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PÁDEL

Rebelión contra los números uno del pádel en Viena

En el Open austriaco del WPT, Ari Sánchez-Paula Josemaría y Tapia-Sanyo Gutiérrez ganan sus finales ante los número un mundial, Triay-Salazat y Lebrón-Galán

Tapia y Sanyo se abrazan tras una victoria imposible.

La revolución de los números dos llegó en el Open de Viena. En mujeres, Ari Sánchez y Paula Josemaría, y el hombres, Sanyo Gutiérrez y Agustín Tapia, tumbaron a las parejas que dominan el ranking mundial, a Gemma Triay y Alejandra Salazar y a Juan Lebrón y Ale Galán respectivamente. Fue una mañana de los más extraña, porque las finales no mantuvieron una constante homogénea y los sets fueron totalmente distintos.

Ari y Paula, con altibajos tanti en forma individual y como de pareja, tuvierom el primer set encarrilado, con un 4-2 y saque. Y luego entraron en un bucle descendente por errores no forzados. Gemma y Alejandra lo aprovecharon todo, y ganaron 4-6. Las número uno estaban en alza, habían dado la vuelta al set y se veía que marchaban en el buen camino. Luego se encontraron con las luchadoras Ari y Paula, que sobrevivían por ímpetu aguantando lo que parecía imposible. La derecha de Alejandra hacía daño, Paula se encontraba con ella en la esquina y no la podía levantar. La suerte para Ari y Paula es que Gemma no tuvo uno de esos días dominantes. No aportó tanto, y el segundo set fue para las que estaban obligadas a ganar: 6-4.

En el tercero apareció al alimón los buenos momentos de Sánchez y Josemaría, y entonces su dominio fue más evidente, porque su defensa fue sólida y en el ataque sacaron muchos golpes ganadores. De ahí el 6-3 definitivo, lo que supone su tercer título del año en los ocho torneos disputados, y dando la vuelta al ranking de la temporada (Race 2022) en el que se suben al primer puesto.

La final masculina fue un columpio: 6-1, 0-6, 7-6 para Sanyo y Tapia ante Galán y Lebrón, que llegaron a tener tres bolas de partido en el mismo juego del tercer set, pero no fueron capaces de sacarlo adelante. Lebrón y Galán entraron sin tensión (4-0) y de ahí ese revés, pero su reacción fue colosal para endosar un rosco (0-6) a Sanyo y Tapia. Parecía que esa inercia iba a llevarles a ganar en Viena, pero reaccionó Tapia con una capa de Superman, que dejó de regalar puntos y se dedicó a robarles con todo tipo de golpes, bloqueos y salidas, y como Sanyo siempre tiene acciones ganadoras, o comprometedores, apagaron la soltura de los españoles a los que ganaron 7-4 en la muerte súbita. Era la tercera final del año para Tapia y Sanyo, y la tercera que ganan.