Rusia traspasa la última frontera
World Aquatics, que ya levantó el veto en natación artística, relevos de natación y saltos, permite ahora disputar competiciones internacionales en waterpolo, deporte de contacto.
Era cuestión de tiempo, después de que hace justo un año, en noviembre de 2024, se abriera la mano en natación artística, relevos de natación y saltos sincronizados. En aquel momento, y por primera vez desde que Rusia inició su invasión militar en Ucrania, en febrero de 2022, World Aquatics permitió la participación de deportistas rusos y bielorrusos en calidad de neutrales en competiciones internacionales. Pero quedaba un gran deporte acuático: el waterpolo, al que se excluía por emplear el contacto.
Pues bien, según ha informado European Aquatics este jueves, el Bureau de World Aquatics aprobó horas antes cambios en la inclusión de deportistas en eventos acuáticos durante periodos de conflicto, y la resultante es que también se permitirá la participación de Rusia y Bielorrusia en waterpolo, en cualquier competición internacional, desde Europeos, Mundiales a Juegos Olímpicos, y también en fases clasificatorias, en todas las disciplinas y categorías de edad.
Entrada en vigor inmediata
La medida entra en vigor de inmediato, pese a lo cual tardará en plasmarse de forma efectiva, dado que Rusia no figura entre las selecciones clasificadas para el Europeo tanto masculino como femenino que se disputará a inicios de 2026, así que su primera oportunidad para asomarse en el panorama internacional puede ser la World Cup, cuya fase final se disputará en Sidney (Australia) en julio del próximo año. Los siguientes Mundiales, por su parte, no llegarán hasta un año más tarde, 2027, en Budapest.
Larga tradición en waterpolo
Rusia es uno de los países con una más larga tradición en el waterpolo, desde la Unión Soviética, si bien antes del veto ya llevaba unos años algo por debajo de las grandes superpotencias.
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La selección femenina se colgó el bronce olímpico en Rio 2016, y antes en los Mundiales de Shanghái 2011, tras haber enlazado tres oros europeos entre 2006 y 2010, uno de ellos (en Málaga 2008) ante una incipiente España. Por su parte, el combinado masculino, que cuenta con diez medallas olímpicas, debe su último gran éxito al bronce mundial en Fukuoka 2001.
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