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WATERPOLO | EUROPEO SPLIT

Martina Terré y la gran pasión por el deporte de un bombero

La portera de la Selección femenina de waterpolo, que compagina la meta con Laura Ester, se decantó por el deporte gracias al ímpetu de su padre. Hoy, frente a Hungría en cuartos (19:00, TDP).

Martina Terré.

Nuevas caras y nuevos nombres van entrando en la Selección femenina de waterpolo, que hoy se enfrenta en cuartos de final en el Europeo de Split a una Hungría (19:00, TDP). Un rival de altura que no tendrá a su goleadora Zeszthelyi, que milita en el Mataró. España espera mantenerse en los podios internacionales, algo que lleva consiguiendo desde 2012. Y una de las últimas en llegar ha sido la portera del CN Sant Andreu Martina Terré, que ya en el pasado Mundial de Budapest compaginó la meta con la histórica Laura Ester, que lleva 14 años escoltando el equipo de Miki Oca. La joven jugadora se topó a los 11 años con la natación, y tanto ella como su hermana son ahora porteras de la División de Honor de waterpolo, una en el CN Sant Andreu y la pequeña, Mariona, en el CN Catalunya. Fue ahí, curiosamente, donde empezó la historia de la actual internacional absoluta.

“Mi padre es bombero, estudió INEF, tuvo un gimnasio y le encanta el deporte. Hizo que las tres hermanas nos decantáramos por uno”, explica Terré. Su padre ha vivido múltiples historias por su profesión, como las que le tocó lidiar en la famosa quema de contenedores el 1 de octubre en distintos puntos del centro de Barcelona. Su pasión por el deporte llevó a Martina al CN Catalunya con 11 años. “Empecé haciendo natación, pero al año siguiente ya pasé al waterpolo. Una de mis hermanas juega ahora allí y la otra juega a baloncesto. El deporte forma parte de nuestras vidas”, comentó.

Terré, que tiene 20 años, comparte portería con Laura Ester, de 32. De hecho, en los Juegos de Londres 2012, cuando Pajarito se colgó la plata olímpica, su actual compañera aún no conocía el waterpolo. “Laura siempre fue la portera de la Selección, solo la he conocido a ella. Siempre ha estado allí, me he fijado mucho en ella, es muy buena. El año pasado, cuando empecé además supe de primera mano que es muy buena compañera: te ayuda, te da consejos... Ahora que estoy jugando más, ella me anima, me ayuda... Conoce a todas las rivales y me dice dónde suelen lanzar. Tienen experiencia, muy buena técnica, es una jugadora diez”, manifiesta Terré, que reconoce que el equipo ha llegado con muchas ganas y con una buena preparación a este Europeo.

Terré ha vivido un verano ajetreado con el Mundial de Budapest, solamente dos semanas de descanso y el comienzo de la preparación para el Europeo que las ha llevado a Sierra Nevada, lugar habitual con Miki Oca. La portera ha podido, en algún momento de relajación, escaparse a las fiestas de Gracia, su barrio, y al que ha estado muy vinculada desde que era pequeña. “Ahora con los entrenamientos ya no puedo tanto, pero antes estaba más vinculada a los castellers y los correfocs”, explica, mientras sueña con superar los cuartos y pelear por una medalla, el objetivo de una selección que quiere seguir en la cresta de ola.