Popovici vuelve por sus fueros, Ledecky agranda su leyenda

Ante los ojos de la presidenta del COI, Kirsty Coventry, mujer, exnadadora, campeona olímpica y mundial, presente en el World Aquatics Championships Arena, uno, David Popovici, vuelve por sus fueros. La otra nunca se va. Incluso mejora con los años. Porque Katie Ledecky, que se colgaba el primer oro mundial en el 1.500 libre en el lejano Barcelona 2013 -y ya había sido la campeona olímpica, con 15 años y justo por delante de Mireia Belmonte, en Londres 2012-, ha demostrado una vez más a los 28 que su única rival en el fondo es ella misma.

Destronada en el 400 libre, en París 2024 por Ariarne Titmus y en estos Mundiales por una Summer McIntosh que la desafía en el 800 libre, ‘Legendecky’ (como la apodaron hace un año desde la grada de La Défense Arena) sumaba este martes en Singapur un hito más a su palmarés de mejor nadadora femenina de la historia.

El sexto oro mundial de la estadounidense en el 1.500 libre, una hazaña que solo ella misma sostiene precisamente en el 800, llegaba telegrafiado. En abril, en Fort Lauderdale, había sido capaz de lograr, siete años después de su récord del mundo vigente, el segundo mejor tiempo de la historia. Lo cual no le resta un ápice de mérito, al medirse con Simona Quadarella, campeona en una cita de Doha 2024 donde Ledecky no compitió por su cercanía con los Juegos, o las jóvenes Lani Pallister y Gan Ching Hwee.

De inicio a fin dominó con mano de hierro, con un primer largo ya de 27.64, a un ritmo de récord del mundo que sostuvo hasta los 1.300 metros. Trató de seguirla Pallister con un esfuerzo tan descomunal que antes del kilómetro ya se veía desbordada por Quadarella.

Quinto mejor tiempo de la historia

El abuso de poder de Ledecky se constató con su 15:26.44, la quinta mejor marca de la historia para la poseedora de 24 de las 25 mejores de todos los tiempos. Porque una de esas, la decimoprimera, le pertenece ya a una Quadarella a quien en cualquier otra circunstancia, sus 15:31.79 le habrían bastado, además de para batir el récord de Europa, para ganar. Pero no, jamás, ante ‘Legendecky’. El bronce, pese a acabar desfondada, lo pudo retener Pallister (15:41.18).

“Me encanta nadar esta carrera, es en la que batí mi primer récord del mundo, en 2013″, recalcaba la crack de Washington. “Tengo muchos recuerdos del 1.500 a lo largo de los años”, apostillaba. Tantos como años lleva sin ceder el triunfo ni una sola vez en la mayor distancia de la natación en línea: 15.

Supera las 27 medallas de Lochte

Con esta colosal victoria, alcanza Ledecky la alucinante cifra de 22 oros mundiales, cada vez más cerca de los 26 de Michael Phelps, si bien le supera desde Fukuoka 2023 en títulos individuales: 17 ahora frente a los 15 del Tiburón de Baltimore. Y 28 medallas ante 33. A quien sí supera ya es a Ryan Lochte con sus 27 podios.

La nadadora que más veces ha subido a lo más alto en los podios olímpico (nueve, más que Jenny Thompson) y mundial (la siguiente, con 12, es Sarah Sjostrom) acaso tiene como reto alcanzar a la sueca, de baja en Singapur por embarazo, en podios individuales; le quedan dos, de 21 a los 23. Y, lógicamente, defenderse de McIntosh en el 800 libre, entre el viernes y el sábado.

Trepidante esprint final de Popovici

Otro que tampoco ha concluido ni mucho menos su misión en estos Mundiales, puesto que a partir de este mismo miércoles tendrá por delante un apasionante 100 libre frente al plusmarquista Pan Zhanle, es el otro gran protagonista de la jornada. Nada menos que David Popovici. Es cierto que ya se proclamó campeón olímpico del 200 libre el pasado verano en París, pero no menos que en campeonatos del mundo se había quedado estancado en los dos oros cosechados en Budapest 2022, cuando tenía 17 años e irrumpió vertiginosamente en las pruebas de velocidad, récords incluidos. Así que en Singapur 2025 ha vuelto a todos los efectos.

Además, es que lo hizo bonito Popovici, con una remontada de época ante el estadounidense, y plusmarquista de la distancia en piscina corta, Luke Hobson. Lanzó la carrera el coreano Sunwoo Hwang, campeón en Doha 2024, por debajo del récord del mundo tras el primer largo. Le sobrepasó Hobson también bajo esa prohibitiva marca de Paul Biedermann en el ecuador, 50.07, dejando a segundo y medio a un Popovici que reaccionaba pero que aún llegaba al último viraje a 65 centésimas.

Y ahí fue donde asestó un golpe maestro, una remontada forjada en muy pocas patadas, entre el subacuático y los primeros 20 metros, para sobrepasar al estadounidense (26.43 en el último largo) y proclamarse campeón del 200 libre en 1:43.53. Tres décimas por detrás acabó Hobson, plata, y finalmente el bronce se lo colgó el japonés Tatsuya Murasa, a 1.01.

