McIntosh se lleva el póquer pese a su fallido farol ante Ledecky
La canadiense, gran figura de la natación en Singapur, con su oro en 400 estilos; cuarta otra vez la niña Yu Zidi. Marchand completa su doblete. EE UU gana el medallero con un récord del mundo.
Trepidante, fascinante para cualquier amante de la natación y del deporte, ya que al tratarse de la última jornada deparaba un pleno de finales, fue la sesión vespertina de la natación en línea en los Mundiales de Singapur 2025, este domingo. Hubo grandes momentos, entre la emoción de Kliment Kolesnikov, en su primer oro tras el veto a Rusia, la despedida de la campeonísima Lilly King, la dictadura de Ruta Meilutyte en el 50 braza con cuatro títulos consecutivos, un medallero ganado por Estados Unidos con un récord del mundo y, sobre todo, los grandes nombres: un Léon Marchand que convirtió por un instante el World Aquatics Championships Arena en La Défense, una Yu Zidi que a sus 12 años añadió su tercera medalla de chocolate a la colección y, sobre todo, Summer McIntosh, quien completó su póquer de oros muy a pesar del 800 libre del sábado.
A punto había estado el francés, centrado en estos Mundiales en imponerse en el 200 estilos -y de arrebatarle el récord mundial a Ryan Lochte, como hizo- y en el 400 estilos, de dar la sorpresa por la mañana, al meterse en la final con el séptimo mejor tiempo. Pero nada más lejos de la realidad, puesto que una vez más a la hora de la verdad luchó contra sí mismo, ofreció un auténtico recital que se inició en el mismo instante de la salida.
Tres décimas por debajo de su propio récord del mundo, aquel que le quitó a Michael Phelps en Fukuoka 2023, atravesó el largo inicial, en la mariposa, antes del primero de sus volteos prodigiosos, de sus subacuáticos interminables, y del resto de sus parciales ganadores, fuera cual fuera el estilo. Tras la espalda, ya le sacaba 2.88 segundos a Tomoyuki Matsushita, su inmediato perseguidor, y todavía le quedaba su insuperable braza, en la que convirtió Singapur provisionalmente en La Défense, con el público jaleando y acompasando cada una de sus brazadas.
En 4:04.73 detuvo el crono el campeón de los dos estilos, el plusmarquista también de ambos, 5:48 por delante de Matshushita, con Ilia Borodin completando el podio. Y deprisa se marchó de la piscina Marchand, para participar unos minutos más tarde en la final del 4x100 estilos con Francia, con la que contribuyó a la plata, por delante de Estados Unidos y tan solo por detrás de una Rusia capaz de batir el récord del campeonato y de Europa: 3:26.93.
El cuarto oro y el récord del campeonato de McIntosh
Lo que también llegó a toda velocidad fue la final del 400 estilos femenino, reservada para la búsqueda de su cuarto oro individual por parte de Summer McIntosh, tras haber perdido el sábado ante Katie Ledecky en el 800 libre la opción de colgarse cinco, de igualar a Phelps y de lucir las cinco uñas que se pintó de dorado, y para una nueva aparición de la niña de 12 años Yu Zidi, cuarta en 200 estilos y en 200 mariposa, y medallista más joven de la historia con el bronce de China en el 4x100 libre femenino.
Igual que había sucedido con Marchand, no tenía más enemiga la canadiense que ella misma, siendo la plusmarquista mundial en una prueba, a diferencia del día anterior, que domina a la perfección. Y así lo demostró cuando ya a los 50 metros le sacaba 1.06 segundos en la mariposa a la siguiente, Katie Grimes. En 4.34 la adelantaba tras la espalda, merodeando su tope.
Una auténtica exhibición brindaba la canadiense, ya más alejada del récord tras la braza, pero con sus rivales viéndola por prismáticos. Y con una auténtica pelea por detrás entre Mio Narita, Jenna Forrester y una Zidi que iniciaba cuarta el crol y que no pudo dar alcance a la japonesa y a la australiana por medio segundo exacto, el que le sacaron ambas en su plata ‘ex aequo’. 7.48 segundos por delante de ellas se proclamó campeona del mundo McIntosh, batiendo el récord del campeonato, 4:25.78, antes de marcharse igual que Marchand corriendo hacia los relevos.
