Un bronce con sabor a gloria
La Selección masculina intenta digerir su derrota ante Hungría en semifinales para colgarse su tercera medalla mundial seguida ante Serbia. “Ganarla sería un paso importante”, dice Perrone.
“Lo primero fue el silencio”, explica Felipe Perrone, acostumbrado a caer infinitas veces “en el pozo” pero a levantarse como un resorte, nombrado por World Aquatics el mejor jugador de 2022. Cuando Manhrecz marcó el 12-11 a Unai Aguirre en el último segundo de partido, la Selección masculina se llevó las manos a la cabeza y su mente se llenó de momentos clave de un partido que tenían en su mano (9-11 a favor a falta de tres minutos). “Cada uno pensó en lo que podía haber hecho, no hubo reproches, todos nos hicimos los propios”, repite el capitán, quien reconoce que “no fue fácil dormir, le dábamos vueltas”, pero que esperan cerrar rápidamente esta carpeta (”veremos el partido, siempre lo hacemos, pero creo que lo tenemos todos en la memoria”) para centrarse en lo importante: el bronce ante Serbia esta madrugada de sábado (6:00, Teledeporte).
Como ha ocurrido en el torneo femenino, los chicos acabarán el torneo repitiendo el partido de su estreno. En aquel debut, la Selección fue muy superior a Serbia, a la que llegó a ganar 10-16 en el último cuarto pero finalmente bajó algo el pistón para acabar con un marcador más ajustado (14-16). Perrone considera que no va a tener nada que ver: “Será totalmente distinto, no tiene nada que ver el primer día con el último. Hay muchos jóvenes en el equipo serbio y saben que si ganan medalla tienen una pensión de por vida. A pesar de no tener la pensión, es igual de importante para nosotros que para ellos. Será una batalla, la guerra será dura”, argumentó el hispanobrasileño.
“El bronce tiene mérito, la igualdad es muy grande, hay que hacer un gran partido ante Serbia”, proclama David Martín, que sí analizó el encuentro y encontró una explicación más táctica: “Hay dos partes diferenciadas: durante tres cuartos hicimos un partidazo. Luego cambió, trabajaron con las dobles boyas y sus lanzadores nos hicieron daño. Nos tocó cruz, tenía pinta de penaltis”, valoró. El ‘palo’fue grande, el duelo durará tiempo, pero no hay tiempo para recrearse en la agustia. El bronce supondría mantenerse en el podio durante tres Mundiales seguidos y alimentar el palmarés de una generación que con David Martín suma un oro y una plata mundial, dos platas y un bronce europeos, al margen de un oro y un bronce en la Liga Mundial (World Cup ahora).
“Queremos más, queremos esta medalla, queremos ir a ganar los campeonatos. Esta ambición te hace crecer, nuestros resultados son increíbles. Hay que seguir trabajando y creciendo. Ganar este bronce es un paso importante”, remarca Perrone. Ocurrió en los Juegos de Tokio, cuando la Selección perdió de una forma similar ante Serbia en las semifinales y se quedó sin final olímpica. Hungría les ganó con facilidad el bronce (9-5), sumidos en la depresión post-traumática de la derrota. En el Europeo de Split, en cambio, España le dio la vuelta a ese sentimiento y ganó un bronce de mérito. Hoy quiere que se repita la historia. El bronce sabe igualmente a gloria. La diferencia entre la final y el tercer y cuarto puesto en el waterpolo actual, tan equilibrado, va, simplemente, de varios centímetros.