“Quedarme sin Tokio me provocó una gran liada en la cabeza”

“Estoy muy contento por el resultado. Sabía que teníamos muchas opciones de hacer un gran resultado tanto a nivel individual como por equipos, pero había que llegar aquí y hacerlo. Mi objetivo era disfrutar y hacer lo que hago todos los días entrenando”, explica Miguel Alvariño (As Pontes de García Rodríguez, A Coruña, 1994) a AS tras proclamarse en Múnich campeón de Europa de arco recurvo y sumar la plata por equipos (por primera vez para España) junto a Pablo Acha y Daniel Castro. El arquero gallego de 28 años reconoce que está en gran momento, pero no esconde otros peores: “Estoy tirando muy bien este año. Bueno la verdad es que ya llevo varios, pero la suerte no estaba de mi lado y el material deportivo, los arcos y eso, tampoco me ayudó mucho y me dieron problemas en eventos internacionales. Ahora estoy con una nueva marca y mucho mejor psicológicamente y técnicamente”.

Alvariño se quedó sin ir a los Juegos de Tokio por la pandemia... y alguna decisión controvertida. Tenía plaza, pero el retraso de un año abrió de nuevo el proceso. El asunto llegó incluso a los tribunales y tras no darle la razón pensó en abandonar su deporte: “Quedarme sin ir a los Juegos me provocó una gran liada en la cabeza. A nivel mental tuve el riesgo de coger una depresión porque lo pasé fatal. De hecho no pude ni ver los Juegos por la tele, pero me di cuenta que ‘no estaba para mí’ hiciera lo que hiciera. Tenía dos opciones: que me matara, es decir dejar el deporte; o que me hiciera más fuerte... y me hizo más fuerte. Asumí que no se acababa el mundo y ahora veo el tiro con arco desde otro punto de vista ya que antes necesitaba demostrar que era el mejor, ganar medallas... cuando realmente no tengo que demostrar nada a nadie. Simplemento tengo que disfrutar, dar mi 100% y ver hasta dónde puedo llegar. La suerte ahora está de mi lado y sigo tirando muy bien. Hoy voy a disfrutar y luego volveré a entrenar para seguir que en una semana tenemos otra Copa del Mundo”.

Ampliar

La temporada de ‘Maikel’ está siendo espectacular con la victoria en la Copa del Mundo de Antalya (Turquía) y el bronce en Gwangju (Corea del Sur), pero el cambio de chip en su mente le hace ver las cosas de otra forma: “Claro que quiero ser el número uno del mundo pero para mí la prioridad no es esa sino ir a cada competición con opciones de poder pelear con cualquiera. Estoy entre los mejores del ranking, pero esto es un deporte minoritario que en España no es profesional así que cuando se acabe el tiro con arco vendrá un trabajo. Por eso si no disfrutas no merece la pena practicar el deporte. No deja de ser un juego en el que debes usar tus cartas y sacarles el máximo partido. Si con ellas eres capaz de ganar, perfecto: si no, pues le das la enhorabuena al contrario y a pensar en la siguiente. Así lo veo ahora y así me prometí a mí mismo que lo voy a ver hasta que deje el tiro con arco. El día que me levante y no me apetezca entrenar ni disfrute lo dejaré sin problemas. En esa parte estoy más tranquilo y me está ayudando a mejorar”.

No acudir a los Juegos fue un golpe emocional, pero también económico y pese a su enorme nivel que hoy le hará aparecer como número uno del ranking, Miguel no cuenta con ayudas: “Al no ir a Tokio perdí la opción de tener Beca ADO y otras de la Xunta o de la Diputación de A Coruña a nivel económico, pero siempre fui una persona que ahorré. Yo cuando consigo becas no me fundo todo lo que gano. Guardo para prepararme a nivel deportivo y de la vida misma. Con mis ahorros y una empresa de Galicia (Norinver Montajes e Ingeniería), que es la única que apostó por mí, fui sacando el máximo rendimiento y tirando de ello para poder preparar este año, intentar conseguir otra Beca ADO y pensar en los Juegos de París. Creo que con este resultado voy a conseguirla, además de otras a nivel regional. Si no, difícilmente podré pensar en eso porque no puedo seguir pagándome todo con la ayuda de mi familia y mi gente para rendir en el máximo nivel. Este Europeo era muy importante de cara a una tranquilidad que me permita pensar en París 2024. Obviamente quiero ser campeón olímpico, pero en mi cabeza iré competición a competición disfrutando de todas ellas. Quiero ir sobreviviendo y dando lo mejor de mí”.