Nuno Vasco Barreto, que está inscrito en la categoría ORC2, no sufrió daños graves en el timón, pero sí se vio obligado a parar en Valencia para repararlo. Su encuentro fue, tal y como relató Nuno, con dos orcas pequeñas y tras partir el tercio inferior del timón “perdieron el interés”.

A todos se les espera con los brazos abiertos en Palma y, a la hora de hablar de por qué suceden estas interacciones por parte de las orcas con los veleros hay varias teorías. La primera, según la revista especializada Marine Mammal Science, es porque puede ser una respuesta aversiva después de que algunas de ellas fueran golpeadas y resultasen heridas por embarcaciones. Las otras tienen que ver, tal y como relató Alfredo López, biólogo de la Coordinadora de Estudios marinos y miembro del Grupo de Trabajo Orca Atlántica (GTOA), a National Geographic, con un simple ‘juego’ o con la presencia de los atunes, que son parte de su alimentación.