Países Bajos mantiene el reinado
La selección ‘oranje’ conquistó su noveno Mundial en 15 ediciones en un Estadi Olímpic de Terrassa a reventar y ante una Argentina que fue inferior (3-1).
El hockey es un deporte que juegan once contra once y siempre gana Países Bajos. La frase del futbolista inglés Gary Lineker bien se podría aplicar al deporte del stick en su categoría femenina, como se comprobó en la final del Mundial que se ha celebrado este domingo, con 7.100 espectadores en las gradas del Estadi Olímpic, y que coronó por novena vez a la selección ‘oranje’. Nueve reinas, o reinados, en esta ocasión ante Argentina, igual que en los Juegos de Tokio donde las europeas no le dieron opción a las sudamericanas, un peldaño por debajo en todo, aunque combativas como reza su lema hasta el último aliento (3-1).
Los primeros cinco minutos fueron mentirosos. Argentina, espoleada por su hinchada, siempre animosa, siempre cantando, salió dictatorial. A los dos minutos ya había provocado dos penalti-córner, pero no logró convertirlos. Primero, por la intervención de Josine Koning, la meta ‘oranje’, y luego por la falta de puntería de su lanzadora, cuyo tiro pasó cerca de la escuadra. Parecía que las Leonas estaban un ápice más metidas en el partido, pero Países Bajos despertó gracias a Xan de Waard. Una jugada de malabarismo en el centro del campo provocó el primer acercamiento. Una vez despejado el miedo, las de Jamilon Mülders se hicieron con los mandos pese a estrellarse en el muro argentino en ese periodo.
Pero quien la sigue la consigue. Era cuestión de tiempo empezar a ver puerta. Nada más comenzar el segundo periodo, Países Bajos creó su primer penalti córner. Y la metió para adentro. El lanzamiento lo detuvo la meta argentina, pero el rechace lo cazó Maria Verschoor para marcar el primero. El gol hacia justicia al dominio neerlandés. Pese a disponer de pocas oportunidades, llevaban ya varios minutos soportando el peso del partido, y en ese segundo cuarto mágico para ellas hicieron el segundo tanto por obra de Frédérique Matla, héroe en semifinales ante Australia, quien se hizo con un balón en el área y en el uno contra uno superó por arriba a Belen Succi. 2-0. El partido estaba ya de bajada para las ‘oranje’, que incluso tuvieron otros dos penalti-córner que detuvo la meta argentina, salvadora.
Aunque tiró de su característico orgullo, el equipo de Fernando Ferrara, ex jugador del CD Terrassa, no fue capaz de toser a una Holanda que siguió dominando todos los registros y que anotó el tercer tanto en una maravillosa jugada colectiva. Presionada en su propia área, las jugadoras ‘oranje’ combinaron en corto, tiraron paredes hasta salir de la presión y tejer un contraataque que en tres pases dejó a Felice Albers sola ante Succi. Y la batió. Saltaron los aficionados naranjas, se lamentaron ya resignadas los albicelestes.
La última bala de Argentina cobró vida al comienzo del último cuarto. Agustina Gorzelany anotó el 3-1 de penalti-córner, un lanzamiento espectacular que se coló por la escuadra. Las gradas se reanimaron cual electroshock. “Vamos, vamos, Argentina; vamos, vamos a ganar; esas barras milongeras no te dejan, no te dejan de animar”, sonaba con fuerza desde el lado albiceleste. El arrojo de las de Ferrarra encerró a los Países Bajos, ya confiados con el resultado, pero seguras en su área, con capacidad incluso para sorprender al contraataque y seguir generando oportunidades. Murió el partido y se desató la alegría naranja. La Naranja Mecánica del hockey. Las invencibles de los Países Bajos.