EE UU, récord del mundo y medallero
Un 4x100 libre femenino que no iba a ser nada baladí, puesto que iba a decidir qué superpotencia se imponía en el número de oros del medallero en la natación en línea, con Estados Unidos y Australia empatadas a ocho. Y de qué manera se lo llevaron las americanas, nada menos que con un récord del mundo (3:49.34), arrasando de principio a fin con Regan Smith (por fin ante Kaylee McKeown), Kate Douglass, Gretchen Walsh y Torri Huske. Segundas las oceánicas. El bronce, para China.
Kolesnikov, un oro que llevaba siete años esperando
Parecía estar rezando Kliment Kolesnikov, con las palmas de las manos juntas ante su cara, después de comprobar que se había proclamado campeón del mundo del 50 espalda, el oro que necesitaba tras tantos intentos durante toda la semana y, sobre todo, tras un veto a Rusia que le tenía fuera de la competición internacional desde Gwangju 2019, como al resto de sus compatriotas. “Hace siete años que debuté en unos Mundiales, y esperaba las medallas desde entonces”, confesó a pie de piscina.
Su carrerón no fue para menos, 23.68, récord del campeonato -que conservaba Liam Tancock desde Roma 2009- y segunda mejor marca de todos los tiempos. En solo 50 metros, le sacó medio segundo a su compatriota Pavel Samusenko y a Pieter Coetze, plata ‘ex aequo’, este último batiendo de nuevo el récord de África.
Invencible Meilutyte, eterna King
Si emotiva había sido la final de Kolesnikov, igual o más la fue la del 50 braza femenino, que suponía el ultimo baile de la gran Lilly King, su despedida de la alta competición, tras la que recibió un homenaje de toda la grada.
La 11 veces campeona del mundo -hasta el relevo 4x100 libre del que había participado por la mañana- y tres veces olímpica terminó quinta detrás de una imbatible Ruta Meilutyte (29.55) que encadena cuatro oros mundiales en esta prueba, de nuevo como en Doha 2024 con Qianting Tang segunda y Benedetta Pilato, tercera.
Harris sorprende a Walsh y Huske
La última de las velocidades solo aptas para velocistas, la final del 50 libre femenino, deparó una sorpresa, puesto que quedaron fuera del podio las estadounidenses Gretchen Walsh -oro en 50 y 100 mariposa-, que fue la más rápida en la salida pero terminó cuarta, y Torri Huske, sexta.
Dio la campanada la australiana Meg Harris (24.02), que en estos Mundiales se lo había reservado todo individualmente a esta prueba, igual que su compatriota Cameron McEvoy, y a ambos les salió la estrategia a la perfección. Detrás hicieron un doblete las chinas Wu Qingfeng a 24 centésimas y Cheng Yujie.
Recital y doblete de Jaouadi
De la velocidad se pasó abruptamente a la resistencia, al 1.500 metros masculino, con la vista puesta en un Florian Wellbrock que además de plantarse con el mejor tiempo de las semifinales había hecho ya historia en estos Mundiales, hace dos semanas, en las aguas abiertas, al hacerse con el oro en las cuatro disciplinas posibles: cinco kilómetros, diez kilómetros, eliminatoria de tres kilómetros al esprint y los relevos por equipos. Inaudito.
Fue Kuzey Tuncelli quien arrancó más enérgico, a ritmo inferior al récord del mundo, aunque a los 200 metros ya le tomaba el relevo Bobby Finke, el campeón olímpico y plusmarquista, que desde ese momento impuso el ritmo. Quien más cerca lo siguió, a dos décimas en el paso por el ecuador de la carrera, era Wellbrock, si bien estaban siete de los ocho finalistas en un puño.
A los 600 metros iba avanzando posiciones Sven Schwarz, que llegó a tomar la alternativa de Finke durante un largo. Poco después Ahmed Jaoaudi, el campeón del 800 libre, cambió de ritmo, para situarse entre el alemán y el estadounidense, y para comandar a los 900, al tiempo que Wellbrock caía a un segundo y medio de la cabeza.
Así se atravesaba el primer kilómetro, con los tres primeros enganchados en cuestión de centésimas y el alemán relevando al tunecino, tratando de despegarse de Finke con un ataque a falta de 300 metros que Jaouadi no solo aguantó sino que superó cuando sonaba la campana, dejando al estadounidense a más de un segundo.
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Recital del tunecino en ese esprint final, con 26.1 en su último largo, para proclamarse campeon mundial del fondo, 14:34.41, quinta marca de siempre, y conquistar el doblete, por delante de Schwarz y de Finke. Quinto esta vez fue Wellbrock, en el colofón a ocho días de natación y 24 de Mundiales acuáticos en Singapur 2025.
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