JUEGOS PARALÍMPICOS PARÍS 2024
Tasy, una sirenita de oro
La nadadora, de sólo 16 años, impone su reinado en 100 metros braza en París. Ya se había coronado dos veces como campeona del mundo. Es la benjamina de España.
La sirenita Tasy nadó hasta el oro (1:19.75) para romper con la marea de bronces de España. Anastasiya Dmytriv (Leópolis, Ucrania, 2008), que había sido bicampeona del mundo (la primera vez, en 2022, con 13 años) y campeona de Europa, ahora puede decir —alto y claro— que es la reina de los 100 braza SB8 con su oro en París 2024. Una cita que no olvidará porque es la de su estreno. Tan talentosa como precoz, Tasy se ha hecho un hueco en la historia con sólo 16 años, como ya consiguieran otros jóvenes prodigios de los últimos tiempos como Nuria Marqués (oro en los 400 metros libre con 17 años) en Río 2016. Es más, sólo hay dos campeonas paralímpicas más jóvenes que ella: Laura Tramuns (Nueva York 1984 con 14 años y seis meses) y Sonia Guirado (Barcelona 1992 con 15 años y 11 meses). Tasy tiene mucho futuro por delante y el inmediato se ciñe, de momento, a tres citas más: la del miércoles 4 (100 metros libres S9), el jueves 5 (200 estilos S9) y el viernes 6 (100 mariposa S9).
“Estoy muy contenta y orgullosa por mi trabajo. Al final ya tengo más experiencia que en el Mundial y he podido disfrutarlo más. El resto de mis compañeros me han dado la enhorabuena, como la Reina, que me dio ánimos para el resto de pruebas”, dijo emocionada a los medios, después de recibir la medalla y saludar a la Reina Letizia. Antes, llegaron los nervios. Las mariposas en el estómago: “He llorado justo antes de salir, porque me pasa cuando me pongo nerviosa. Miedo no he tenido. Salí con fuerza”. Aún no ha pensado en qué empleará el premio por la medalla (94.000€). “Ahorraré, aunque lo celebraré yendo a un restaurante con mis padres”, confesó.
Tasy nació en una Ucrania que todavía no estaba inmersa en un conflicto, pero con dos años llegó a El Ejido, después de que su padre consiguiese trabajo en un almacén agrícola. Almería es su hogar. Nació sin el antebrazo izquierdo, aunque eso no ha sido problema para despuntar desde bien pequeña ni para vencer en campeonatos de natación convencional a chavales sin discapacidad. “Empecé a nadar con 4 años en cursillos y, a los 6, conocí a mi entrenadora Patricia Prieto. También hacía gimnasia rítmica, así que a los 8 elegí...”. La respuesta de la benjamina de la expedición española vale un oro.
Cuando se sumergió en la piscina por primera vez no llegó ni a soñar con este momento, pero ha llegado. Su inspiración y referente es Sarai Gascón, quien también debutó internacionalmente con 13 años y participó en sus primeros Juegos, los de Pekín 2008, con 15. “Mis entrenadores me dijeron que la buscase por internet y me fijaba en su técnica, aunque somos diferentes”, explicaba Tasy, que conserva algo suyo como un tesoro: “La primera vez que vi a Sarai me regaló su gorro”.
Su máxima para este viernes era disfrutar y lo ha conseguido. Pronto se sacudió los nervios y mostró su desparpajo en el agua. Y eso que fuera de él es tímida. A sus compañeros de 4º de la ESO no les dijo que venía a París, pero seguro que la vieron por televisión. No fueron los únicos, ya que su familia (sus tíos, sus primos, su abuela...) en Leópolis está pendiente de cada campeonato. Cada triunfo. Cada alegría de Tasy es la suya propia. Hoy la ilusión todo lo puede, sin importar los casi 2.000 kilómetros que los separan.