Palestina comunica más de 1.000 deportistas muertos: “Es una aniquilación”

La tensión va en aumento dentro del mundo del deporte. Un reflejo de la situación social, política y humanitaria. Este martes, expertos de la ONU, entre ellos la relatora para Palestina, Francesca Albanese, pidieron a la FIFA y a la UEFA que suspendan a la selección de Israel de las competiciones internacionales “como respuesta al genocidio en curso en el territorio palestino ocupado”. De momento, no hay movimientos de las grandes instituciones deportivas, pero la presión va en aumento. También sobre el Comité Olímpico Internacional (COI), que permitirá a los deportistas israelís la participación en los Juegos Olímpicos de Invierno del próximo año. Este miércoles, como respuesta a todo ello, el presidente del Comité Olímpico Palestino, Jibril Rajoub, emitió un duro comunicado sobre la situación de su país. “Una señal de alarma final para toda la humanidad” en lo que considera “una aniquilación” sobre su pueblo.

“Me dirijo a ustedes hoy con la convicción de la verdad, con la confianza de quien cree en la justicia de su causa. Hablo no solo como presidente del Comité Olímpico Palestino, sino como testigo de lo inimaginable, voz de los silenciados y guardián de un sueño reducido a cenizas por la fuerza. Les hablo desde el corazón de una Palestina herida... entre los escombros de nuestros estadios y el naufragio de nuestras esperanzas”, empieza Rajoub en su escrito, compartido por multitud de deportistas palestinos. “Llevo sobre mis hombros el peso aplastante de los días de guerra de aniquilación implacable y despiadada. Les traigo un mensaje de un pueblo para quien la lucha por la mera supervivencia se ha convertido en su único campo de competencia. Este es un mensaje de quienes aún estamos vivos, sin saber si se nos concederá la vida para volver a hablarles”, sigue.

Llamamiento a una reacción del COI

En el comunicado, el presidente del Comité Palestino acusa directamente a Israel de violar la Carta Olímpica, algo que el COI ha negado en varias ocasiones los últimos días. "Tanto el Comité Olímpico Nacional de Israel como el de Palestina están reconocidos por el COI y tienen los mismos derechos. Ambos cumplen con la Carta Olímpica y seguimos trabajando con ellos para intentar mitigar el impacto del actual conflicto en los deportistas", expresaba hace poco más de una semana el máximo organismo olímpico. “Esto es una cruda declaración del fracaso colectivo para detener un genocidio que está desarraigando a mi pueblo de su tierra, su historia y su futuro. Esto me lleva a la esencia misma de nuestro movimiento... a la Carta Olímpica y a los pactos de derechos humanos”, introduce Rajoub para hablar de Israel.

“Permítanme recordarles el coste humano que ha pagado nuestra familia deportiva. Más de mil atletas han perdido la vida. Miles más están heridos, mutilados o discapacitados. Cientos languidecen en la oscuridad de las cárceles. Y decenas de miles están desplazados, sin refugio. Nuestros estadios, nuestras instalaciones, nuestros sueños... todo ha quedado reducido a polvo”, lamenta el presidente del Comité Palestino. “Es una guerra de hambruna sistemática, un asedio asfixiante y una metodología de muerte que niega un sorbo de agua o una dosis de medicina a un bebé y a una madre afligida en Gaza”, añade. “¿Puede el Movimiento Olímpico, nuestro movimiento, permanecer de brazos cruzados mientras se viola el derecho humano más fundamental, el derecho a la vida, contra sus propios miembros? ¿Estamos dispuestos a permitir que la ley de la selva, la barbarie que presenciamos a diario, se convierta en la nueva constitución de nuestro futuro compartido?”, se pregunta antes de denunciar a Israel.

“Con el corazón apesadumbrado, debo hablar de la flagrante complicidad. El sistema deportivo israelí no solo ha guardado silencio; ha participado activamente. Integra descaradamente clubes de asentamientos construidos ilegalmente en mi territorio en sus ligas nacionales, en una flagrante violación del derecho internacional y de nuestra propia Carta Olímpica. Y en una dolorosa y alucinante paradoja, cualquiera que se atreva a criticar estos crímenes atroces es tildado de ‘antisemita’, mientras que el genocidio en sí se califica de ‘legítima defensa’”, expone Rajoub con la fe de encontrar una reacción en “líderes íntegros” que mostrarán al mundo los “valores olímpicos” y que “no hay lugar para la doble moral”, en referencia al veto que sí se aplicó sobre Rusia por la invasión a Ucrania.

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