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RUGBY | MUNDIAL

Sudáfrica remonta a Inglaterra para meterse en la final

Los Springboks, que sufrieron de lo lindo ante una Inglaterra que basó todo en el pie de Farrell, dan la vuelta al partido para medirse con Nueva Zelanda en la final.

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Sudáfrica remonta a Inglaterra para meterse en la final
THOMAS SAMSONAFP

Como lo que son, unos grandísimos campeones en esto del rugby, los Springboks se metieron este sábado en la final del Mundial, en la que se medirán el próximo sábado con Nueva Zelanda. Sudáfrica no brilló, ni mucho menos, ante una cuasiperfecta Inglaterra. Pero es lo que tienen los grandes, que no necesitan una versión excelsa para ganar. Los defensores del trono, que están a un paso de su cuarta copa Webb Ellis, dieron la vuelta a la semifinal en los últimos 10 minutos después de caer de lleno en la trampa inglesa, inspirada en aquella selección liderada por Jonny Wilkinson que celebra ahora dos décadas de su éxito mundialista. Pero el XV de la Rosa se topó en un dramático desenlace con su bestia negra.

La sed de venganza con la que llegaba Inglaterra, que nunca había ganado a Sudáfrica en eliminatorias de Mundial (incluidas las finales de 2007 y 2019), se tradujo en una salida en tromba de los de las islas. Los Springboks persiguieron sombras desde el inicio y, muy espesos, desde el tercer minuto descubrieron cuál iba a ser la tónica del duelo: Owen Farrell, a palos. Inglaterra basó su ataque en castigar sin pudor las infracciones de los vigentes campeones y en el pie de su apertura, que se fue al descanso con un inmaculado cuatro de cuatro en golpes de castigo. Escasez de balones a la mano (92 metros recorridos por ambos equipos en el primer tiempo) en un duelo que bien podría haber sido de hace un puñado de décadas.

Las cosas no marchaban bien para Sudáfrica, que poco o nada tuvo que ver con el magnífico equipo que derrocó a Francia hace unos días. Pérdidas, errores a la mano propiciados por la lluvia que arreció en Saint-Denis, nula claridad en ataque... Steve Borthwick les puso el anzuelo, y los Springboks picaron de lleno. Tal era la falta de ideas, que Jacques Nienaber, junto con Rassie Erasmus (seleccionador sudafricano en el Mundial de 2019 que ahora es director de rugby del equipo, aunque hace las de entrenador), tomaron una decisión radical a la media hora: Handré Pollard, al campo por Manie Libbok.

Se le agotó el crédito al que, además sin Malcolm Marx, era el apertura titular de Sudáfrica en este torneo, muy discutido por su poca efectividad con el pie, y tocó delegar todo en el hombre que les llevó al título en Japón. Pollard no llegó a tiempo al inicio del campeonato por una lesión de gemelo, pero se incorporó a la disciplina Springbok en medio del evento. No podían permitirse prescindir de alguien así.

En los primeros minutos de la segunda parte, el árbol sudafricano continuó agitándose con la entrada de Faf de Klerk y Willie le Roux. Toda la ‘vieja’ y pesada artillería en liza. Ni con esas despertaron los Springboks, a los que Inglaterra les dio el jaque con un drop de Farrell. El espíritu del XV de la Rosa de Wilkinson, muy presente. Estaba siendo una lección inglesa de cómo desenvolverse en un partido en el que no se parte como favorito, de cómo explotar todas tus virtudes y minimizar las de tu rival. Pero la maquinaria sudafricana carburó en el momento justo, gracias en parte a un Ox Nché que entró y cambió a la delantera sudafricana. Desde que pisó el campo, los Springboks comenzaron a dominar las melés.

Con un empuje ya mucho más reconocible, RG Snyman logró el único ensayo del partido cuando descontaban diez para el final. No dejaron de creer los campeones, que provocaron una melé volteada en los últimos instantes, de nuevo con Nché siendo protagonista. Y Pollard, el hombre que había entrado para cambiar esto, cumplió con su trabajo. Ironías de la vida, Inglaterra mordió el polvo por los palos. Los Springboks ya están en su cuarta final de Mundial, fase en la que están invictos. La del próximo sábado tiene un menú inmejorable: ante Nueva Zelanda (las nuevas número uno y dos del mundo) y con el reto para ambas de convertirse en la primera selección de la historia que atrapa cuatro copas Webb Ellis.

RESUMEN

INGLATERRA (12+3): Marler, George, Cole, Itoje, Martin, Lawes, Curry, Earl, Mitchell, Farrell, Daly, Tuilagi, Marchant, May y Steward -También jugaron- Dan, Chessum, Ford, Genge, Vunipola, Lawrence, Sinckler y Care.
Golpes de castigo: Farrell (3’, 10’, 24', 39')
Drops: Farrell (53')

SUDÁFRICA (6+10): Kitshoff, Mbonambi, Malherbe, Etzbeth, Mostert, Kolisi, Du Toit, Vermeulen, Reinach, Libbok, Kolbe, De Allende, Kriel, Arendse y Willemse -También jugaron- Fourie, Smith, Le Roux, Nche, De Klerk, Koch, Pollard y Snyman.
Ensayos: Snyman (69')
Conversiones: Pollard (70')
Golpes de castigo: Libbok (21'), Pollard (35', 78)

Estadio: Saint Denis, lleno.
Árbitro: Ben O’Keeffe, neozelandés.

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