Perrone escribe su gran final
El capitán de la Selección, que debutó en Fukuoka 2001, allí donde su vida cambió para siempre, se retira en sus decimoterceros mundiales el día que lucha por el oro: “Ni en mis mejores sueños”.
Es un día señalado para el waterpolo español. Y universal. Porque este jueves va a pedir el cambio por primera vez en su vida uno de los mejores jugadores de la historia. Después de tres décadas de trayectoria, y aunque él rehúya de los personalismos, no hay duda de que la retirada de Felipe Perrone constituye el argumento principal del España-Hungría con el que se culmina el waterpolo en Singapur 2025. El adiós soñado, la final de unos Mundiales. Como diría su compañero Bernat Sanahuja, providencial en cuartos de final y semifinales, “el equipo lo desea tanto que vamos a por el oro”.
Será en el OCBC Aquatic Centre, a partir de las 15:35 horas (Teledeporte), cuando se cierre aquel círculo que comenzó hace 24 años en otros Mundiales, en Fukuoka 2001, cuando Felipe y su hermano Kiko, que de niños en Brasil jugaban a ser Estiarte y ‘Chiqui’ Sans, que asistieron al segundo de los tres oros de la Selección española, se encomendaron a aquel gigantón, Iván Pérez, para acabar recalando en España. Ante los húngaros, que le negaron en Tokio 2020 la medalla olímpica por la que tanto luchó, culminará sus decimoterceros campeonatos del mundo, por supuesto un récord que nadie más tiene a su alcance.
“Es un sueño hecho realidad”, confiesa a las puertas de la final el capitán, el faro, de esta España. “Tengo 39 años y no es fácil, estos chicos tienen mucha energía y yo he tenido que trabajar muchísimo para llegar hasta aquí. No se sabe cuál va a ser el resultado, pero ni en mis mejores sueños me podía imaginar que estaría en una final y disfrutando del torneo como lo estoy haciendo”, reconoce, en unas declaraciones recogidas por World Aquatics. “Antes del campeonato, yo no tenía muy claro si vendría, y mis hijos me decían: ‘Papá, disfrútalo’. Y lo estoy disfrutando muchísimo”.
Así que Perrone, obedeciendo a sus hijos, participará este jueves de su cuarta final mundial con España, la primera desde la conquistada en Budapest 2022 frente a Italia. Y el quinto campeonato consecutivo sin bajar del podio. Bajo la batuta de su otrora compañero, en la Selección y en el Barceloneta, David Martín. Y con un pleno de victorias en esta cita de Singapur 2025, incluyendo el milagro de la semifinal frente a Grecia y la apasionante remontada en la primera fase contra el otro finalista, Hungría.
Viejos conocidos son los magiares, que han compartido multitud de preparaciones para grandes campeonatos con España, y que regresan a la disputa de un título después de un 2024 para olvidar, cuartos en los Juegos y en el Europeo, y séptimos en los Mundiales de Doha 2024, tras haberse proclamado campeones en Fukuoka 2023. Si ganan el oro, igualarán los cinco de Serbia, a la que apearon en semifinales.
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Pero no sucederá. No debe suceder. Porque, antes de pedir por primera vez ese cambio al que se ha resistido durante tres décadas de carrera, un cuarto de siglo en la elite, Perrone tiene que bañarse de dorado. Y así poder volver a decir, como en el día en que anunciaba su retirada, “lo he dado todo por el waterpolo, ¡y qué suerte he tenido!”. La del waterpolo de haberle visto.
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