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JUEGOS PARALÍMPICOS

Teresa Perales: “Si vuelvo a la categoría que me corresponde tengo opciones a podio”

A la nadadora le subieron a una categoría (S3) en Melbourne, con deportistas con menor grado de discapacidad, y reclama a World Paraswimming regresar a la S2. “Soy optimista”, comentó.

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Presentación de los deportistas paralímpicos madrileños preseleccionados para Paris 2024 / INMA FLORES
INMA FLORESDiarioAS

Teresa Perales no pierde la sonrisa, esté la mar en calma o picada. Su último reto no sólo salpica a las piscinas. Va más allá. A la nadadora paralímpica la subieron de categoría en Melbourne (S3), lo que suponía competir con deportistas con un menor grado de discapacidad. Algo que la dejaba en clara desventaja. No se rindió y está batallando para regresar a su categoría S2, la que adquirió después de sus problemas en el hombro izquierdo, por los que tuvo que incluso pasar por el quirófano tras los últimos Juegos de Tokio. Entonces, compitió en la S5. Hay esperanza y la sensación de que cazar a Phelps —28 metales, por los 27 de Teresa— cada vez está más cerca. Aunque no es el único objetivo de la aragonesa, que quiere alcanzar el centenar de medallas entre Juegos, Mundiales y Europeos. Así se lo ha confesado la nadadora este lunes a la decena de periodistas que la entrevistaron tras el acto de presentación de los deportistas paralímpicos madrileños preseleccionados para París. Ella, aragonesa de pro, acudió al estar federada en un club madrileño, el Pozuelo.

—¿Hay noticias?

—La noticia es que me vuelven a clasificar ahora en Funchal este mismo jueves día 18. En Melbourne me clasificaron en la World Series, me subieron de categoría y presentamos protesta, no la admitieron… Hubo un cúmulo de factores muy extraños y, cuando volví a España, desde el Comité Paralímpico, lo propusimos y se aceptó presentar una apelación ante el BAC, el tribunal de IPC, que es distinto al de World Paraswimming, y lo aceptaron a los cuatro días. Y al día siguiente ya estaba nombrado el tribunal. Hemos llegado a un acuerdo amistoso para no llegar a juicio y el mismo World Paraswimming es quien presenta la protesta que ellos mismos me denegaron en su momento en Melbourne. Vamos a cruzar los dedos para que salga bien y sea un S2. Me dieron puntos en el brazo izquierdo y las pruebas de electromiograma dan 0, por lo que no le pueden puntuar. Está a 0. A ver qué tal sale todo.

—En la categoría en la que le habían metido (S3) tenía menos opciones de competir en igualdad de condiciones con las deportistas…

—Afortunadamente tenía también mínima en esa categoría superior porque me gusta muchísimo nadar crol y, en mi categoría (S2) sólo hay 50 y 100 espalda. Yo estaba empeñada en que quería nadar en 100 libre, competí y tenía la mínima para ir a los Juegos en la categoría superior (S3). No tendría opciones más que para entrar en la final, pero nunca para el podio porque quienes ganan caminan, mueven brazos, mueven pies… Y yo sólo muevo un brazo y con él tiro de mi cuerpo. Era complicado optar a podio, por optimista que fuera. Con esta posibilidad que se abre de que me vuelvan a clasificar en la categoría que me corresponde y que es en la que estaba desde el año pasado me hace volver a tener opciones. No será fácil. Nunca lo ha sido. Si me bajan de categoría otra vez, tengo opciones de podio. De un plumazo se me había ido la esperanza.

—¿Es optimista de cara a la reclamación?

—Sí, muy optimista. Llevamos los informes. Me he tenido que hacer nuevas pruebas médicas. Todos los deportistas paralímpicos cuando vamos a competir en competiciones internacionales te hacen una clasificación en camilla, te valoran la parte médica y cómo te desenvuelves en tu medio funcionalmente. Penaliza mucho si sabes nadar muy bien. Es como volver a tener discapacidad. Estar en silla de ruedas y no mover las piernas para mí ya no era discapacidad porque es mi realidad desde hace 30 años. Ahora tengo una nueva discapacidad y me he acostumbrado a nadar solo con un brazo antes que alguien a quien le pilla de nuevas todo esto. Eso no se tenía en cuenta. Te penalizaba. La discapacidad la tengo y eso lo puedo asegurar.

—¿Se va a comer la ‘Sirenita’ al ‘Tiburón’ Phelps?

—Lo voy a intentar con toda mi alma. Se lo dije el pasado noviembre y tengo muchas ganas. Me lo ha puesto difícil. Él ganó la 28 en Río y yo estaba obsesionada con alcanzarla. En Tokio se me salió el hombro tres meses antes, se me puso muy difícil, y aún así volví con una medalla. Así he tenido que seguir hasta París.

—¿Cómo se sientes ahora?

—Animada porque se me ha vuelto a abrir la esperanza. Al volver de Melbourne estaba muy descolocada y muy hecha polvo. No había vivido en mi carrera un momento así. Tener una discapacidad mayor de la que tenía antes ha sido muy duro, pero tenía mi espacio de seguridad que era la piscina. Con esa clasificación S3 me quitaban ese espacio. Ahora tengo la esperanza de que me lo vuelvan a dar. Yo he seguido entrenando aquí en Madrid como una loca para dar lo máximo en el Europeo. Y es que no sólo son las 28 medallas de Phelps, tengo otro reto. Llegar a la medalla cien entre Juegos, Mundiales y Europeos… ¡Tengo 90! Todo suma. Yo y mis retos...

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