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JUEGOS PARALÍMPICOS PARÍS 2024

Teresa Perales, leyenda

La nadadora consiguió un bronce en su prueba estrella, los 50 metros espalda. Cumple así un sueño, el de alcanzar las 28 medallas de Phelps.

París
Teresa Perales, leyenda
Javier EtxezarretaEFE

En París nació la leyenda. Teresa Perales (Zaragoza, 1975) se citó con la historia este sábado y terminó con una medalla de bronce y un tiempo de 1:10.95, por lo que iguala el récord de Michael Phelps. La Sirena del Ebro ha cazado al Tiburón de Baltimore, aunque hubo unos instantes de suspense. La cuarta, la italiana Angela Procida, que se había quedado a dos centésimas de la española, presentó una reclamación que fue desestimada. Al fin, el sueño se hizo realidad. La nadadora llevaba muchos años pensando en este momento. Una amplia sonrisa ha sido su inseparable compañera de viaje en un reto que comenzó a cocinarse, así, a fuego lento, desde Londres 2012. Momento en el que tanto ella como Phelps alcanzaron las 22 medallas. Cuando el estadounidense se retiró con 28 en la saca (23 oros, 3 platas y 2 bronces), la zaragozana encontró el estímulo —o la excusa, como ella misma bromea— para seguir adelante. Ese ha sido el motor para plantarse en sus séptimos Juegos (Sídney, Atenas, Pekín, Londres, Río, Tokio y París) con 48 años y 27 medallas (7 oros, 10 platas y 10 bronces).

Teresa ya es eterna. Inmortal. Lo era antes y ahora lo es más, si cabe, después de esta prueba, su favorita: los 50 metros espalda S2. La zaragozana es el rostro más conocido del deporte paralímpico español y su deportista más laureada. Se ha colgado casi un centenar de medallas entre Juegos, Mundiales y Europeos. Ese es otro de sus retos, después de haber conseguido salir victoriosa de uno de los últimos: la recalificación de una S5 a una S2. El origen estuvo en una luxación en el hombro izquierdo, que arrastraba desde 2021 y a pesar de la cual se llevó medalla en Tokio 2020. Esta lesión le obligó a pasar por el quirófano y a tener que aprender a nadar con un solo brazo. Con el derecho tira de todo su cuerpo. El más difícil todavía.

Sin embargo, hace muchos años que Teresa desterró de su vocabulario el verbo rendirse. No lo hizo cuando, con apenas 15 años perdió a su padre. Ni cuando con 19 sufrió una neuropatía que la dejó sin movilidad en las piernas. Ni siquiera cuando se agravó su discapacidad en Tokio. Esos valores de resistencia, adaptación, optimismo... la llevaron a recibir el Premio Princesa de Asturias de los Deportes en 2021 y la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo. Es ejemplo e inspiración. Además de una mujer polifacética.

Aquella niña que soñaba con ser médico e irse a las misiones terminó estudiando Fisioterapia y añadiendo experiencias a esa lista interminable de cosas que es la vida. Ha sido diputada del Partido Aragonés Regionalista (PAR), inspirado cómics (Teresa Perales Cómics), escrito dos libros (Mi vida sobre ruedas y La fuerza de un sueño), protagonizado un documental (La teoría del Espiralismo), actuado en un cortometraje (Servicio técnico), vivido aventuras extremas como correr un rally o nadar con tiburones... y después de sus incursiones en la docencia, ahora también es coach. Por no olvidar su papel de madre y esposa. Nano y Mariano estuvieron entre el público de la Défense Arena, que coreó ‘Teresa, Teresa’ antes de la prueba. Este 31 de agosto ya es histórico. Hoy se cumplen tres años de su bronce en Tokio y veinte años de la petición de matrimonio de su marido en la Torre Eiffel. Un final redondo. De película.

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