La paradoja del campeón rumano

Deja así Popovici completamente atrás su vacío en los Mundiales de Fukuoka 2023. “Fue un periodo difícil en mi vida personal”, confesó en AS antes de los Juegos, en una entrevista en que radiografió sus expectativas: “Si me preparo para una medalla de oro y esa es mi única expectativa, en caso de ganar me habré autoengañado creyendo que he completado la misión, y si pierdo, voy a acabar devastado. Así que intento no pensar en ello. Sencillamente, disfruto del camino”.

Y en Singapur estará disfrutando, sin ninguna duda. Con una paradoja que subrayó a pie de piscina: “Me preparé al máximo para los Juegos (de París) y no conseguí todos los resultados esperados. Este año ha sido más relajado”. Y aquí está.

Qin Haiyang, dispuesto a todo en la braza

No hubo tiempo para relajar las pulsaciones tras las dos primeras grandes finales de la tarde en Singapur, ya que se procedió a las semifinales del vertiginoso 50 braza masculino, una de las disciplinas que se estrenarán como olímpicas en Los Ángeles 2028. Y ahí mandó ya un Qin Haiyang que pretende recuperar su trono en todas las distancias de la braza, tras el triunfo en el 100, y después de haber marcado el decimoprimer mejor tiempo en las series matutinas.

En 26.52 fijó su excelente marca el chino, seguido de Simone Cerasuolo (26.64), quien había sido el mejor por la mañana. Y sorprendentemente fuera de la final se quedaron tanto el bielorruso Ilya Shymanovich, cuarto en preliminares, como el italiano Nicolo Martinenghi, subcampeón en 100 braza.

McKeown vuelve a sobrepasar a Smith

Era una tarde indiscutiblemente de titanes, como lo ratificó Kaylee McKeown en una final de 100 espalda con aires absolutos de ‘déjà vu’, ya que se repitió un guion tantas veces visto en los últimos años. Salió mucho más veloz Regan Smith, poseedora actualmente del récord del mundo, que sacaba 22 centésimas en el ecuador a la australiana. Pero esta la sobrepasaba en un largo virtuoso, para imponerse en 57.16, por 19 centésimas a la estadounidense, con Katharine Berkoff subiendo en el último peldaño del podio.

Volvía McKeown a una gran competición tras haberse dado voluntariamente de baja en las pruebas de la Copa del Mundo en piscina corta del pasado otoño para preservar su salud mental. Y lo hace con una nueva marca personal, con el récord de Oceanía, y seguramente con ganas de recuperar lo antes posible también el récord del mundo ahora en poder de su archirrival (57.13).

Coetze, a la velocidad de la luz

En una sesión repleta de remontadas, si la final del 100 femenino había sido vibrante, aún más espectacular resultó la igualdad en el hectómetro masculino. Porque lanzó la carrera Kliment Kolesnikov, que en estos Mundiales regresa a la competición internacional tras el veto a Rusia, en un 24.90 que estaba 24 décimas por debajo del récord del mundo de Thomas Ceccon.

Y precisamente el italiano, que tocaba la pared de los 50 metros como último clasificado, octavo, protagonizaba un antológico retorno, hasta la plata, y por escasísimas cinco centésimas, detrás de un prodigioso Pieter Coetze, que con sus 51.85 logró la tercera mejor marca de siempre y el récord de África, tan solo diez días después de haberse proclamado campeón en la Universiada. El francés Yohann Ndoye-Brouard, a solo siete centésimas del sudafricano, privó del bronce a Hubert Kos y Kolesnikov, en una final nadada a la velocidad de la luz.

Weinstein y Urlando dominan

Dos tandas de semifinales precedieron la última final de este martes. Por un lado, el 200 libre femenino, en que Claire Weinstein -aquejada el domingo de la gastroenteritis grupal del equipo estadounidense- logró su mejor marca personal (1:54.69) para imponerse a las oceánicas Mollie O’Callaghan y Erika Fairweather.

Por otro, ese 200 mariposa del que por la mañana había quedado apeado por una décima Arbidel González. Y ahí repitió Luca Urlando (1:52.84) como mejor tiempo, seguido de Krzysztof Chmielewski (1:53.61) y de un Chen Juner que rebajó el récord de China (1:54.02). Las finales, este miércoles.

Lendt da la campanada

Y se cerraba la tercera jornada de la natación en línea en los Mundiales de Singapur 2025 con una final del 100 braza femenino sin Ruta Meilutyte, Mona McSharry ni la plusmarquista Lilly King, eliminadas por el camino. Auténticas señales de que alguna sorpresa monumental podía estar a punto de suceder, por bien que Kate Douglass había mandado con autoridad en las semifinales y era favoritísima.

De hecho, la estadounidense no fue por delante en ningún momento de la final, con Qianting Tang llegando primera al viraje y cediendo en los últimos metros, mientras poco a poco y sin levantar la atención las fue superando a todas la inesperada germana Anna Lendt, que daría la campanada, desde la calle exterior, para imponerse en un tiempo de 1:05.19. Ocho centésimas por delante de Douglass, con Tang tercera. Gran colofón a la jornada.

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