Un día para soñar: Martín-Portugués acaricia París y Madrigal explota

Las últimas semanas, después de un ciclo olímpico esperanzador, no habían sido las mejores para la esgrima española, con Carlos Llavador como único representante olímpico, en Tokio, desde la medalla de José Luis Abajo, Pirri, en Pekín 2008. Los cálculos para estar en los Juegos de París, en los que todavía se opta a representación en las tres armas, se complicaban en un inicio de año cruel con los tiradores nacionales. Este sábado, en Atenas y en Padua, volvió el optimismo. En forma de presente y de futuro. Lucía Martín-Portugués, con su sexta medalla internacional, se colgó una plata que acerca sobremanera su presencia en Francia; Santiago Madrigal, en la misma semana en la que ha logrado dos bronces en los Europeos Júnior, estrenó su palmarés absoluto con un bronce. Día para soñar.

“Ahora mismo, quedan tres pruebas de Copa del Mundo. Para mí, va a ser muy difícil sumar y para mi rival directa, que es (Yoana) Ilieva, es muy fácil, porque tiene pocos puntos en Copa del Mundo, pero no pasa nada. Se pueden hacer tres podios, ¿no?”, decía Martín-Portugués a este periódico después de lograr el oro, “la medalla más importante” de su carrera, en el Grand Prix de Túnez, a mediados de enero. En febrero, en Lima, no pudo rascar metal; en Atenas, sin embargo, los números fueron redondos. Lucía brilló y, además, Ilieva, que no pudo pasar del T32, pinchó. La clasificación olímpica de la española aún no es matemática, pero la búlgara, al menos, ya no es un peligro. Paso a paso. Obstáculo a obstáculo.

En Grecia, sólo pudo parar a Martín-Portugués la número uno del mundo, la francesa Sara Balzer, que se colgó el oro tras vencer en la final por 15-8. Antes, la española avanzó rondas con una esgrima deliciosa, brillante en lo táctico y con la garra que caracteriza a la sablista entrenada por José Luis Álvarez, a quien siempre atribuye buena parte de sus éxitos. El clímax llegó en semifinales, cuando remontó contra la ucraniana Olga Kharlan (15-14), cuatro veces medallista olímpica, y se situó a un paso de París. Si este domingo Ucrania, precisamente, certifica su clasificación por equipos, Martín-Portugués también estará en los Juegos. En caso de que no lo consigan, la española se la jugaría, con los números de su lado, en la última Copa del Mundo (del 15 al 17 de marzo en Bélgica).

La semana de Santi Madrigal

En el presente, Martín-Portugués es uno de los mayores valores que tiene la esgrima española. En el futuro, aunque uno muy cercano, se atisba Santiago Madrigal, también sablista. Este sábado, en Padua, como se anticipaba, el prodigio español, de 20 años, se colgó su primera medalla absoluta. En semifinales, no pudo con el italiano Luigi Samele (13-15). Antes, sin embargo, dejó una actuación para el recuerdo. Sobre todo, por su victoria (15-11) sobre el actual número uno del mundo, el georgiano Sandro Bazadze, para acceder a octavos de final. Su racha, sin embargo, se remonta todavía más atrás. Esta semana, el madrileño se colgó el bronce individual y por equipos en los Europeos Júnior. Destacaba entre los pequeños y, ahora, ya es uno más entre los mayores. Y uno de los buenos.