Simmonds, absuelta de dopaje tras contaminarse por relaciones sexuales
La triatleta suiza ha probado que la sustancia ligandrol entró en su organismo por fluidos corporales. Llevaba suspendida desde diciembre.

Imogen Simmonds podrá volver a competir en las pruebas de triatlón tras un giro de los acontecimientos. La atleta suiza, que fue suspendida provisionalmente al dar positivo en ligandrol en diciembre de 2024 durante un control de orina previo al Mundial de Ironman 70.3 en Tapuo (Nueva Zelanda), ha demostrado que la citada sustancia prohibida llegó a su organismo de forma no intencionada a través de relaciones íntimas con su pareja.
Al conocer los resultados del test, la triatleta, que en aquel momento ocupaba la séptima plaza del ranking mundial, declaró en sus redes sociales que el ligandrol, que favorece el crecimiento de la masa muscular y mejora el rendimiento físico, entró en su organismo “a través de la transferencia de fluidos corporales”. Investigó lo sucedido, descubrió que su pareja ingería la citada sustancia “con el objetivo de mejorar su condición física” y fue entonces cuando ambos decidieron someterse a un análisis del cuero cabelludo que confirmó que Simmonds nunca había tomado ligandrol, al contrario que su compañero sentimental.
Ahora, diez meses después de lo sucedido, la Agencia Internacional de Control (ITA) ha decidido dar la razón a Simmonds tras comprobar las pertinentes pruebas y le retira la suspensión provisional, por lo que podrá volver a competir de inmediato. “La atleta ha podido demostrar que no tuvo culpa ni negligencia en lo que respecta a incumplir las normas antidopaje, por lo que no se le impone un periodo de inelegibilidad y puede competir de inmediato. Dado que la muestra se tomó fuera de competición, no existen resultados competitivos que la descalifiquen. La ITA no hará más comentarios al respecto", reza el comunicado.
Tras demostrar su inocencia, la dos veces subcampeona europea y bronce mundial por partida doble dejó una dura reflexión en sus redes sociales: “Cuando recibí la suspensión, el mundo que había ido construyendo durante mi carrera profesional se derrumbó. Sentí una gran pérdida de identidad y la evaporación de mi dignidad, y eso me provocó mucho dolor y confusión. No tengo dudas de que este veredicto no tendrá la misma repercusión que la noticia inicial, pero para mí lo significa todo y el hecho de probar mi inocencia ha sido lo que me ha permitido seguir adelante. Espero que mi historia signifique una advertencia para otros atletas, todos están en peligro de contaminarse debido a los compuestos artificiales que hacen acto de presencia en nuestra sociedad”.
Por último, Simmonds confirmó que todavía no ha decidido cuándo regresará a la competición, pero que esta dura experiencia ha reafirmado su pasión por el triatlón: “No le deseo a nadie lo que he pasado en los últimos nueve meses, pero ahora quiero dejar este capítulo atrás. Ahora siento que puedo volver a respirar. Todavía tengo que determinar los objetivos a futuro en este deporte, pero lo que ha confirmado este periodo de tiempo es que amo el triatlón, estar activa y compartirlo con grandes personas”.
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