Un nuevo Léon Marchand ve la luz con la llegada de 2025
En año de Mundiales, el prodigio olímpico se marcha a Australia, con un motivador como Dean Boxall, antes de reencontrarse con Bowman en Texas, y con el 200 libre entre ceja y ceja.
La idea nació a caballo entre Shanghái (China), Incheon (Corea del Sur) y Singapur, en esa segunda quincena del mes de octubre en que a los participantes en la Copa del Mundo de natación les tocó compartir decenas de horas juntos. Entre Thomas Ceccon, campeón olímpico de 100 espalda, y Léon Marchand, que salió a hombros de París 2024 (oro en 200 metros mariposa, braza y estilos, y 400 estilos) se fueron animando el uno al otro, hasta que concretaron un plan: el que cimentará su preparación para los Mundiales de Singapur 2025, a finales de julio, e iniciará la que deberá llevarles hasta Los Ángeles 2028.
Arrastró el italiano, que ya tenía la decisión tomada, al ídolo francés, quien en esa Copa del Mundo de su estreno en piscina corta cosechó nueve victorias e incluso un récord mundial, el que le arrebató 12 años después a Ryan Lochte en 200 estilos (1:48.88). Por una parte, ambos comunicaron su renuncia al Mundial de piscina corta de Budapest, del pasado diciembre. Por otra, tomaron en firme la decisión de iniciar este recién estrenado 2025 trasladándose a Australia. A ellos se unió en última instancia el también transalpino Alberto Razzetti, quien sí viene de competir en el Duna Aréna (con dos platas y dos bronces).
Durante el primer trimestre del año, los tres se ejercitarán en el St Peter’s Western Swimming Club de Brisbane (la ciudad que será la sede de los Juegos de 2032), a las órdenes del extravagante Dean Boxall.
Para Marchand, más que un arrebato, el cambio provisional de aires responde a la necesidad de resetearse tras degustar la gloria olímpica en su propio país. Y está obviamente consensuado con su técnico, el legendario Bob Bowman, con el que no ha vuelto a entrenarse desde aquellas noches de éxtasis en La Défense Arena.
Porque el astro francés se tomó unas vacaciones, inició la temporada en su viejo club, Les Dauphins du TOEC en su Toulouse natal y, tras la Copa del Mundo y el Campeonato Interclubes en su país, acabó 2024 compitiendo en Isla Reunión, donde aprovechó para pasar la Navidad.
“Espero encontrarme a una persona renovada física, mental y emocionalmente”
“Lleva conmigo tres años, y los próximos tres serán más o menos iguales”, valoró Bowman, el que también fuera entrenador de Michael Phelps, en el sitio especializado SwimSwam. “Por eso, su estancia en Australia será perfecta para este periodo de transición después de los Juegos Olímpicos. Espero encontrarme a una persona renovada física, mental y emocionalmente para comenzar de nuevo”, añadió.
Bajo la batuta del técnico que ha llevado a lo más alto a Ariarne Titmus (como Marchand, cuádruple campeona olímpica, ahora tomándose un tiempo de descanso), Mollie O’Callaghan o Shayna Jack, un Boxall que es un motivador nato, espera encontrar el francés la manera de volver a empezar.
“Voy a intentar conocer una cultura diferente, entrenar con un técnico distinto y después me uniré a Bob”, detalló Marchand, quien apostilló: “Tengo cuatro años para prepararme para Los Ángeles. Hay tiempo, ahora voy a poder surfear y disfrutar de Australia. Es el momento adecuado”. Y, por qué no, encontrar cierto anonimato que en Estados Unidos ya es imposible para él.
“Tengo cuatro años para Los Ángeles. Hay tiempo, ahora voy a poder surfear y disfrutar de Australia. Es el momento adecuado”
Así, tras el primer trimestre del año, se reencontrará el nadador con Bowman. Pero no será en la Arizona State University, como en las tres temporadas anteriores hasta proclamarse en 2024 por primera vez campeones masculinos de la NCAA. Ahora Marchand se deberá mudar a la University of Texas, en Austin. Dispondrá, eso sí, del tiempo justo para preparar los Trials de Francia para los Mundiales de Singapur, que discurrirán en Montpellier del 14 al 19 de junio.
Pero eso no es todo. Muy probablemente su paso por Australia y su retorno a las manos de Bowman le sirvan a Marchand para probar nuevos registros. Tras reinar en mariposa, braza y, en general, en las pruebas de estilos combinados, su próximo reto pasa por el crol. “Voy a intentar nadar nuevas pruebas”, dejó caer el galo a finales de año.
Curiosamente, el campeón olímpico del 200 libre, David Popovici, lo interpelaba mediante una reciente entrevista en L’Équipe: “Adelante, Léon, te estoy esperando”. Y, para colmo de carambolas, en Austin coincidirá Marchand con Luke Hobson, el hombre que en el Mundial de Budapest fue capaz de pulverizar por dos veces el último de los récords del mundo de los bañadores de poliuretano en piscina corta: el 200 libre que Paul Biedermann ostentaba desde 2009, ahora fijado en 1:38.61.
“Adelante, Léon, te estoy esperando”
De modo que 2025 comienza con el nacimiento de un nuevo Léon Marchand, dispuesto a iniciar un año de Mundiales y un ciclo olímpico que culminará en Los Ángeles con ambiciones deportivas y mentales renovadas, y a brindar un espectáculo al nivel de sus inolvidables Juegos de París 2024.
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