Raimund es campeón de ‘verano’ y Kobayashi vuelve a ilusionar
El alemán se lleva por primera vez la general del Grand Prix en Klingenthal, última prueba de la temporada de verano. El triunfo parcial, de Kobayashi.


Al igual que las bicicletas son para el verano, los saltos de esquí son para el invierno. O no... Este sábado en Klingenthal, Alemania, tuvo lugar la última parada del Grand Prix, es decir, la competición de ‘verano’ (aunque termina en otoño) de este deporte, que históricamente sirve a los saltadores para afinar su puesta a punto de cara a la Copa del Mundo, que en esta edición 2025/26 comenzará el próximo 21 de noviembre en el trampolín noruego de Lillehammer.
Nos queda algo menos de un mes para el comienzo del ‘fuego real’, pero ya podemos extraer algunas conclusiones de lo que puede deparar esta temporada la lucha por el Globo de Cristal. Para empezar, el gran protagonista de lo que fue esta competición estival: Philipp Raimund. El alemán, gran promesa de su selección en los últimos tiempos, empieza a dar el salto de calidad que tanto se esperaba de él a sus 25 años, después de conquistar por vez primera en su carrera la general del Grand Prix.

Traía una buena renta sobre sus perseguidores en la zona noble de la clasificación global, pero en un deporte tan cruel con los errores, en el que solo un mal salto basta para echar por tierra todo el buen trabajo conseguido durante semanas, nunca hay certeza de éxito. A la hora de la verdad, Raimund no falló (2º del día), con un segundo salto sobresaliente en técnica y aterrizaje en 136 metros que sirvió para que Alemania regresase a lo más alto del podio final del Grand Prix, cosa que no sucedía desde Andreas Wellinger en 2013. Ha llovido...
Así las cosas, después de que el poderoso tridente austriaco (Tschofenig, Hoerl y Kraft) que el curso pasado arrasó tanto en Copa del Mundo como Cuatro Trampolines, se limitase a tímidas apariciones en este Grand Prix, Raimund se confirma como seria alternativa a lo largo del invierno a los principales dominadores de este deporte en la actualidad. Un escenario, después de varios años de cierta irregularidad, al que regresa un Ryoyu Kobayashi al que rara vez se le ha visto saltar tan bien durante el Grand Prix. El japonés finalizó 4º la general, con triunfo en el cierre de Klingenthal gracias a dos saltos soberbios: 144 metros en el primero (el más largo de la tarde) y 134 en el segundo, acompañados por un buen puñado de puntos de compensación por lanzarse desde una puerta más abajo que sus rivales.
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A buen seguro que a Kobayashi habrá que tenerle en cuenta desde el primer momento como candidato a todo, una situación para que otro viejo rockero como Halvor Egner Granerud vuelve a sonar con cierta ilusión, tras comparecer en Klingenthal por primera y única vez en este Grand Prix con una respetable 5ª posición. En cuatro semanas, el césped se teñirá de blanco, esencia de unos saltos de esquí que vuelven a prometer emociones fuertes.

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