Susana Rodríguez, a los más pequeños: “No os pongáis límites”

Ella es referente. Por eso, Barbie se ha fijado en la triatleta paralímpica Susana Rodríguez para hacer una muñeca a su imagen y semejanza. Este viernes, 45 niños del colegio Santa Isabel han participado en un acto organizado con la deportista en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. “Barbie nació para inspirar a las niñas y romper barreras”, explicó Céline Ricaud, la marketing manager de Mattel para España. Los niños y las niñas conocían a Barbie y, por supuesto, a Susana Rodríguez. De hecho, se hizo el silencio nada más verla. “Es una fuente de inspiración”, corroboró Céline. La gallega ha ganado, en apenas mes y medio, la triple corona. Susana se ha colgado el oro en los Juegos de París, en el Europeo de Vichy y en el Mundial de Torremolinos.

“Es una pasada. Lo más bonito de todo esto es compartir un ratito con todos vosotros. Me escriben de muchos coles e institutos para ir a dar charlas”, se arrancó Susana, acompañada de su inseparable perro guía Yellow. Ella habló de su pelo y su piel blanca para explicar el albinismo oculocutáneo y la discapacidad. “El mundo sin ver es muy difícil. Hay mucha información que no nos llega. Aunque mi día a día es bastante normal”, lo describió en una charla muy didáctica: “Yo fui al colegio con personas sin discapacidad y venía dos días a la semana una profesora de la ONCE. Ya desde pequeña me gustaba mucho todo lo que tenía que ver con la salud. Mi padre era anestesista y le preguntaba mucho por su trabajo”.

Su constancia le llevó a derribar barreras de todo tipo. Quería ser médico y lo consiguió. “Tenía muchas voces que me decían que no iba a ser capaz. Hice Fisioterapia y, cuando estaba a la mitad, busqué médicos ciegos en Google. Encontré que en Estados Unidos los había. Terminé fisio y estudié Medicina en Santiago. Al principio fue difícil”, afirmó. Todos se dieron cuenta de que Susana era capaz. Se sacó la carrera y se especializó en la Medicina Física y Rehabilitación.

Su historia se ha forjado cumpliendo sueños a contracorriente. “Jugaba con mi hermana en la terraza de casa, como si estuviéramos en los Juegos Olímpicos. En los deportes es donde me he sentido más igual que los demás. Empecé en atletismo y en el triatlón descubrí un deporte de equipo porque siempre compito con mi guía. Con 28 años, participé en mis primeros Juegos (Río 2016). No os pongáis límites y sed vosotros mismos. A lo mejor algún día estáis aquí, contando vuestra historia a otros niños”, se emocionó.

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La Susana niña también jugaba con la Barbie. Ahora tiene la suya propia. “Yo veo en mi muñeca la historia de una cría que, con trabajo y constancia, cumplió sus sueños, a pesar de los obstáculos. Mi hermana tiene una marca en un brazo de una muñeca que le lancé”, bromeó. Algunas preguntas de los más pequeños fueron sobre Yellow y otras descubrieron a la persona tras la deportista. Sus diferencias le causaron problemas en el cole: “Fue en quinto o así, no quería ser diferente y me ayudó mucho contar lo que me estaba pasando”. Otro consejo de oro de Susana, el espejo en el que mirarse. El de una deportista diferente. El de la Barbie más real. La más inclusiva.

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